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Abanicos, sombreros y paraguas para visitar Valencia en plena ola de calor
Los turistas visitan el centro de la ciudad pese a la alerta roja mientras las calles alejadas del casco antiguo quedan desiertas
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lo avisaba durante la mañana de este sábado: «Estimados seguidores y conciudadanos. ¿Es normal que haga calor en ... verano? Sí. ¿Siempre ha hecho este calor en verano? No». El ente experto en climatología era claro. Las temperaturas en la provincia de valencia han superado los 43 grados centígrados (ºC) y en Valencia ciudad se han rozado los 38ºC. La alerta naranja decretada el viernes ha pasado a roja durante la mañana del 16 de agosto, y el Ayuntamiento de Valencia ha habilitado los refugios climáticos para proteger de las altas temperaturas a las personas sin hogar de la ciudad. Y, pese a todo, los turistas se han animado a visitar los puntos más relevantes de la capital del Turia.
Al turista que viene a Valencia a pasar unos días no le va a frenar el calor a la hora de visitar la ciudad. De hecho, la mayoría vienen buscando precisamente esas altas temperaturas que en su país de origen rara vez van a vivir. Sin embargo, lo vivido este sábado se podría catalogar de exacerbado. Por ello, los turistas se han armado con abanicos, gorras, sombreros y hasta paraguas para combatir las altas temperaturas. Las plazas del Ayuntamiento, Reina y la Virgen presentaban durante este sábado la misma estampa. En medio y a pleno sol, un solar vacío. Sus laterales, en sombra gracias a la protección que ofrecían los edificios a su alrededor, plagados de turistas.
«Pasamos la mañana aquí porque hemos vecino a dejar a nuestra hija, por la tarde ya nos volvemos a Benidorm así que tenemos que aprovechar», comentaba una pareja que se negaba a pasar su día encerrados en cualquier local. «A medio día nos recuperamos comiendo en algún lugar climatizado y ya está, pero ahora a ver cosas», insistían. Del mismo modo, los turistas aprovechaban cada fuente, comercio de alimentación o tienda de souvenirs para reforzar su protección contra el calor. «En esta época vendemos muchos imanes y recuerdos de los visitantes, pero en días como hoy sobre todo vendemos abanicos, gorras y sombreros», apuntaba la dependienta de una céntrica tienda de la ciudad.
Del mismo modo, las heladerías hacían 'el agosto' gracias al calor (y nunca mejor dicho). Era habitual ver a los visitantes refrescarse con bebidas frías o helados de todos los sabores. «La faena en agosto es siempre muy alta, aunque lo normal es vender más de cara al medio día. Hoy estamos vendiendo desde bien temprano», confesaba un vendedor detrás de su nevera de helados.
Sin embargo, las calles más céntricas de Valencia y su vitalidad contrastaban de manera notable con otros barrios de la ciudad donde no hay tntos atractivos turísticos. Era el caso de la avenida Blasco Ibáñez, Alameda, o la avenida de Aragón. Pese a la presencia del estadio de Mestalla, el barrio estaba completamente desierto debido a las altas temperaturas y al ser el fin de semana del puente de la Asunción. Igualmente ocurría con los jardines del antiguo cauce del Turia.
Tras las recomendaciones de las autoridades para no hacer deporte al aire libre en un día de tanto calor, en los jardines del Turia apenas se vio pasear a ciudadanos con sus mascotas. Del mismo modo, los turistas volvían a ser protagonistas en esta zona, pues los únicos valientes dispuestos a pedalear en una bicicleta de alquiler con los termómetros a 37 grados eran ellos. Ni rastro de deportistas o familias que acudían con sus hijos a jugar en el césped. Este sábado la situación no era la mejor para pasar el día al aire libre.
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