La sequía afecta ya a unas 40.000 hectáreas y a 6.000 empresarios

La peor sequía que se recuerde en medio siglo y que esté documentada por los expertos en el clima de la provincia, pone en jaque no solo la producción agrícola de este año, sino la de los ejercicios venideros e incluso la supervivencia de los mismos cultivos, según destacaron ayer el presidente y director de proyectos del 'lobby' Ineca, Joaquín Rocamora y Joaquín Melgarejo, y el secretario técnico del sindicato del campo Jóvenes Agricultores-Asaja, Ramón Espinosa.

Como viene informando este diario desde el pasado mes de abril, los cultivos de frutos secos (almendra, materia prima básica para la industria artesana del turrón, que no oculta su preocupación); de olivas y de cereales son, con diferencia, los más perjudicados. Se da la circunstancia de que al bajo cuaje de almendras y aceitunas durante la floración se suma el mantenimiento extremo de la sequía, que sigue expulsando el fruto y lo deja en el suelo conforme avanza su crecimiento, lo que mermará las cosechas de modo extremo, en algunos campos por encima del 50% respecto al año 2013. El experto agrícola Ramón Espinosa fue un poco más allá y habló incluso de daños totales del cien por cien en determinadas zonas geográficas y explotaciones agrícolas. Un auténtico desastre para las rentas de decenas de miles de pequeños agricultores con actividad principal o secundaria.

En cualquier caso, un informe presentado ayer por Ineca y Asaja habla de que hay 6.000 pequeñas empresas afectadas directamente por la sequía, lo que mermará la mano de obra. De hecho, el pasado mes ya se observó el efecto laboral: la agricultura fue en junio el único sector con más demandantes parados, 106 en concreto. Menos cosechas que recolectar y menos parcelas que arar, entre otros menesteres. Concretamente, hay 40.000 hectáreas, sobre todo de secano, seriamente dañadas por la falta de lluvias que se arrastra desde noviembre, con registros que no se conocían desde 1890. Espinosa asegura que los daños son evolutivos, siempre son susceptibles de empeorar, porque ni las últimas borrascas en España han llegado a la provincia.

A los daños en almendra, olivo, cereal, uva de vinificación, de mesa y cereza se une la dramática situación de los ganaderos de ovino-caprino y apícola por falta extrema de alimentación para animales. Por ello, Asaja reclama bonificación cuotas Seguridad Social, exención del IBI rústico, y reducción en índices de módulos IRPF, así como un plan de reconversión para el almendro.

Envío desde el Júcar

El envío extraordinario y coyuntural de agua para riego desde la cuenca del Júcar, en el Azud de la Marquesa, en Cullera, hacia el Vinalopó, de unos 15 hm3 según comunicó la CHJ hace unos días, no deja de ser un parche. Como ayer reflexionaron Ineca y Asaja, el Gobierno debería plantear una «auténtica política integral» de trasvases. «Los trasvases de agua son la única solución integral para el déficit hídrico que sufre la provincia de Alicante», subrayó Joaquín Rocamora, expresidente de la patronal Coepa, en cuyo mandato más se luchó y reivindicó desde la clase empresarial (alentada por la política gobernante del PP) por el PHN con trasvase desde el Ebro y con otro desde la vega media del Júcar, no desde la desembocadura. Por ello, hace más de un año que no funciona, ni siquera en fase de pruebas iniciales, una obra que ha costado más de 300 millones de euros entre Cullera y Villena.

También se congratulan Ineca y Asaja del envío de 12 hm3 para abastecimiento urbano del medio y bajo Vinalopó y l'Alacantí desde el embalse de Alarcón. Aprovechan para recordar al Ministerio de Medio Ambiente que Alicante necesita un trasvase desde la toma en Cortes de Pallás, por cuestión de calidad del agua y también de precio, al ahorrarse muchos kilómetros de bombeo eléctrico. Rocamora dijo que el agua debe ser competencia nacional. El Consejo de Ministros aprobará hoy, precisamente, los planes de cuenca del Júcar y del Segura, los últimos que quedaban pendientes.