«Hay días que me levanto y no puedo caminar, pero he subido el Aneto»

270 días de entrenamiento físico, 12 picos subidos y un objetivo: escalar el Aneto, la cima más alta de los Pirineos y la tercera de España. Esta es la gesta lograda por alrededor de una docena de pacientes y sanitarios que forman parte de 'ReumAneto', una iniciativa lanzada por el Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia que busca visibilizar las enfermedades reumáticas. El grupo culminó el viernes uno de sus sueños: coronar el pico.

Cristina Font Julián, profesora ayudante en la Facultad de Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia, ha sido una de las heroínas. La joven sufre espondilitis anquilosante y es integrante de ReumAneto. Su día a día es de constante superación. «Muchas veces me levanto y no puedo caminar». Pero su gesta supera a su sufrimiento: «He subido el Aneto». El suyo ha sido uno de los testimonios este lunes en el Peset. La rigidez que provoca su enfermedad en sus articulaciones marca su existencia. «Yo había dejado proyectos en el pasado porque no veía la posibilidad de que pudiese terminarlos», ha contado. «Al inicio me pareció una locura, pero luego me propuse cambiar mi mentalidad de un 'no puedo' a un 'voy a intentarlo'», ha subrayado sobre su experiencia en la cumbre.

Félix Tribaldos (55) es otro de los pacientes. Padece artritis psoriásica y su experiencia ha sido «maravillosa». Durante la ruta y allá en lo alto, a 3.404 metros sobre el nivel del mar, se olvidó de que era una persona enferma. La prueba de que lo que nos limita es nuestra mentalidad más que nuestra capacidad física. «Conforme iba pasando el tiempo nos preguntábamos: ¿tenemos una enfermedad?», ha enfatizado recordando la vivencia más como una actividad emotiva «en familia» que un tratamiento para su enfermedad.

Los pacientes fueron asesorados y acompañados por un equipo médico, cinco guías de alta montaña y la escaladora Araceli Segarra, la primera mujer española en llegar a la cumbre del Everest y que ha formado parte de más de 30 expediciones alpinistas en los Pirineos, Monte Kenia y el Toubkal.

Ha sido un camino largo. Comenzaron a prepararse para este momento en octubre de 2024, siguiendo un plan de entrenamiento donde cada semana se iba incrementando la intensidad del ejercicio. Además de los entrenos establecidos, el grupo organizó salidas a montañas de cara al reto final, logrando llegar a la cima del Cavall Bernat, Montcabrer y el Penyagolosa.

«El mayor punto de inflexión dentro de la preparación fue el Garmo Negro», explicó la doctora Martínez Ferrer. Se trata de una montaña de 3.051 metros de altitud donde utilizarían el mismo equipamiento y supondría un nivel de exigencia similar del que llevaría subir el Aneto. ReumAneto logró subirlo con éxito.

Había llegado el momento que todos los pacientes esperaban con ansias: llegar a la cima del Aneto. La aventura del equipo se empezó a gestar el 3 de julio, cuando el equipo de pacientes, médicos y guías de montaña, así como la alpinista Araceli Segarra, embarcaron en una odisea: ascender los 3.404 metros con obstáculos como la oscuridad de la noche y una alerta de tormenta. Su victoria es una prueba de que con disciplina y determinación ninguna etiqueta puede demostrar una incapacidad física o mental.

Hoy en día existen más de 200 enfermedades reumáticas y trastornos diversos que provocan lesiones cutáneas y afectan a las articulaciones, causando inflamación, rigidez y dolor.

La doctora Àngels Martínez-Ferrer, reumatóloga y creadora del proyecto, ha señalado que el dolor «es el síntoma más común entre todos los trastornos reumatológicos». A su vez, existen más representaciones que presentaron retos para quienes subieron hasta el pico de la cordillera, sobre todo por la naturaleza del Aneto, montaña con terrenos glaciares y superficies irregulares. Entre estas manifestaciones están «problemas vasculares como úlceras digitales, la isquemia, intolerancia al frío», y patologías como «la fotosensibilidad, sequedad y aftas orales».

Las 13 horas de intensidad única logró no solo demostrar que las personas con enfermedades reumáticas son capaces de alcanzar sus metas, sino que también unió a un grupo de pacientes que estarán conectados para toda la vida. El pasado lunes se vieron abrazos, lágrimas y sonrisas entre los 'reumanotix' de Àngels (como se denominan cariñosamente entre ellos) al oír las palabras de agradecimiento de sus doctores, mentores, y ahora, familia, haciendo de esta idea pionera no solo un punto de partida importante en la investigación, sino también una muestra de que la curación de la mente y el cuerpo van más allá de la ciencia.

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