Las administraciones apelan a Europa para cuidar la Albufera
Generalitat, CHJ y Ayuntamiento debaten en LAS PROVINCIAS acerca de la gestión del parque natural
LAS PROVINCIAS celebró el pasado junio el IV Simposio XL' Albufera en defensa del parque natural. De aquel importante acto salieron multitud de conclusiones, pero todas ellas podían resumirse en tres. El paraje necesita de la unidad política para iniciar su ansiada recuperación. Una vez las administraciones mantengan una buena relación harán llegar las inversiones que la laguna y su entorno necesitan. Para ejecutarlas deberán apoyarse en la ciencia, ya que nadie mejor que los técnicos sabrá como enfrentarse al ambicioso reto de recuperar el pulmón verde de Valencia.
Como lo vivido en aquellas jornadas no debe olvidarse, este periódico reunió a representantes de las administraciones que forman parte de la Junta Rectora de la Albufera -Generalitat, Ayuntamiento de Valencia y Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ)- para debatir acerca del esfuerzo que cada una de ellas ejerce para proteger el paraje y qué más se puede hacer para su protección. Llegaron a la sede de esta casa prácticamente a la vez: el secretario autonómico de Medio Ambiente, Raúl Mérida; la jefa de la Oficina de Planificación Hidrológica, Arancha Fidalgo; y el concejal del Área de Mejora Climática y Gestión del Agua del Ayuntamiento de Valencia, Carlos Mundina.
El periodista de esta casa, Jorge Alacid, moderaba un encuentro donde se fue directo al grano con la primera pregunta. ¿Qué inversiones ha hecho cada administración en el paraje? «20 millones iniciales han ido a la Albufera para su limpieza, los controles, analíticas, y sobre todo la esencial batimetría del lago», recordaba Mérida. También que las más de 2.000 analíticas se pretenden ampliar hasta las 4.000 para final de año, al igual que la inversión en materia de recuperación también se estirará hasta los 40 millones de euros para el arranque de 2026. En el caso de la CHJ, Fidalgo indicaba que el ente «ha invertido en los últimos años y para la recuperación en torno a 400 millones de euros dedicados a infraestructuras que afectan de una manera u otra en la Albufera». Por su parte, Mundina hacía lo propio y recordaba los 8 millones de euros destinados por el consistorio también para la limpieza.
Con respecto a las inversiones de cara al futuro, llegaron los primeros puntos en común... y las discrepancias. Mundina mencionó que el Ayuntamiento ha invertido 2,6 millones para realizar un estudio de la capacidad de la Albufera para captar CO2, unos informes que atraerían fondos europeos. Arancha Fidalgo intervino: «Es que se deben aprovechar los fondos europeos. Pero lo que hay que hacer en la Albufera ya se sabe. Tenemos un plan de cuenca que indica las necesidades del paraje y las acciones a llevar a cabo. Las medidas están y hay que ejecutarlas». Algo en lo que coincidía Mérida: «El mayor problema para la Albufera es ejecutar esos presupuestos. Cuando yo llegué había un presupuesto albufera de 7 millones y el botánico sólo había ejecutado un 1%. Donde hay que buscar consenso es en la gobernanza de la Albufera. Por eso juntarnos a nosotros tres tiene sentido».
Una intervención que dio pie a la siguiente cuestión. ¿Hace falta un ente que coordine la ejecución de esos presupuestos? Al final las tres administraciones estaban de acuerdo que hace falta ejecutar los planes, pero nadie lo hace. «El parque y su gestión es de conselleria. Todas administraciones estamos involucrados pero mandan ellos. Soy de la opinión de que muchos comités acaban haciendo lo mismo. Si la intención es la misma, daría igual cómo organizarnos», apuntaba Fidalgo. «Para eso consideramos clave la candidatura a la Reserva de la Biosfera. La Albufera debe ser un espacio de consenso pero esto no siempre es fácil. Mi primer día en la Conselleria intenté que hubiera más ciencia y menos creencia. Y para ello hace falta el apoyo de los técnicos. Los políticos tenemos que aportar para mantener la Albufera como lugar de encuentro» aportaba Mérida. De nuevo, Ayuntamiento y conselleria iban de la mano. «El modelo 'Reserva' incluye una oficina de gestión técnica. Cuando los políticos tenemos datos objetivos tomar decisiones más fáciles», añadía el concejal.
Con la introducción del papel de la política, llegó la pregunta que daba paso al desencuentro. ¿Existe interlocución entre administraciones? «Creo que el pacto del Agua es un ejemplo de poder superar situaciones complicadas o judicializadas», indició Carlos Mundina. Y llego la partida de tenis. La trabajadora de la CHJ interpelaba: «Creo que a nivel político ha aumentado esa discrepancia, pero a nivel técnico se trabaja. Si todo el mundo quiere avanzar, trabajemos juntos a nivel técnico». A lo que respondió Mérida: «Por parte Generalitat, la comunicación y el estar abierto con el Gobierno de España ha sido permanente. Nuestra actitud es la de llegar a acuerdos, como el pacto del agua». Y la CHJ explotó: «Pedisteis reunión con el pacto firmado sabiendo que necesitabais de las acequias para llevar el agua. Llegasteis a un acuerdo parcial. En el pacto se hablaba de cuestiones que no se podían hacer sin el acuerdo de la CHJ, lo lógico hubiera sido que se contara con nosotros. Además, ese pacto es el del plan de cuenca nuestro». A lo que Mérida sentenció: «Pero nosotros lo hemos hecho efectivo, no vosotros». Fin de la discusión para cumplir con el objetivo del debate, avanzar.
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Tras la devastación de la dana, ¿la tragedia puede ser un punto de inflexión para llegar a esos acuerdos superiores? Mundina afirmaba que que se debería dejar de politizar la Albufera: «el guion debe ser conocer las necesidades y tomarlas». Mérida añadía: «La semana pasada explicó el secretario de Estado Hugo Morán la idea de crear un cinturón verde en la Albufera y la ejecución de esas obras son importantes para el paraje y todo el entorno. Pero no solo hay que decirlo, si no hacerlo. E intentar que nadie vea esto como una oportunidad para cada uno. Si no como forma de consenso. Dejar a un lado el desencuentro y caminar juntos».
Arancha Fildago (CHJ), con visibles muestras de cansancio por recibir esos ataques indirectos por los otros dos miembros del debate buscaba incidir en su idea principal. Los proyectos están y hay que ejecutarlos. Sin embargo, la posibilidad de ver la tragedia como una 'oportunidad' para mejorar, la devastó: «Después de la dana se debe priorizar la protección de la gente». El debate se paraba porque Fidalgo no pudo contener la emoción. Finalmente, continuó: «La dana no es la oportunidad porque sus problemas ya estaban. A partir de la dana puede ser un impulso. Nos ayuda a reflexionar, a ver su potencial, a ponernos las pilas. Eso yo creo que estaba conducido antes, pero ayudará a promover todos estos trabajos».
LAS PROVINCIAS daba por finalizado el debate con esta última intervención. Un encuentro que reflejó a la perfección la realidad política que se cierne sobre la Albufera. La intención de ir todos a una difuminada por la crispación que generan los desencuentros entre las administraciones valencianas y el ente dependiente del Estado. Pese a ello, los invitados se marcharon con la idea de plantar el hacha de guerra y comenzar a trazar el camino juntos hacia la recuperación de la Albufera.
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