El Valencia nunca vio la Champions desde tan lejos
El líder está a más del doble de puntos y el Sevilla, cuarto, a 34|La pretensión inicial de Peter Lim y la necesidad financiera de alcanzar cada año una plaza de Liga de Campeones contrasta con las penurias actuales
Decía Gayà tras empatar con el Alavés que el equipo echaba en falta a la afición. Se olvida el capitán del Valencia que Mestalla es tan generoso como exigente y que no hace mucho –la última vez que se recuerde fue con Gary Neville en 2016–, a los jugadores se les cantaba aquello de 'mercenarios', con gente esperando en la calle que asomaran los futbolistas para recriminárselo. Lo hacía la afición cuando el Valencia iba dando tumbos en tierra de nadie en la clasificación y con un inglés en el banquillo sin saber ni dónde estaba. Aquel Valencia (2015-16), en la jornada 33, que es la que ya se ha cumplido actualmente, era duodécimo con 40 puntos y estaba a 36 puntos del líder, el Real Madrid; con el cuarto (Villarreal) había un margen de 20 y del séptimo clasificado (Sevilla) estaba a tan sólo nueve. Si la afición cargaba contra la plantilla entonces, quizás alguno se pregunte qué haría hoy en día si observara en la comparativa que se está mucho peor que hace cinco temporadas: el primero a 37 puntos, el cuarto a 34, el séptimo a 13 y el Valencia es decimocuarto y mirando de reojo a los de la cola. Nunca había estado el Valencia tan lejos de los puestos de Liga de Campeones desde que la UEFA decidiera en 1999 incluir la fase de grupos en esta competición contando con los cuatro primeros clasificados.
Es verdad que si se toma como referencia lo de 2016 y esos cánticos de 'mercenarios' (hasta con Emery se vivió algo así, por citar un ejemplo), hay que destacar que las circunstancias del Valencia son otras, pero la afición tiene muy claro que hoy en día, jugador por jugador, el equipo es muy superior a rivales que, como el Alavés, casi se lleva este sábado pasado los tres puntos de Mestalla.
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Ahora, el debate ya ha pasado a un plano diferente y se da por amortizado a Javi Gracia hasta el punto de que empiezan a barajarse cada día más candidatos para el banquillo del Valencia. A Bordalás, por ejemplo, se le mira cada vez con otra óptica pese a que también está haciendo un mal año con el Getafe. La diferencia del conjujnto madrileño con respecto al valencianista es que aquí afecta muchísimo más la mera observación de la clasificación, al margen claro está del insulso juego que ofrece el equipo.
Que Gracia esté siendo el protagonista de la tercer peor temporada de la historia del Valencia desde que la Liga se juega a tres puntos es ya de por sí un hecho de peso. Pero que lo haga justo cuando más necesitado está el equipo de ingresos aumenta todavía más la desesperación. El Valencia de Meriton –como el de Salvo o el de Llorente, como ejemplos más cercanos–, necesita entrar en Champions y ventas para equilibrar sus presupuestos. Además, Lim llegó abanderando un proyecto que iba a pisar moqueta cada año.
Y desde 1999, nunca se había estado en la jornada 33 tan lejos del cuarto clasificado. Los 34 puntos que hay de distancia con el Sevilla en estos momentos, pulverizan referencias como las de 2016-17 (a 25 puntos también del Sevilla); la de 2015-16 (20 con el Villarreal); la de 2013-14 (a 18 estaba el Athletic); los 15 que llevaba de ventaja el Atlético de Madrid (2007-08), y los 11 que la temporada pasada tenía de margen el Sevilla.
¿Y con el primero? Manuel Llorente siempre exigía a Emery que rebajara las distancias con Madrid y Barcelona cuando estos copaban las dos primeras plazas. Ahora, el Valencia está a 37 puntos del Atlético (con el Barça con un partido menos) y sólo en dos ocasiones desde 1999 el margen ha sido mayor: 38.