La contaminación supera ya los niveles permitidos a primera hora en Valencia

Una pequeña burbuja hacia el horizonte de color marrón. Es lo que los valencianos llevan viendo desde Navidades en el cielo. No es otra cosa que las altas presiones generalizadas «que favorecen que no haya dispersión del aire», señalan desde la Aemet, y que ocasionan «bancos de niebla». A esto hay que sumar que durante el día no hace mucho frío y las noches son despejadas y sin viento.

El anticiclón que desde el pasado viernes está en la Comunitat y el tráfico rodado, sobre todo de vehículos diesel, son las causas de esta contaminación urbana. «Hasta que no sople el viento, se seguirá viviendo esta situación», señala Ángel Morales, catedrático de Química Analítica de la Universidad de Valencia. Está previsto que el jueves, la climatología de la Comunitat cambie y llueva en varios puntos entre ellos Valencia desde las 00.00 hasta las 12.00 horas, según las previsiones que realiza la Aemet.

En Valencia ciudad había 462.703 vehículos censados en 2014 y los valores permitidos, sobre todo desde las siete hasta las diez de la mañana, se superan. El límite está en 200 ug/m3 de Nox (monóxido de nitrógeno) y según los límites de contaminación de la conselleria de Infraestructuras se rebasan. La Pista de Silla es la que peor datos registra, ya que el tráfico rodado desde las siete de la mañana es intenso llegando a registrarse 355 ug/m3. Una hora después, la cifra se dispara alcanzando los 413. A las nueve, va en descenso aunque aún es muy superior a los límites autorizados: 379. Y a las 10 de la mañana, 233 ug/m3, según datos de ayer. A partir de estas horas, las cifras van en descenso registrándose hasta 81 a las cinco de la tarde.

Lo mismo sucede en el Bulevard Sud donde se contabiliza 291, 298 y 331 ug/m3 desde las siete hasta las nueve de la mañana. En la zona del Politècnic, misma situación: 285, 261 y 233 ug/m3. En el Molí del Sol, se registran también a primera hora niveles superiores alcanzando los 245 ug/m3 a las diez de la mañana. Mientras que en la Avenida de Francia, a las ocho de la mañana, se llegan a alcanzar los 342 ug/m3.

Para mejorar la situación debería llover y que hiciera viento para que «la atmósfera se limpiase y se renovase el ambiente», especifica Morales, sobre todo para evitar las partículas PM2,5, que son más pequeñas que las PM10, y que «a la hora de respirar llegarían hasta el último alveolo», explica el catedrático.

En Valencia, la contaminación atmosférica no llega a ser tan grave debido a que la brisa marina despeja, en cierto modo, por la tarde. En las grandes ciudades, como la capital del Turia, Alicante y Castellón, con sus zonas industriales, es donde se divisa estos estratos. Una de las soluciones sería que las industrias fabricasen vehículos «que contaminasen menos y que los ciudadanos optáramos por el transporte público», explican desde Infraestructuras.

Y es que no hay nada peor para cualquier contaminante que «una atmósfera estable», señala Eduardo Palomares, profesor de la Politècnica. Los expertos aconsejan no hacer ejercicio al aire libre en las ciudades, así como reducir el tráfico. Las alergias y problemas respiratorios son los contratiempos más acusados de la polución. «Esta situación para un asmático sería un verdadero problema si esta situación se alargase mucho más en el tiempo», señala el experto en química atmosférica.