La CHJ ya usa los pluviómetros de Avamet para comprobar la fiabilidad del SAIH
El organismo de la cuenca recurre a los medidores de lluvia de la red de meteorólogos aficionados medio año después de firmar el convenio de colaboración
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) recurre desde ya a los pluviómetros de la Associació Valenciana de Meteorologia (Avamet) para «calibrar y validar» ... los datos de sus medidores de lluvias integrados en el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), la red de vigilancia con la que el organismo de la cuenca controla el estado de los cauces de la demarcación. Este papel de Avamet como 'auditor' sobre el grado de fiabilidad del SAIH empieza a aplicarse medio año después de la firma de un convenio de colaboración entre la entidad de meteorólogos aficionados y la CHJ.
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A preguntas de LAS PROVINCIAS sobre si se habían integrado los pluviómetros de Avamet a la red SAIH, desde la Confederación alegaron que la finalidad del acuerdo suscrito en febrero, mediante la rúbrica del presidente Miguel Polo, es el intercambio de información de carácter técnico. Según las mismas fuentes, por el momento, los datos proporcionados por la asociación de meteorólogos aficionados «permiten calibrar y validar» las cifras que ofrecen los medidores de precipitación de la propia CHJ así como aportar «información muy valiosa» de cara a la elaboración de informes pluviométricos e hidrológicos sobre episodios de temporales y avenidas.
Precisamente en el estudio que aborda las precipitaciones y crecidas ocurridos entre el 28 y el 30 de septiembre como consecuencia del paso de la dana Alice, aparece la primera mención a la asociación de meteorólogos valencianos tras la firma del convenio seis meses atrás. Una de las notas metodológicas que aparece a pie de página enuncia que «para asegurar la consistencia de la información pluviométrica, determinados datos presentados en este informe han sido completados a partir de los registros de pluviómetros cercanos de las redes SAIH y AVAMET».
Y es que los pluviómetros de la CHJ han estado en el punto de mira después de que este diario denunciara sus continuos fallos incluso comparándolos con el buen funcionamiento de los de la Confederación del Segura. A modo de ejemplo, cabe recordar que el día de la dana del 29 de octubre de 2024 casi una quincena reportaron errores «debido a una anomalía en el sistema».
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Polo admite la «vulnerabilidad» del SAIH
La declaración judicial en calidad de testigo de Polo aportó algunas de las claves sobre el funcionamiento del SAIH y acabó reconociendo que los pluviómetros fallaron el 29-O: «Es habitual, es normal, siempre falla algún sistema en un sistema automático».
El presidente del organismo de la cuenca hizo referencia a la noticia publicada por este periódico en su testifical. «El sistema tiene su vulnerabilidad», señaló al respecto. El máximo responsable del organismo de la cuenca explicó ante la jueza instructora que cuando falla un pluviómetro, seguramente el error no es del propio medidor sino de la comunicación con la que se transmiten sus datos: «Lo que ocurre es que el pluviómetro ha recogido datos y los datos se acaban enviando más tarde».
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«Es raro que el pluviómetro en sí, falle, pero sí que falla la comunicación, hay que tener en cuenta que suelen ser los peores momentos atmosféricos», apostilló el máximo dirigente de la CHJ.
Falsas alarmas
Mientras la CHJ se afana en realizar comprobaciones sobre los datos de lluvia, los caudalímetros, la otra pata que compone la red SAIH, volvieron a protagonizar otro ridículo ayer miércoles a la hora de vigilar el estado del barranco del Poyo. El único sensor que controla el caudal de la rambla registró una alarma naranja durante dos horas y media, entre las 15:50 horas y las 18:20, cuando el cauce estaba seco. Para más inri, a las 11:30 casi alcanza el umbral máximo sin que cayese ni una sola gota de agua en la cuenca del Poyo.
Cabe recodar que el pasado 9 de septiembre el medidor de nivel situado en Riba-roja junto a la A-3 ya emitió una falsa alerta roja durante cuatro horas cuando el cauce estaba seco. Según el caudalímetro, en aquel momento tenía que estar circulando por allí un torrente de agua de más de 150 metros cúbicos por segundo, pero era a todas luces imposible teniendo en cuenta que no había precipitaciones en la zona.
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Al día siguiente de reportarse esta alerta de desbordamiento, la delegada del Gobierno en la Comunitat, Pilar Bernabé, explicó que la causa del error del medidor era que el medidor de caudal había confundido el nivel del agua con la altura de un camión de los operarios que trabajan en las obras de restaruración del cauce.
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