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Palmera caída en la avenida Reino de Valencia.
Por qué caen  las palmeras

Por qué caen las palmeras

La deshidratación, el estrechamiento del tronco y daños internos como raíces aéreas y ataque de hongos debilitan a la especie

LOLA SORIANO

Miércoles, 3 de septiembre 2014, 00:03

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Las palmeras están siendo protagonistas este verano por la caída de cinco ejemplares en Valencia: dos en Ruzafa, uno en Nazaret, uno en la plaza del Ayuntamiento y otro en el Canyamelar. Desde el ayuntamiento insisten en que no es una plaga ni es alarmante, «puesto que de las 21.000 palmeras que hay en Valencia la caída de los cinco ejemplares suponen un 0,02%», según indican desde la concejalía de Parques y Jardines, pero por qué sufren estos problemas.

En principio se debe al exceso de calor y la falta de humedad y son las palmeras más débiles las que sufren. «Igual que cuando hay olas de calor, las personas que tienen ya alguna afección previa son las propensas a sufrirlo, en este caso, los ejemplares que han caído presentaban patologías que no se habían detectado porque estaban en el interior», indican desde la concejalía que dirige Lourdes Bernal.

Partiendo de que se han desplomado las más débiles, aseguran que en el caso de la palmera caída en la calle de la Barraca y la de Nazaret «se comprobó que tenían raíces aéreas. Estaban creciendo hacia dentro del tronco y la estrangulaban». En la palmera de Gran Vía-Germanías, la primera que cayó este verano, se detectó un hongo. En la plaza del Ayuntamiento, se había secado el tronco. «Fue por lignificación. Se había endurecido el tejido», añaden. Y en la palmera que se desplomó el pasado sábado en Reino de Valencia «hemos comprobado que había un tipo de pudrimiento. Se está estudiando si se puede deber a un hongo, pero no se puede confirmar», indicaron desde la concejalía.

Ante la pregunta de por qué no se puede prever con antelación el daño para evitar la caída, la respuesta es clara. La raíz del problema es que «estos ejemplares que más sufren el calor y la falta de humedad no manifiestan al exterior los daños que ya padecen», añaden.

El catedrático de Paisajismo y Jardinería, José Francisco Ballester-Olmos, también corrobora que «así como las palmeras que mueren por el ataque del picudo rojo sí se manifiestan signos externos, en estos casos no. En las afectadas por picudo los brotes de las hojas tienen unas mutilaciones y el brote no nace vertical, sino torcido y cambia hasta el color de las hojas y la forma pasa de esférica a achatada», indica. Añade que las palmeras que han caído sufren problemas fisiológicos y afecta a la anatomía interna. En algunos casos la única manifestación es un estrechamiento en el estípite.

Ballester-Olmos detalla que las palmeras «tienen un sistema fibroso, como alambes, que recorre el ejemplar de arriba a abajo. Tienen un haz de vasos y un parénquima con células de sílice que le dan robustez. En condiciones normales tienen humedad debido a la circulación vertical del agua y la transversal entre vasos de savia. Pero si hay problemas de absorción y circulación, el sistema se vuelve elástico». Añade que en los árboles caídos «se ha comprobado que las fibras y el parénquima está deshidratado y la textura del tronco es más pajiza».

Desde la concejalía de Jardines añaden que desde hace 20 días están actuando en Reino de Valencia con la poda, tratamiento preventivo de picudo, eliminación de dátiles e inspección de palmeras para hacer fichas y medir los riesgos.

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