Construir después de la dana en la zona cero: el colegio de Xirivella tendrá un patio en altura, su propio tanque de tormentas y un pórtico/parapeto
El proyecto del nuevo CEIP refuerza las medidas de seguridad después de superar la prueba del 29-O, cuando las aguas del barranco Camino Hondo que discurre junto a la parcela alcanzaron 1,5 metros de altura
¿Cómo construir después de la dana? Es decir, cómo dar a partir de ahora prioridad a códigos edificativos ya existentes para reforzar el ... flanco de la seguridad en las diferentes tipologías arquitectónicas, de la residencial a la dotacional. La respuesta a esa pregunta se verá en el futuro inmediato, pero ya se pueden observar avances en ciertos casos concretos: por ejemplo, el nuevo CEIP que se levantará en Xirivella. Una obra promovida por el Ayuntamiento de ese municipio de la zona cero, cuyo presupuesto ronda los 13,5 millones de euros que la Corporación aspira a que sea financiado por el Consell. Un colegio de nueva planta, que se erigirá sobre la parcela que ocupa el actual (construido a mediados de los años 60) y que albergará una serie de medidas que ayuden a mitigar una posible nueva riada de la registrada el 29 de octubre. Por ejemplo, un semisótano destinado a ejercer como una suerte de tanque de tormentas a escala, que facilitaría una evacuación más rápida de la comunidad escolar ante amenazas de la naturaleza. O un patio en altura, para que las actividades al aire libre se desarrollen con un nivel superior de garantías, y otras soluciones ideadas por el arquitecto municipal Rafael Conejero, autor del proyecto básico. El de ejecución es obra de otro arquitecto, José Tomás. De sus respectivas contribuciones nace la contestación a esa pregunta: cómo construir después de la dana.
Conejero recuerda que en cierto sentido la localidad de l'Horta Sud había adelantado parte del trabajo de adecuar esta clase de construcciones ante contingencias como la dana incluso antes de la fatídica devastación que sufrió esa comarca el 29-O. Tiene buenas razones para reflexionar al respecto, porque su término municipal se ubica en un cruce de torrentías y barrancos, al pie del nuevo cauce del Turia, cruzado además por una larga relación de infraestructuras viarias que dificultan una intervención en materia preventiva: cómo responder entonces a un nuevo desbordamiento y salvaguardar tanto a sus habitantes como a los medios materiales. De ahí que desde que un real decreto fechado hace 9 años, obra del Ministerio de Medio Ambiente, recomendara la adopción de cautelas a la hora de construir en un territorio tan complicado, en el Ayuntamiento hicieran su propia reflexión al respecto. Donde el texto ministerial hablaba de «en la medida de lo posible», o fórmulas semejantes como observa Conejero, en Xirivella leyeron esa sugerencia como un mandato. El resultado de ese esfuerzo adicional en sistemas de seguridad constructiva se plasma en el proyecto de nuevo colegio, que ha tenido que salvar otra hipoteca: como se trata de un centro escolar dotado de dos líneas educativas y la parcela que lo acoge (de unos 4.000 metros cuadrados) es pequeña para albergarlas, Conejero ideó una edificación en altura que solucionara ese escollo. Ocho mil metros cuadrados que permiten alojar todo el programa de instalaciones y que, por repartirse en distintos niveles, refuerza la vertiente de seguridad: mejora los sistemas de evacuación y se enfrenta a lo que llama «alteraciones sobrevenidas».

Es el caso de la ocurrida hace ocho meses. El día de la dana, el nivel del agua alcanzó en algún punto de la localidad hasta metro y medio de altura, fruto entre otros incidentes del desbordamiento del llamado Camino Hondo, un barranco afluente del Turia que tributa unos kilómetros más abajo, hacia Mislata. Su cauce atraviesa el centro de Xirivella, justo al lado de donde se ubica el colegio actual que tendrá que ser demolido para levantar el nuevo. ¿Solución para potenciales nuevas avenidas? El proyecto del futuro centro dispone en la fachada recayente al Camino Hondo de una secuencia porticada, que protege al conjunto del bloque. «No quería situar el edificio principal en primera línea», explica Conejero. Ese elemento constructivo opera como una suerte de parapeto, que se opone a la fuerza destructiva de la naturaleza protegiendo el interior del colegio de acuerdo con una lógica que ya palpitaba en sus intenciones desde hace tiempo. Los primeros trabajos del proyecto se remontan a 2021. En ese año ya nació una pretensión que ahora se imprimirá en la obra en cuanto esté construida: según sus cálculos, una vez que cuente con el aval de la Generalitat y se resuelva el sobrecoste introducido (de un presupuesto inicial de 7 millones hasta los 13,5 actuales), en un plazo de un par de años.
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Se hará realidad por entonces un proyecto que inspirará en ese refuerzo de la seguridad a otros ya planteados en Xirivella, como un edificio refugio para riadas o el nuevo centro de servicios sociales. Conejero incluso admite que sus soluciones puedan ser replicadas en otras poblaciones también afectadas por la dana, según las lecciones extraídas el 29-O. Apostar por la edificación en altura, como ocurre con su colegio, que dispone en el nivel superior el teatro y el gimnasio: en resumen, como el propio arquitecto señala, una arquitectura «que escuche al entorno».
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