Las juntas de accionistas se encogen desde la llegada de Lim

Prácticamente desde que el Valencia se constituyó en Sociedad Anónima Deportiva (15-10-1992), cada convocatoria para la junta general era señalada en rojo en el calendario por los propios accionistas. Ir a la asamblea, ya fuera en la sala del desaparecido Jesús Barrachina, en la Fonteta, en el complejo la Petxina, en el Palau o en el Palacio de Congresos propiciaba todo un ritual con la incertidumbre siempre de saber a qué hora acabaría (algunas ya pasada la medianoche y otras de 10 horas de debate) y si iba a transcurrir en paz o en ambiente de guerra. Con la llegada de Peter Lim al Valencia, poco a poco el consejo ha ido apagando esta cita anual de la directiva con el pueblo, hasta el punto de coincidir este año, el último que está abierto para los que tienen 9 acciones, con el inconveniente del COVID que ha obligado a reconvertirla –como otros clubes– en telemática.

Con Lim como máximo accionista se han sucedido drásticos cambios. Primero se intentó que los medios de comunicación no pudieran transmitirla en directo; luego se les cerró por completo la puerta; después se limitó la intervención de los accionistas a cinco minutos; más tarde se retiró el atril del escenario y tuvieron que hablar desde sus asientos; en 2018 se fijó la junta en pleno puente de diciembre (día 7); este año se ha puesto también en día laborable pero a las 11 de la mañana, y, además, hay que añadir ese factor de que se tendrá que conectar desde cualquier soporte técnico que lo permita. A partir de 2021, los que tengan solo 9 acciones ya no entrarán. La gran incógnita ahora es si el hecho de no tener que ir a la Feria de Muestras y poder hacerlo desde casa facilitará que haya mayor asistencia o restará interés.

En 2014, el año en el que Lim tomó posesión de las acciones, en el Palacio de Congresos y con Amadeo Salvo como maestro de ceremonias, se registró una importante presencia de accionistas. El número que se registró de asistentes fue de 443. había mucho interés por ver en persona a esa comitiva singapurense que encabezaba Layhoon y que tenía también al hijo de Lim, al que le dedicaron una ovación. Los tiempos y los ánimos han cambiado. El interés fue decreciendo. En 2017, por ejemplo, se contabilizaron 56 accionistas presentes, en el citado 2018 fueron 71. El año pasado el número fue de 168. Justo dentro de una semana se comprobará si hay más o menos.