Hasta 780 ascensores siguen sin repararse en la zona cero de la dana once meses después
Profesionales de mantenimiento confían en terminar los trabajos antes de fin de año
Gonzalo Bosch y Europa Press
Valencia
Lunes, 29 de septiembre 2025, 10:59
Un total de 780 ascensores que resultaron dañados por la dana que el 29 de octubre de 2024 continúan sin repararse once meses después. ... El dato publicado por Europa Press y ofrecido desde la Asociación de Empresas de Ascensores de la Comunitat Valenciana (Ascencoval), integrada en Femeval, confirma que todavía queda aproximadamente un 10% de reparaciones por ejecutar con respecto a todos los daños que proocó la riada del año pasado.
La barrancada del pasado octubre dañó gravemente un total de 7.530 ascensores, sobre un parque de 28.553 instalaciones existentes en los municipios afectados, según los datos de la propia Ascencoval. De todos ellos ya se han conseguido reparar o sustituir 6.750 equipos y quedan pendientes 780, según datos aportados por la Asociación.
Estas cifras permiten calcular que se han reparado hasta 220 ascensores durante el verano, pues antes de dicho periodo la asociación cifró en unas mil máquinas las pendientes todavía de reparación. De los 220 ascensores arreglados en el periodo estival, 133 eran de alta prioridad, según los 330 inmuebles identificados por los Ayuntamientos y sus servicios técnicos de servicios sociales, donde residen personas dependientes, mayores, o con movilidad reducida.
«La prioridad del sector ha sido y sigue siendo dar cobertura a los colectivos más vulnerables», ha asegurado en un comunicado el presidente de Ascencoval, Emilio Carbonell. «Estamos ante un esfuerzo sin precedentes del sector de la elevación en la Comunitat Valenciana, en el que empresas instaladoras y mantenedoras, de la mano de nuestras organizaciones representativas, Ascencoval y Femeval, estamos volcando todos los recursos para restablecer el servicio lo antes posible y mejorar la calidad de vida de miles de personas», añade Carbonell.
Desde la asociación de profesionales del sector han manifestado durante estos once meses su comprensión a «la situación de las personas afectadas y lo dura que resulta la espera», sobre todo por la lentitud para recuperar todos los ascensores dañados. En este sentido, la entidad siempre ha reconocido que la magnitud de los daños provocó que no haya mano de obra, piezas e incluso máquinas en 'stock' suficientes para cubrir toda la demanda que generó la barrancada.
Pese a esta situación, el objetivo de la asociación es que la mayoría de los ascensores pendientes queden reparados antes de que finalice el año. No obstante, reconocen que los plazos pueden alargarse debido a la complejidad de las intervenciones y a la necesidad de garantizar siempre la máxima seguridad para las personas usuarias.
Las reparaciones pendientes, apuntan, son las más complejas: requieren modificaciones importantes como reemplazos completos de las cabinas, cambios electrónicos o solicitud de piezas a medida y materiales que, en muchos casos, son componentes personalizados para cada instalación, lo que prolonga los tiempos.
El montaje de las instalaciones también dificulta los procesos, ya que conlleva a manipular piezas de gran tamaño. Esto implica que los trabajos «sean complejos y necesiten una atención minuciosa para evitar errores y riesgos que comprometan la seguridad de las instalaciones y de las personas», detallan.
Carbonell remarca que la casuística de cada finca es diferente porque no hay dos ascensores iguales. Existen piezas, como puertas, pistones o cabinas, que deben fabricarse a medida debido a la diversidad de instalaciones existentes. A esta complejidad se une el que solo pueden intervenir como máximo dos profesionales en cada hueco de ascensor. Además, según el presidente, algunas comunidades optan por incorporar los motores de los ascensores en la parte superior para minimizar el impacto de cara a futuros desbordamientos.
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Además, desde Ascencoval advertían que a la dificultad técnica de las reparaciones se suma la «complejidad administrativa». Los profesionales han estado todo este tiempo tratando de registrar los daños personalizados de cada caso, así como identificando las empresas responsables de dichas comunidades, estuvieran o no asociadas con la federación o asociación valenciana. A este respecto, Ascencoval y Femeval han elaborado un complejo registro de cada caso que también ha requerido de tiempo.
Como recuerda Emilio Carbonell, «cada ascensor es un mundo y cada caso es diferente, lo que convierte la identificación de problemas y la coordinación de actuaciones en algo esencial para dar respuestas con agilidad a las personas usuarias que lo requieren».
Tal y como ya había recordado Ascencoval, la situación se ha visto limitada por la falta de mano de obra cualificada, «ya que tras la dana el volumen de trabajo que se ha multiplicado por siete respecto a un año normal, donde se instalan de media 1.500 ascensores en la provincia de Valencia», según aseguraba la propia asociación.
A pesar de los refuerzos de numerosas empresas valencianas y la colaboración de otras empresas en comunidades vecinas, Ascencoval reiteraba que se han encontrado con un volumen de actuaciones muy superior a los profesionales cualificados disponibles para atender todas las instalaciones. El colectivo expone que en las empresas de ascensores de la Comunitat Valenciana trabajan unos 2.000 ascensoristas, y se requiere entre un 10% y un 15% más de mano de obra.
En este sentido, estas organizaciones empresariales recalcan el «gran esfuerzo para formar al mayor número de técnicos posible, mediante la puesta en marcha de cursos para obtener Certificados de Profesionalidad, para asegurar que haya suficiente personal disponible para atender la demanda».
Pero aun así, inciden, sigue faltando mano de obra, con lo que sería «conveniente el impulso de nuevas acciones formativas para cubrir esta elevada demanda de profesionales», asevera Emilio Carbonell.
La moratoria del Real Decreto 485/2025, que aplaza hasta 2026 la aplicación de nuevas normativas técnicas ha permitido, a su vez, destinar cerca de 2.500 horas de trabajo a la recuperación de elevadores afectados, acelerando el proceso, concluyen.
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