El informe sobre Castor se conocerá casi cuatro años después de los terremotos

El Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) presentará el próximo miércoles al Ministerio de Energía los resultados de su informe acerca del almacenamiento subterráneo de gas de Castor, que se encuentra frente a las costas de Vinaròs, y cuyas conclusiones determinarán el futuro de esta instalación, según recoge Europa Press.

Este trabajo, cuya conclusión estaba inicialmente prevista para fines de 2016, supondrá la base sobre la que el Gobierno adoptará una decisión.

El informe se solicitó después de que se detectaran 500 microseísmos en la zona tras la inyección del gas colchón en septiembre de 2013. Los pequeños terremotos levantaron el recelo entre la población que comenzó a movilizarse contra el almacén, que se localiza a 22 kilómetros de la costa y a unos 1.700 metros de profundidad. El mayor fue de 4,2 grados y produjo que se movilizara la Guardia Civil hasta la plataforma marina del almacén para comprobar que había detenido sus trabajos.

La polémica ha rodeado así a este proyecto. Lo que iba a ser un maná para la comarca se ha convertido en una inversión de 1.800 millones hundida en el mar después de la sucesión de pequeños terremotos acaecida en septiembre de 2013.

De hecho, un juzgado de Vinaròs está investigando presuntas irregularidades relacionadas con la tramitación de la concesión de explotación del proyecto Castor en el que están investigados una veintena de cargos públicos y promotores de la infraestructura por supuestos delitos de prevaricación medioambiental y contra el medio ambiente y los recursos naturales.

En este sentido, el almacenamiento se encuentra desde 2015 en hibernación y gestionado por Enagás, que asumió esta función tras el pago de una indemnización a la sociedad adjudicataria, Escal UGS. Su actividad se encuentra detenida desde 2013, cuando se detectaron los movimientos sísmicos que afectaron a la costa de Castellón.

En mayo de 2014, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) presentó los resultados de su informe sobre Castor, en el que considera que la sismicidad en la zona de Vinaròs es en parte de origen natural, si bien resulta «razonable» considerar que estuvo relacionada con las operaciones de inyección de gas colchón realizadas en septiembre de 2013 en la instalación.

El IGME también concluyó que la primera parte de la secuencia sísmica fue de tipo «inducida» y su magnitud resultó «relativamente pequeña», lo que sería «habitual» en muchas operaciones similares. Este informe fue el tercero de los realizados por el instituto nacional e incorporó los datos más avanzados hasta ese momento acerca de la localización de la incidencia sísmica.

Pese a estos informes, las investigaciones de la Fiscalía sobre el proyecto Castor llegaron a conclusiones muy claras sobre la situación de la planta y de la posibilidad de que la inyección de gas, tal y como se produjo, provocaran temblores. De hecho, considera «evidente» la falta de un estudio sobre sismicidad en la zona y que el Gobierno «aceptó sin objeciones» un informe con «carencias».