El difícil equilibrio entre industria y turismo
La dana y los cambios al frente de la conselleria truncan los planes iniciales para potenciar el tejido empresarial valenciano
Encontrar el punto medio entre un modelo turístico y uno mucho más industrial para mejorar la productividad de la economía valenciana ha sido uno de ... los grandes retos del gobierno valenciano en los dos últimos años. No ha sido fácil. La propuesta inicial ya era complicada y la dana le añadió un plus de complejidad.
En la conselleria con más responsabilidades a su cargo (industria, comercio y turismo), la riada no sólo supuso un duro golpe para el sector empresarial, sino también un cambio de rumbo forzado por la salida de Nuria Montes y la llegada de Marián Cano.
El pasado de ambas marcó su estancia al frente de la conselleria. La primera llegaba al cargo después de ser secretaria general de Hosbec, la patronal hotelera, por lo que durante su gestión el turismo se mantuvo como punta de lanza de la economía valenciana. Eso sí, con la idea de reforzar el modelo industrial valenciano.
Noticias relacionadas
La llegada de proyectos como el de Edwards Lifescience a Moncada o la inversión millonaria de BP en Castellón han supuesto avances importantes en ese sentido durante los dos primeros años de legislatura. Mazón presumía de haber atraído inversiones cercanas a los 10.000 millones de euros. Sin embargo, muchas de ellas todavía no han dado señales de vida, como el megaproyecto de Digital Valley en Picassent.
La propuesta de reindustrialización, anunciada por Mazón un mes antes de la dana, que contaba con una inversión de 2.000 millones para potenciar el sector industrial de la Comunitat.
El proyecto que incluía medidas que iban desde la dotación de ayudas a las empresas hasta la creación del Hub de Impulso de Suelo Industrial, con el que se pretendía incorporar hasta 10 millones de metros cuadrados de suelo industrial en los próximos años. Pero una vez más, las buenas intenciones se volvieron a ver truncadas por la dana. Una de las principales actuaciones del plan era la creación de un mapa de suelo industrial que atrajese a grandes empresas. A día de hoy sigue sin ser actualizado.
Tampoco se ha avanzado demasiado en otro de los grandes anuncios de la legislatura, que implicaba también al Gobierno de Pedro Sánchez. La idea de convertir a la Comunitat en un lugar de referencia para la industria de los semiconductores quedó sólo en eso: en una idea y poco más, al menos de momento.
Cierto es que la tragedia del 29 de octubre obligó a cambiar la forma de entender las necesidades en materia económica y empresarial. Desde el minuto uno, Marián Cano, que llegaba al gobierno valenciano después de presidir la patronal del calzado (Avecal), puso el punto de mira en la recuperación.
La agilidad a la hora de proporcionar subvenciones a pequeñas y medianas empresas afectadas por la dana ha sido uno de los éxitos de la legislatura, sobre todo si se compara con el ritmo al que han llegado las ayudas que dependen del Ejecutivo de Pedro Sánchez o las indemnizaciones del Consorcio.
Y es que la conselleria de Industria, Comercio y Turismo ha demostrado actuar de forma más eficiente cuando se ha topado de frente con un problema –veáse la crisis de Ford o la amenaza arancelaira de Trump– que cuando no lo ha tenido y ha tenido que plantear propuestas desde cero. La situación de las ITV, que sigue siendo caótica en muchos puntos de la Comunitat, es el ejemplo más claro de ello.
Por delante, dos años para conseguir ese equilibrio tan ansiado entre un modelo turístico y otro industrial.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión