Las huellas del primer patrón de Valencia

Su figura fue tenida como la del santo más representativo de España y su culto se difundió con la rapidez en la Iglesia tras su martirio en Valencia, ordenado por el emperador Diocleciano, en el año 304. Una fama que se extendió por todo el imperio romano a medida que se iban conociendo los detalles de la tortura y el testimonio del mártir Vicente, que murió sin renunciar a su fe, y cuyo relato era leído en las misas con los fieles puestos en pie. De hecho, en España, más de 300 iglesias y capillas están dedicadas a la figura del primer patrón de Valencia (después le seguirían San Vicente Ferrer y San Mauro).

No en vano muchos historiadores y representantes de las asociaciones vicentinas no dudan en señalar que el joven diácono fue quien puso a Valencia en el mapa con su martirio, pues a los pocos años de su muerte, su heroicidad hizo que muchas personas sintieran la necesidad de ver el cuerpo del santo, lo que convirtió a la ciudad en punto de peregrinaje. Hasta lo resaltó el arzobispo cardenal de Valencia, Antonio Cañizares, cuando era prefecto del Culto Divino en Roma.

Son varios los lugares vicentinos que aún pueden visitarse en el cap i casal y que, a lo largo de esta semana, cobrarán especial relevancia, ya que el próximo domingo se celebra la festividad del santo en la archidiócesis. Uno de ellos es el monasterio de La Roqueta, actualmente en un proceso de rehabilitación que se encamina a la recta final y que dejará el edificio listo hasta que el Ayuntamiento decida un uso público tras haber invertido en las obras 2,3 millones.

Este edificio, declarado monumento histórico artístico nacional en 1978, tiene su origen en el martirio, muerte y enterramiento de San Vicente Mártir. Sobre su tumba se construyó un 'martyrium' y, posteriormente, una iglesia paleocristiana que, con la conquista de Jaume I, se convirtió en un complejo cristiano con iglesia, convento y hospital. De ahí que los colectivos vicentinos reclamen al Consistorio una excavación en el monasterio para buscar los restos del santo.

Muy cerca de la Roqueta se encuentra la iglesia de San Vicente Mártir en la calle de la Ermita, construida sobre el lugar que según la tradición se encontraba el mudalar (basurero) donde fue arrojado el cadáver del santo.

De la cripta a la cárcel

La ruta vicentina también incluye la cripta o cárcel de San Vicente, en la plaza de la Almoina, donde sufrió martirio; y la cárcel de San Vicente, en la calle homónima, donde se encontraba el lugar de tortura del joven diácono. Alberga como reliquia mayor una columna en la que fue atado para ser torturado. Sin olvidar la Catedral, donde se conserva el brazo izquierdo momificado del santo en la capilla de la Resurrección que llegó a Valencia por una donación de Pietro Zampiere en 1970.

Otra de las paradas es la iglesia del Salvador y Santa Mónica. Allí, el peregrino encontrará la columna en la que fue traído prisionero desde Zaragoza a Valencia para ser juzgado. Según la tradición, esta pieza se encontraba en un mesón que llevaba por nombre Aragón o de las Dos Puertas y, al derribarse el edificio, la columna se trasladó, en 1960, al templo con autorización del entonces arzobispo Marcelino Olaechea.

Del camino de San Vicente hablará precisamente mañana, a las 18.00 horas, en el salón de actos de la iglesia de San Agustín, el aparejador Manuel Galarza. Bajo el título 'El rey don Jaime y el antiguo camino de San Vicente Mártir', está organizada por la asociación Valencia Cultural-Vía Augusta y Camino de San Vicente Mártir.

La huella vicentina va más allá, hasta su provincia de origen: Huesca. El camino de San Vicente que recorren muchos peregrinos parte de Roda de Isábena, el pueblo más pequeño de España que cuenta con catedral. ¿Y a quién está dedicada? A San Vicente Mártir, como también otras ermitas cercanas en la comarca oscense del Sobrarbe.

Desde ese punto de partida, distante 900 kilómetros de Valencia, son cada vez más los peregrinos que cubren el camino. Salvador Raga, presidente de la asociación via vicentius valentiae-via romana-impulsora de la iniciativa-, explica que en el último ejercicio «de marzo a marzo, hemos registrado más de 300» personas que pidieron la credencial.

Puede que sean más, pero no solicitaron ese documento, quienes han cubierto un recorrido que ha interesado a personas de distintas procedencias y de perfies «diversos». Todos se han visto llamados por el deseo de conocer la realidad que rodeó al Mártir. Atraviesan pueblos y ciudades de Huesca, Zaragoza, Teruel, Castellón y Valencia. Y Raga destaca que el paso por todas ellas permite descubrir su hospitalidad disfrutando de un proyecto para «creyentes, para los que no creen, para quienes están interesadas por la historia» y en definitiva para descubrir la universalidad de San Vicent que un día partió de Huesca como diácono de San Valero.

La ciudad y la archidiócesis de Valencia, la capital portuguesa, Lisboa, así como más de 300 iglesias en España y los viticultores de Francia, Alemania, Bélgica y Suiza, celebrarán este domingo la festividad litúrgica de su patrón, San Vicente Mártir. Más de un centenar de poblaciones españolas y 50 francesas llevan actualmente el nombre de San Vicente en memoria del santo martirizado. Igualmente, es copatrón de Lisboa porque, según la tradición, ante la invasión musulmana de Valencia, las reliquias del santo fueron trasladadas por mar a Portugal. Además, es patrón de Sigüenza (Guadalajara), ya que fue conquistada el día de la festividad del santo, y de la isla caribeña de San Vicente y las Granadinas.