La Colonia Santa Eulalia tiene al fin quien la proteja
La pedanía, cosntruída en el siglo XIX bajo los cánones del socialista utópico, será declarada Bien de Interés Cultural.
RAMÓN BERNABEU
Lunes, 2 de marzo 2015, 00:51
Nunca es tarde. La Colonia Santa Eulalia será declarada Bien de Interés Cultural(BIC). Así lo ha decidido la Conselleria de Cultura, que por fin ha respondido positivamente a los insistentes requerimientos realizados por parte del Ayuntamiento de Sax. El Consisitorio confía en que, gracias a la intervención de la Generalitat, se pueda salvar todavía edificios tan emblemáticos como el palacio, el teatro o la licorera, cuya situación presenta actualmente un avanzado estado de ruina.
Aunque los informes emitidos por los técnicos han sido favorables, la concesión definitiva del BIC tiene que pasar todavía el último trámite antes de ser ratificada por el Consell. El pasado 13 de febrero, la administración autonómica publicó en su Diario Oficial la resolución para que se inicie el expediente de declaración de Bien de Interés Cultural(BIC), a favor de la Colonia Santa Eulalia. Por tanto, en estos momentos, el expediente se encuentra en periodo de exposición pública, tal y como marca la ley, con el fin de que cualquier ciudadano entidad pueda presentar alguna alegación con respecto a dicha declaración.
La Conselleria de Cultura ha otorgado el carácter de espacio de valor etnológico que comparten los términos de Villena y Sax, aunque cabe reseñar que ha sido este último municipio el que ha movido ficha para que este singular enclave obtenga la figura de protección por parte del Gobierno valenciano.
El alcalde de Sax, el popular Vicente Gil, fue quien organizó la visita que realizó hace casi tres años la directora general de Patrimonio, Marta Alonso Rodríguez. Pese a su ascendencia sajeña, la máxima responsable del departamento no conocía el verdadero valor tanto patrimonial, como cultural, histórico y etnológico que posee esta antigua colonia agrícola fundada por el conde de Alcudia y Gestalgar allá por el año 1887, cuando fue catalogada de «primera clase» por el Estado.
Fue a raíz de aquella visita, cuando Alonso decidió tomar cartas en el asunto para que Santa Eulalia obtuviese la declaración de BIC y de esta forma proteger sus ya muy deteriorados edificios.
La figura de protección incluye todos los inmuebles públicos y privados situados a uno y otro térmimo municipal, palacio, teatro, ermita, destilería, administración de correos, lagar y placeta, en la parte sajeña. Tambiñen la antigua factoría de harina, almacén y hasta la escuela, actualmente convertida en chalé, a la que asistían los niños de los trabajadores agrícolas hasta mediados del siglo pasado. Todo ello enclavado en término villenense. Asimismo, la protección abarca a las viviendas levantadas en su día para los colonos y sus familias. Pese a carecer de escritura, estos inmuebles pertenecen desde hace años a particulares que los utilizan como segunda residencia. Lo mismo ocurre con gran parte de la antigua fábrica de harinas que sirve como vivienda a la persona que, hasta la fecha, se ha dedicado a administrar tanto los bienes inmuebles como las tierras de esta pedanía olvidada durante décadas.
En el expediente se hace mención a las casas que conforman la Colonia, reconociendo su situación actual, no así a la parte del edificio de la antigua harinera ocupada por el administrador y su familia. Eso sí, la figura de protección obliga a todos los propietarios a respetar el tipo de construcción en el que habitan, adecuando cualquier reforma futura o ya ejecutada a la estructura original de los inmuebles. Tampoco las administraciones locales podrán realizar ninguna actuación sin obtener antes la autorización por parte de la Conselleria.
Santa Eulalia posee un extraordinario interés tanto etnológico e histórico, como arquitectónico y tipológico. Así lo han determinado los técnicos de Patrimonio, al considerarla una «muestra sobresaliente de un tipo de asentamientos inspirados en las ideas ilustradas y progresistas de los siglos XVIII y XIX, que la hace merecedora de su declaración como BIC».
La colonia agrícola fue declarada de primerañclase en el año 1887. Sus tierras estuvieron dedicadas al cultivo de la vid, cereales, olivo e, incluso, arroz. La producción agrícola se transformaba en la propias factorías de Santa Eulalia en vino, harina y licores que eran después comercializados.
Los trabajadores y sus familias convivían con el señor conde, dueño del enclave, en perfecta armonía y satisfaciendo todas sus necesidades para vivir dignamente. Casa, comida, educación para los hijos, asistencia religiosa e incluso solaz en los días de descanso, gracias a la existencia de frondosos jardines y espacios públicos que eran disfrutados por todos, según consta en crónicas y documentos de la época.