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Una de las acequias que filtran el agua, en una imagen cedida por la Fundación Global Nature. :: lp

Plantas para depurar la Albufera

En el último año se han plantado 26.400 ejemplares de vegetación autóctona en los tancats gestionados por la Fundación Global Nature

P. MORENO

Jueves, 27 de agosto 2015, 00:29

«En los últimos 50 años hemos perdido el 60% de los humedales naturales y la costa mediterránea ha sido una de las más castigadas». Así de contundente se inicia el análisis planteado por la Fundación Global Nature para la conservación del lago de la Albufera, donde aplican desde hace años una ingeniosa solución para limpiar el agua del parque natural.

La entidad gestiona junto a Pavasal y para la empresa estatal Acuamed los tancats de Mília y l'Illa, que suman una superficie cercana a las sesenta hectáreas y donde el proceso es sencillo sobre el papel: hacer pasar el agua sucia por unos canales y lagos donde abunda la vegetación subacuática, así como un tipo de grava donde se quedan impregnados muchos residuos del caudal.

El resultado se ha demostrado muy bueno, indicaron fuentes de la Fundación, que mostraron su disposición a gestionar otras zonas en el parque natural. La estimación es que por el primer tancat pasan unos 2.300 metros cúbicos al día, mientras que por el segundo asciende a 1.600 metros cúbicos al día.

El agua entra en el circuito por gravedad, recorre las acequias y canales, para salir de nuevo al lago gracias al bombeo con motores eléctricos. Los tancats están por debajo del nivel, por lo que necesitan unas barreras naturales alrededor. De ahí le viene el nombre.

El tancat de Mília cuenta con un sistema de depuración de gravas que es capaz de reducir en más de un 80% los sólidos suspendidos del caudal que llega del lago, así como importantes cantidades de nitrógeno y fósforo. Gracias a esto, el humedal artificial se convierte en un refugio de aves y peces.

Este año se han realizado dos plantaciones con especies autóctonas que suman 26.400 ejemplares entre carrizos, juncos, lirios y masiegas. «También se han plantado 250 esquejes de vegetación subacuática en los dos tancats, que han sido protegidas en recintos cerrados para evitar su depredación por aves y peces», indicaron las mismas fuentes, quienes añadieron que el resultado en este caso no ha sido bueno, al contrario de las primeras, donde se ha regenerado una hectárea.

Estos hábitats recuperados para el parque son un santuario para los peces y las anguilas, junto a aves de especies como moritos, espátulas, fochas morunas y avetoros, entre otras variedades. Los dos humedales artificiales han sido financiados en parte por la Unión Europea a través de un programa Life que aporta la mitad de los fondos. Un tercer tancat, el de la Pipa, ha conseguido también un éxito reconocido, además de servir como instrumento de difusión del hábitat natural de la Albufera gracias a las visitas concertadas con grupos. El ciclo de regeneración del agua elimina el característico color verde del caudal, que se agrava cuando se ralentiza la renovación por la falta de aporte.

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