El Valencia ya no va de farol y habla públicamente de que el terreno en el que se erige Mestalla está a la venta. ... La parcela que se encuentra entre la Avenida de Suecia y la Avenida de Aragón, flanqueada por la calle Doctor Juan Reglá y la calle Artes Gráficas, tiene una superfície superior a los 90.000 metros cuadrados, según esgrime el club blanquinegro en el comunicado en el que anunció que la firma CBRE se encargará de encontrar el futuro comprador del que muchos consideran el terreno más jugoso y aprovechable de Valencia.
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El club le ha otorgado el mandato de la operación a la firma internacional de consultoría y servicios inmobiliarios, con la aspiración de ingresar en torno a 150 millones por la parcela, una cifra muy inferior a la que en su día aventuró Vicente Soriano, cuando dijo que Mestalla se vendería por 400 millones. La crisis económica e inmobiliaria de finales de la década de los 2000 pegó fuerte en el Valencia, trastocando los planes faraónicos que el club tenía para hacer la mudanza al coliseo de Cortes Valencianas, el cual se espera que esté finalizado en 2027, cuando el equipo se mudaría al Nou Mestalla.
Pero, claro, encontrar un comprador para una parcela de esas dimensiones no es fácil, tal y como aseguran fuentes inmobiliarias conocedoras del sector a LAS PROVINCIAS. De la noche a la mañana no aparecerá un señor -porque estas operaciones no las realiza un particular, si no empresas o fondos de inversión gigantes- a comprar la parcela porque le apetece construirse una casita. Esto es una operación en la que se avista una oportunidad histórica para levantar torres de oficinas u hoteles en un emplazamiento privilegiado de la ciudad, con una ubicación envidiable cercana al centro y conectada a una de las principales vías de acceso y salida de Valencia.
El suelo tiene uso terciario para construir zonas comerciales, además de residencial, donde se levantarían bloques de viviendas que, por la zona en la que está, catalogada como «súper prémium», tendrían un precio medio que no bajaría del medio millón de euros. Y es que ese es el principal factor que tiene a su favor el Valencia como club. Interesados va a haber. Muchos. Porque el terreno de Mestalla es el más jugoso y aprovechable de la ciudad, que se empieza a quedar ya sin espacio para construir nueva vivienda o cualquier tipo de oficina u hotel. Las nuevas expansiones urbanísticas no tienen más remedio que empezar a mirar al extrarradio, con ubicaciones como Turianova, Quatre Carreres, Nazaret o Beniferri. Es por eso que, una ubicación privilegiada en pleno corazón de la ciudad junto al Río Túria, a tiro de piedra del centro histórico y con cercanía al mar, es un caramelito para las promotoras, que no tienen acceso a un suelo de este estilo en la zona, tal y como comentan a LAS PROVINCIAS fuentes del sector inmobiliario. La primera cifra que se ha deslizado desde el entorno del Valencia es que el club estima que la parcela del viejo Mestalla tiene un valor de unos 150 millones de euros Pero, ¿cómo de real y de acorde al mercado es ese precio?
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Una simple consulta al catastro de la ciudad de Valencia dibuja que el valor que tiene el metro cuadrado del emplazamiento en el que se levanta el actual estadio blanquinegro es de 2.940 euros. Una simple multiplicación por los 90.000 metros cuadrados que dice el club que tiene dicha parcela resulta en una cifra de 264,6 millones de euros. Pero ojo, ese valor está lejos de la realidad. Porque, al fin y al cabo, ese sería el precio que tendría el terreno si estuviese vacío y listo para construir mañana mismo. Es decir, si fuese un descampado, para que nos entendamos.
Y es que en esa parcela, el futuro comprador deberá acometer un montón de operaciones que conllevarán un coste elevado, lo que hace que indirectamente se reduzca el valor, para que salga rentable. Entre esas acciones está, lógicamente, el derribo del estadio de Mestalla. Algo que se calcula que tendría un coste de entre 10 y 15 millones para echar abajo más de cien años de historia y miles de recuerdos de infinidad de aficionados valencianistas. Posteriormente, habría que llevar a cabo el procedimiento de sanear el terreno, que lleva edificado desde 1923.
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Ese saneamiento y esa preparación de la parcela para la futura construcción también tendría un coste millonario, ya que habría que reubicar y recolocar todo tipo de conexiones de agua, gas, luz, internet y demás cosas que se pueden imaginar. Y ya, si el futuro comprador pretende excavar y construir hacia abajo, para hacer, por ejemplo, un parking subterráneo, eso elevaría todavía más el coste de la operación. Es por ello que ese valor catastral no es el mejor indicador, pero sí sirve para hacerse una idea. Pongamos que se reduce a la mitad, para cubrir con todos los costes comentados.
Estaríamos hablando ya de un valor de en torno a los 1.500 euros por metro cuadrado. Ahí, la multiplicación simple del terreno -recordemos, 90.000 metros cuadrados- ya da una cifra más acorde: 135 millones. Un número que se acerca a esa horquilla que busca el Valencia por encima de las nueve cifras y que se acerque lo máximo posible a los 200 millones. Un precio que ayudaría a la entidad valencianista a cubrir los costes del préstamo de Goldman Sachs con el que finalizará la obra del Nou Mestalla, poniendo así, teóricamente, punto final al drama que lleva viviendo desde hace dos décadas con la eterna mudanza a Cortes Valencianas que nunca se culmina.
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