Cinco años de espera para los burros
El juez señala marzo de 2026 para el juicio por los animales muertos en Castellón
La idea, en principio, era buena. Subir al parque natural del Desert de les Palmes una manada de 50 burros para que se ... comieran la vegetación en una acción para la prevención de incendios forestales. Pero acabó en un desastre con diez animales fallecidos en malas condiciones. Pero aún existen una serie de interrogantes que todavía no han sido resueltos.
Uno de ellos es por qué lo animales fueron abandonados a su suerte en el paraje sin prácticamente comida. Los burros llegaron al Desert el día 4 de agosto de 2021 (mientras gobernaba el Consell del Botánico) y la primera muerte se produjo el 6, sólo dos jornadas después. Fue el primero de una decena de animales que fallecieron en apenas un mes hasta que el 5 de octubre se produjo el último deceso.
La muerte de estos animales fue un lento goteo y se produjo fundamentalmente por inanición. En este sentido, el escrito del fiscal es especialmente duro. Desde el ministerio público se destaca que entre los animales fallecidos se encontraban cuatro hembras que abortaron durante la experiencia y nacieron dos asnos, uno de los cuales se incorporó al ganado y otro murió en la finca del propietario.
El fiscal tiene claro que los fallecimientos se produjeron «a consecuencia de la omisión llevada a cabo por los acusados, los cuales no llevaron a cabo las actuaciones mínimas necesarias para prestar asistencia a los animales». Los acusados son el entonces director del parque del Desert de les Palmes, Antonio García, y el ganadero propietario de los burros, Juan Lebrián. Ambos se exponen a un delito continuado de maltrato animal y que ellos son criminalmente responsables «en concepto de autores directos». El ministerio público pide por ello 20 meses de cárcel, la inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo y la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión que tenga relación con animales y para la tenencia de estos durante el periodo de cuatro años y seis meses.
Los burros fueron llevados al del Desert de les Palmes y allí fueron dejados a su suerte. Así, no disponían de un refugio para cobijarse en caso de lluvia o sol. Las únicas infraestructuras eran cuatro depósitos de agua y un pastor eléctrico que impedía que abandonaran el recinto.
Pero todo apunta a que había poca comida y a que los burros sufrieron la inanición. El escrito del fiscal resalta que «la dieta de los animales no fue suplementada pese a que la disponible era inadecuada y tampoco se implementaron suplementos alimenticios con posterioridad hasta que no regresaron al establo».
La opinión del fiscal es que ambos acusados no velaron por la integridad de los burros y los dejaron a su suerte en la montaña. Les reprocha que no tuvieran en cuenta el estado de salud.
Otra de las imputaciones del fiscal es que el director del parque, una vez conocidas las primeras muertes, no realizó una inspección veterinaria de lo que estaba sucediendo. El hecho no es que los burros fallecieran todos de golpe. Lo hicieron poco a poco por lo que considera que se habrían podido tomar medidas.
Otro de los interrogantes es por qué se eligió a este ganadero ya que tenía un expediente sancionador por el estado de su explotación, según informó la entonces Conselleria de Agricultura y Territorio. Desde este departamento recordaron que la instalación no guardaba las exigencias para tener una ganadería. Entonces ¿por qué lo eligió el director del parque?
La experiencia tuvieron consecuencias en la administración. Por una parte, dimitió el entonces director general de Medio Natural, Benjamín Pérez, y la Conselleria abrió expediente al director del parque y a la jefa de sección de Espacios protegidos que ha dejado su cargo recientemente.
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