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R.X.
Canet d'en Berenguer
Miércoles, 14 de mayo 2025, 18:37
El Ayuntamiento de Canet d'en Berenguer sustituirá el actual sistema de control de velocidad en la calle Joanot Martorell, la vía de acceso desde Almardá, término de Sagunto, a la localidad, basado en un semáforo que sancionaba a los que se lo saltaban, por otro que dependerá de un radar móvil.
La señal luminosa no desaparecerá, sino que estará siempre en ámbar intermitente, y se complementará con un radar móvil aleatorio, como el que existe en otras zonas del municipio como la avenida de Europa. Así, las multas se aplicarán en función de la velocidad, cuando el conductor supere los 30 kilómetros por hora.
Todo ello después de las quejas del vecindario por las multas de hasta 200 euros por saltarse un semáforo, en teoría «didáctico». Según explicó el alcalde de Canet, Pere Antoni, «nunca ha sido nuestra intención sancionar, sino hacer una labor pedagógica para que la gente respetara el límite de velocidad en ese tramo, y eso también se cumple con el nuevo sistema propuesto por los vecinos. Ellos y ellas consideraban que era mejor sancionar por exceso de velocidad que por saltarse un semáforo y al final hemos llegado a este acuerdo».
«Lo positivo es que la campaña nos ha enseñando que se puede circular por esa calle a 30 o 35 kilómetros por hora, y que todo quedará en mera anécdota. Por nuestra parte, seguiremos abiertos a las propuestas de los vecinos para garantizar que si esta conducta se reproduce en algún punto del municipio, se pueda corregir», añadió el alcalde de Canet. La decisión se adoptó tras una reunión, la segunda, con representantes de la plataforma vecinal que no estaba de acuerdo con el anterior método. «Esta era una de nuestras principales reivindicaciones y celebramos que se haya tenido en cuenta», aseguran desde la asociación.
El control de velocidad, para garantizar la seguridad y la tranquilidad de los vecinos de la zona, que incluye una residencia para la tercera edad, seguirá existiendo, pero la manera de hacerlo será distinta. Hasta ahora, se basaba en un semáforo que se ponía en rojo cuando alguien entraba en la calle a una velocidad superior a los 30 kilómetros por hora, lo que podía suponer una multa de 200 euros y la pérdida de cuatro puntos del carné.
Ahora, además de los varios carteles indicando el límite de velocidad y la posibilidad de ser sancionado que ya existían, habrá un radar. La sanción a los infractores será por superar los 30 kilómetros por hora, el máximo permitido en el caso urbano. De este modo, una persona que supere entre 21 y 40 kilómetros este límite solo recibirá una multa de 100 euros, y la pérdida de puntos comenzará a partir de los que circulen a velocidades que superen en 41 kilómetros la hora, el máximo permitido. Desde la plataforma de vecinos califican estas sanciones de «proporcionadas».
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La medida, sin embargo, tiene carácter provisional pues, tal y como acordaron las partes, más adelante se adoptará una decisión que será definitiva. Esta consistirá en ubicar un radar fijo (o de tramo), que se basa en un sistema de cámaras que graban de forma continua a los vehículos que recorren la calle e identifican la matrícula de cada uno de ellos a la entrada y a la salida del tramo (en este caso, los casi 200 metros de la calle Joanot Martorell).
Posteriormente, un ordenador comprueba los tiempos de paso y calcula la velocidad media del vehículo. Este radar irá acompañado de badenes fijos o de un semáforo didáctico, ya que -como ocurría con sistema de foto-rojo- la idea del Ayuntamiento es que no se tenga que sancionar a nadie, sino que la gente respete el límite de velocidad motu propio.
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