El Valencia gana el pulso por Mathieu

valencia. Resistió el Valencia hasta el último suspiro y, finalmente, consiguió su propósito. Si Jeremy Mathieu, imprescindible para los técnicos, salía del club blanquinegro no lo haría por menos de los 20 millones de su cláusula de rescisión. El Barça jugaba con la baza del deseo y la presión del futbolista, pero necesitaba que el Valencia diera su brazo a torcer. Y no. Nuno convocó a Mathieu para la gira de Chile y Perú y el francés se subió al avión con destino a Madrid, previo al viaje a Sudamérica. En la capital respiró el francés: su fichaje al Barcelona se había hecho oficial.

Los mensajes al móvil de Mathieu se sucedían y ahí supo el zaguero que no seguía el viaje junto a la expedición del Valencia. El Barça había hecho un último esfuerzo al aumentar su oferta hasta los 20 millones y esperaban una rápida respuesta del Valencia. De hecho, en el conjunto azulgrana llegaron a asegurar que si Mathieu viajaba a Perú, prácticamente daban por descartado el fichaje. El Valencia dio el visto bueno al nuevo escenario -la primera oferta del Barça fue de 15 'kilos'- y Mathieu viajó directamente a la Ciudad Condal para posar por la tarde como nuevo jugador azulgrana.

«El Valencia Club de Fútbol ha llegado a un acuerdo con el Fútbol Club Barcelona para el traspaso del defensa francés Jérémy Mathieu por 20 millones de euros. El Valencia CF agradece a Mathieu su profesionalidad y rendimiento en las 5 temporadas en las que ha militado en nuestro Club», rezaba el comunicado que lanzó el Valencia pocos minutos antes del mediodía. El Barcelona, casi simultáneamente, hacía lo propio en su página web: «El FC Barcelona y el Valencia CF han llegado a un acuerdo para el traspaso del jugador francés Jérémy Mathieu. Mathieu firmará contrato con el FC Barcelona para las próximas cuatro temporadas más una opcional. El coste del traspaso es de 20 millones de euros y la cláusula de rescisión será de 50 millones de euros». El Valencia recibe 10 de los 20 'kilos' al contado y el resto, a plazos. Amadeo Salvo prefirió ayer no entrar en más detalles: «Si el Barça quiere, los daremos», se limitó a decir el presidente.

Mathieu, de 30 años, finalizaría su relación contractual con el conjunto azulgrana en junio de 2019, con 35 años. El francés era una petición expresa de Luis Enrique, aunque el deseo del técnico asturiano coincidía con las preferencias de Andoni Zubizarreta, que ya intentó el fichaje de Mathieu el pasado verano. En el Barça destacan la velocidad del francés para jugar con una defensa adelantada y su polivalencia, ya que puede actuar como central y lateral zurdo. Para Mathieu hacía semanas que no había marcha atrás. Así lo dejó claro el zaguero francés por la tarde, nada más aterrizar en la Ciudad Condal y antes de fotografiarse junto al escudo del Barça en el Camp Nou.

«El club conoce cómo juego y simplemente vengo para aportar mi calidad», decía Mathieu, que repitió en varias ocasiones su sentimiento de felicidad por el fichaje: «El Barça es el mejor club del mundo, y venir es una gran oportunidad para mí. Es un orgullo estar aquí y estoy feliz y contento». Se cierra así un capítulo que ha mantenido en jaque a técnicos y directivos del Valencia el último mes. Un pulso que vivió su punto más álgido en Alemania, durante el stage de pretemporada.

El francés comenzó las hostilidades negándose a entrenar. A pesar de que se encontraba en plenas condiciones físicas, Mathieu iniciar el pulso quedándose en el hotel mientras sus compañeros se ejercitaban en Herzogenaurach. Fue justo el día después de la marcha de Rufete de Alemania. El director deportivo había estado mimando al francés, siendo consciente de que el futbolista ya había tomado la decisión de marcharse al Barça. Los técnicos protegían al francés pese a que también se negó a jugar el primer partido amistoso en Bayrouth. Tras el choque, Nuno aseguró que la decisión había sido consensuada con el futbolista y volvía a destacar «la gran profesionalidad» del central.

El técnico portugués le concedió esa medida de gracia y luego Mathieu cumplía como el que más en cada entrenamiento. El Valencia seguía defendiendo al francés por si el Barcelona acababa claudicando y lanzándose a por otro central. Esa era la esperanza de Nuno, Rufete y Salvo, que se frotaban las manos pensando en un eje de la zaga formado por Mathieu y Otamendi. Sin embargo, el francés ya no tenía la cabeza en el Valencia. Y lo demostró en el acto que los jugadores blanquinegros protagonizaron en la sede central de Adidas.

Allí, mientras sus compañeros firmaban autógrafos, Mathieu estuvo pegado al teléfono hasta que trabajadores del club le insistieron para que participara activamente del acto. Desde antes incluso de ese momento, la imagen de Mathieu con el teléfono en la oreja se repetía constantemente. El francés se ejercitaba al cien por cien, pero no quería jugar porque entendía que una lesión podía entorpecer su negociación con el Barcelona.

El penúltimo pulso llegó el jueves 17 a última hora. Mathieu emitía un comunicado pidiendo al Valencia que negociara con el Barcelona. «Llegué al Valencia hace cinco temporadas libre, y está operación supondría un beneficio para todas las partes implicadas. En este tiempo siempre he intentado dar lo mejor, mostrando mi profesionalidad y mi cariño al club en todo momento, pero creo que es el momento de dar un paso adelante y cerrar un ciclo en una entidad a la que siempre llevaré en el corazón y a la que estaré eternamente agradecido pase lo que pase», explicaba Mathieu.

Este gesto fue entendido por el Valencia como un desafío que no partía directamente del futbolista. Hasta Nuno, en una entrevista para LAS PROVINCIAS, aseguraba que era el entorno de Mathieu el que le había llevado a cometer actos impropios del jugador. En el comunicado, el francés también dijo que Salvo le prometió negociar si llegaba una oferta de un club importante. De eso hacía once meses, cuando Mathieu renovó con el Valencia.