«Si tuviera que comer con el invernadero, me habría muerto de hambre»
Manuel Planells sufrió en sus carnes los daños de la dana. Diez meses después sigue sin recomponerse | Perdió con la dana una instalación de conserva que todavía no se ha reconstruido
Este viernes se cumplen diez meses desde que la dana acabó con la vida de 228 personas en la provincia de Valencia y transformó ... la de muchos otros. Manuel Planells es uno de ellos. Es un agricultor que sufrió en sus carnes las consecuencias de las inundaciones. La riada destrozó un invernadero de su propiedad en Alfafar en el que ahora cultivaba garrofón, brotes verdes y flor de hostelería pero en el que, durante treinta años, había plantado de todo, desde tomates o pimientos hasta kiwis.
Ante los bajos precios del garrofón, decidió almacenarlos para venderlos en seco. Pero nada sigue en pie. Ni siquiera el almacén en el que guardaba esta cosecha.
Todo quedó arrasado. Dentro de la instalación se podían encontrar sillones y otros objetos arrastrados por el agua. Se convirtió en un amasijo de hierros inservibles, que se mezclaron con varios contenedores de obra, algunos de basura, palés e incluso se podía encontrar una nevera de la que se desconoce su procedencia. Ni la valla perimetral se mantuvo en pie.
«Si tuviera que comer del invernadero, me habría muerto de hambre», afirma y señala que ahora, diez meses después, prácticamente se encuentra en las mismas condiciones en las que quedó el pasado 29 de octubre.
Planells explica que el Estado concedía dos tipos de ayuda. Una era reclamar una indemnización, pero «quedaba una cantidad ridícula». De hecho, levantar de nuevo el invernadero supone una inversión que ronda los 50.000 euros. Por eso este agricultor apostó por la segunda modalidad que consistía en que sería el propio Gobierno el que se encargaría de su reconstrucción, Lo que pensaba que iba a ser un plazo relativamente breve se ha convertido en una espera de diez meses. «Desde Tragsa me dijeron que comenzarían a principios de agosto. Más tarde pospusieron la fecha hasta la última semana del mes. No creo que a estas alturas (es jueves cuando mantenemos esta conversación) empiecen antes de que acabe el mes», dice.
Aunque Planells, también secretario de la Comunidad de Regantes de la Acequia del Oro, señala que «es lógico que las labores de reconstrucción comenzaran con la reparación de las infraestructuras dañadas».
En este sentido, ha explicado que en la Acequia del Oro (compuesta en su mayoría por arroceros) sufrieron daños de 1,3 millones sólo en infraestructuras como caminos y motas. Tragsa ha estado estos meses trabajando en la reparación de los daños generales y ahora pasa a solventar la situación en instalaciones particulares.
Como delegado de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) en la zona ha tenido que ayudar a muchos compañeros a sobreponerse a la tragedia. Ahora, sólo resta retirar los lodos de la Acequia del Oro, unos trabajos que se acometerán una vez se desequen los campos de arroz.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión