

Secciones
Servicios
Destacamos
En qué piensa un chico de 27 años que lo tiene 'todo' (deportista, rico y famoso) cuando toma la decisión de marcharse de fiesta como ... un colegial cualquier con dos amigos a una conocida discoteca de la ciudad, sabiendo que no es lo más idóneo para el descanso de un profesional de élite después de un partido y a pesar de saber que estando el equipo colista se puede encontrar con una situación incómoda, tanto pensando en él mismo como en el resto de compañeros? Nada hacía presagiar en el final del Valencia-Villarreal del sábado 31 de agosto que horas después de ese punto que sabía a gloria bendita para los blanquinegros, le iba a cambiar la vida a Rafa Mir Vicente (Cartagena, 18-6-1997), el fichaje estrella del Valencia 2024-25 y el hombre por el que desde el año pasado venía suspirando una y otra vez su entrenador.
Si es o no el delantero culpable de un delito de abuso sexual será algo que deberá decidir Ana Magraner, una jueza elogiada por sus conocimientos y su rectitud por algunos de los abogados que frecuentan los juzgados de Llíria. Pero hasta que llegue ese momento, tanto las dos víctimas como los dos jóvenes denunciados deberán aprender a convivir desde su perspectiva con un problema que en España empieza a convertirse en una imparable bola de nieve que preocupantemente no deja de crecer. Según recoge el Ministerio del Interior en su Portal de Criminalidad, en el primer trimestre de este mismo año se han registrado 4.568 delitos contra la libertad sexual, cifra que supera en un 6,4% los que se contabilizaron en el mismo periodo el año pasado (4.303). La cosa va a más aunque la cifra de condenas sea algo menor por la lentitud que se sigue en los procesos. En la Comunidad Valenciana, en 2022 hubo 475 condenados por delitos sexuales, de los 3.835 que se contabilizaron en todo el territorio nacional.
Cada uno de esos casos encierra lógicamente sus propias circunstancias. El caso de Rafa Mir puede ser tan especial como otros pero mediáticamente encierra tantas aristas y de tan peligroso calado que ha puesto al Valencia, por si no tenía bastantes problemas con la supervivencia deportiva, entre la espada y la pared. Nada más conocer el desagradable suceso y sabiendo el impacto y el revuelo que iba a causar, a más de uno en el club se le ocurrió que lo mejor que podía pasar era que el Valencia echara por la puerta de atrás al futbolista, independientemente de lo que se decidiera al final en el largo y espinoso proceso judicial al que se enfrenta.
Noticia relacionada
Al Valencia, que uno de sus emblemas deportivos haya acaparado el foco mediático de toda España con esas manos esposadas a su entrada en el juzgado, le ha abierto una herida en canal difícil de suturar. Lejos queda ese proyecto de UN Woman que impulsó en 2015 Layhoon y que llevó incluso a la presidenta a pedir en sede de la ONU 'respeto' para las mujeres. Hasta el hecho que, supuestamente, echaran del chalé a las chicas en ropa interior y que les tiraran la ropa por encima del muro que protege la vivienda del jugador ya es de por sí una situación totalmente denigrante.
Desde el punto de vista que afecta al Valencia, la mochila que va a soportar Mir a partir de ahora es de una carga brutal, con la permanente duda de ver cómo es recibido en los campos donde juegue el equipo o incluso la actitud que puede tener al respecto la misma grada de Mestalla. Los aspectos más íntimos que recoge la denuncia de la joven alimentan todavía más la disyuntiva de qué hacer a partir de ahora con este futbolista. La sensación que se manejaba en el Valencia hace unos días, tras consultar la cuestión con especialistas jurídicos, es que contractualmente poco se puede hacer más allá de digerir el 'marrón' como se pueda y resistir hasta que en junio acabe la cesión. Más aún teniendo en cuenta la esquelética situación en la que se encuentra actualmente Baraja, con el equipo cogido con pinzas. En ese escenario está actualmente Mir, aunque el expediente se le haya traslado a Peter Lim y a los consejeros singapurenses para que tomen partido, si es que alguna vez toman partido en algo de esta trascendencia. De Layhoon no se sabe nada. Lleva meses en silencio y en las presentaciones de los jugadores se limita a saludar a la concurrencia de manera educada y a ponerse los cascos para que le traduzcan el tiroteo al que se expone con suma dedicación Miguel Ángel Corona.
El Valencia ya sabe lo que es tener en sus filas a un jugador que está bajo la lupa judicial. Pasó con Santi Mina y seguramente se repetirá el guion con Rafa Mir, con la sensible diferencia de que el primero recibió la primera sentencia judicial –cuando ya no estaba en las filas del Valencia– en 2022, cinco años después de que fuera interpuesta una denuncia por un delito sexual contra él –cuando sí era del Valencia–. Si el club en aquel momento se refugió en la presunción de inocencia para que Mina –a quien la Audiencia de Almería ratificó el año pasado la condena a 4 años de cárcel– siguiera jugando con la camiseta blanquinegra (disputó 83 partidos en las dos temporadas siguientes al desagradable suceso de Mojácar), esta vez más de lo mismo. Mina, aunque no jugó ni un minuto contra el Barcelona en el Villamarín, aún llegó a conquistar la Copa del Rey de Marcelino en 2019. A Mir no parece que le vaya a acompañar la misma suerte este ejercicio.
Plantearse ahora la opción de compra para el Valencia puede resultar hasta un tanto absurdo. Por mucha sospecha que levante la teoría de que la reciente compra de la vivienda donde reside el jugador en Torre en Conill haga pensar que se iba a hacer ésta efectiva en junio.
El cartagenero salió del Valencia en enero de 2018 por la sorprendente vía que la abrió su 'padrino' Jorge Mendes (fichó por el Wolverhampton de Nuno por 2 millones de euros) y seis años después ha hecho que saltara por los aires el ambiente de semieuforia que se vivió cuando Valencia y Sevilla, después de un año de negociaciones y riñas públicas, pudieron por fin sellar un acuerdo de cesión que llegó incluso a situar en un ring mediático a los responsables deportivos de ambas entidades: Víctor Orta y Miguel Ángel Corona. En medio, Baraja, que tiene argumentos suficientes para sentirse de alguna manera traicionado por su futbolista 'predilecto'. A Rafa Mir le espera a partir de mañana, si finalmente se decide que acuda a la sesión de entrenamiento en la ciudad deportiva, una de las semanas más complicadas de su carrera profesional. Deberá hacer frente a la presión mediática, a sus explicaciones a capitanes y compañeros, al entrenador, a los dirigentes, a la afición y en definitiva a la sociedad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Encuentran muerta en un río a la actriz Sophie Nyweide
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.