Prandelli aprieta las tuercas a los jugadores
El técnico pretende mejorar el rendimiento físico del equipo y pese a los tocados y las ausencias, la plantilla se somete al test de lactato en esta mini pretemporada
JUAN CARLOS VALLDECABRES
Miércoles, 5 de octubre 2016, 22:10
valencia. Cuando García Pitarch se reunió con Cesare Prandelli para cerrar su fichaje por el Valencia hablaron, entre otras cosas, de cuáles eran los males que padecía este equipo. El hecho de coquetear con asiduidad con la zona de descenso (en seis de las siete jornadas disputadas) siempre se debe a un buen puñado de causas, no a una sola. Lo que no se podía imaginar el técnico italiano es que una de las cuestiones que debe mejorar desde ya es el rendimiento físico de los jugadores. Sobre todo porque la Liga no ha hecho más que comenzar y el equipo no ha tenido que repartir energías en ninguna competición europea. Si a esos dos aspectos se le une el profundo conocimiento que en el tema de la preparación física siempre ha tenido Ayestarán, todavía sorprende más este déficit. Prandelli lo ha detectado de manera inmediata y no duda al afirmar que una de las prioridades que se han marcado él y su equipo de trabajo es elevar las prestaciones físicas de los jugadores.
Lo curioso es que cuando Pako Ayestarán tomó la temporada pasada las riendas del Valencia, tras ser destituido Gary Neville, y aún a pesar de que ya conocía el grupo puesto que llevaba varias semanas trabajando con ellos, se encontró con las mismas sensaciones. Detectó además el vasco que a sus futbolistas les costaba un mundo sobreponerse siempre a un primer golpe de efecto del rival. Se venían abajo a las primeras de cambio. El domingo, contra el Atlético y con Prandelli y sus ayudantes en el palco tomando nota de todo, percibieron los mismos síntomas. «Hay que buscar la mejora física», ha llegado a reconocer el preparador italiano. El Atlético acabó más fresco que un Valencia encogido por los problemas musculares de varios jugadores, a pesar incluso de que fue el rival quien venía de haber disputado cuatro días antes un partido de Champions.
No se ha tardado mucho en activar el plan para cortar esa carestía. Ayer, en la primera de las dos sesiones, los futbolistas fueron sometidos a la habitual prueba de lactato, que consiste en extraer una mínima muestra de sangre después de haber sometido al jugador a diferentes ritmos de carrera. No fue el entrenador directamente quien estuvo al pie del cañón sino los dos preparadores físicos que ha traído. Este test les permitirá a los italianos calibrar de manera individual a cada jugador e incluso planificar las intensidades óptimas de entrenamiento de manera más personalizada.
Lo que habitualmente se hace cuando está todo el grupo presente y en periodos determinados de la temporada, se ha hecho ahora a pesar de que la plantilla está bajo mínimos -por la ausencia de los internacionales- y cogida con alfileres -por el tema de lesiones y sobrecargas-. Eso refleja la urgencia que se vive en el valencianismo.
Pensar que Prandelli y Walter Vio -el preparador físico- van a planificar una 'mini pretemporada' en octubre para poner a todos listos es un tanto desmesurado aunque es obvio que se van a esmerar en esta faceta (la sesión de ayer por la tarde también fue física). El problema que suele ocurrir cada vez que se cambia un entrenador es que los métodos de preparación varían y eso casi siempre lo acaban acusando el jugador.
Advertía ya Prandelli que las mejorías -hablaba en global- se percibirán en tres o cuatro meses. El Valencia, pese a esta lógica previsión, necesita pensar a corto plazo. No se pueden plantear los siguientes partidos de Liga como una periodo de pretemporada porque sería el peor de los errores.
De ahí la necesidad de contar con los máximos efectivos posibles. De Mangala, por ejemplo, el Valencia informó oficialmente ayer, tres días después de la lesión, que no tiene rotura fibrilar alguna. Después de la revisión de los médicos de la selección -que lo enviaron para casa- y los del Valencia, todo ha quedado en una contractura en su bíceps femoral de la pierna derecha. Se confía que esté para jugar en Gijón.
Allí también se confía que estarán para jugar Enzo y Parejo, que desde el domingo arrastran sobrecargas. Precisamente, con Parejo mantuvo ayer por la tarde el entrenador una charla privada a la que después se unió su ayudante, Gabriele Pin. Fueron unos pocos minutos pero es obvio que el italiano considera a Parejo una pieza fundamental en su esquema. Parejo lo ha jugado todo hasta ahora, tanto con Ayestarán como con Voro.