Por qué es bueno que un niño con diabetes vaya a un campamento

En los campamentos, los niños con problemas de diabetes refuerzan su educación en diabetes tipo 1 y además mejoran su autoestima y autonomía para afrontar el día a día de la enfermedad, que afecta a unos 30.000 menores de 14 años en España, según la Fundación para la Diabetes.

El doctor Roque Cardona, asesor en Diabetes Pediátrica de la Fundación para la Diabetes y pediatra endocrinólogo en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, enumera otras razones:

1. Los niños se divierten «en un entorno seguro».

2. Les otorga independencia. «Los campamentos pueden ayudar a los niños a normalizar el hecho de vivir con diabetes y fomentar aspectos de su cuidado que aún no hayan adquirido», explica el doctor Cardona. «De este modo, el campamento puede convertirse en el lugar donde estos menores adquieren el primer nivel de independencia de sus padres».

3. Refuerza la educación diabetológica. La posibilidad de convivir con otros niños o jóvenes con diabetes abre la oportunidad a aprender unos de otros y a mejorar en el manejo de la diabetes y así aumentar su confianza y autoestima.

4. Los campamentos están dotados de la seguridad necesaria. Cuentan con médicos, enfermeros, dietistas y psicólogos que velan por el bienestar del niño durante esos días.

5. Ayuda a que los padres descansen. El paréntesis en los cuidados y esfuerzo que los padres dan a sus hijos ayuda a encarar con mayor fortaleza el siguiente curso.

En resumen, «a la finalización de los campamentos los niños vuelven a casa con un montón de recuerdos de momentos felices, con nuevos amigos y un mejor conocimiento de ellos mismos y de su diabetes», concluye el doctor Cardona. «Esta combinación positiva resulta beneficiosa y prepara al niño para los muchos desafíos que supone vivir el día a día con diabetes».