Gourlay se atasca en el mercado
El Valencia no cierra las renovaciones de los tres sub-21 y tiene al ralentí los refuerzos pendientes | El interés por el barcelonista Pau Víctor choca con la competencia de más equipos, mientras no se salva tampoco la diferencia con el Mallorca por Copete
A Ron Gourlay se le empiezan a amontonar carpetas en la mesa de su despacho. Tantos, que en la víspera de que el Valencia CF ... dispute su segundo amistoso de pretemporada (miércoles, 20 horas contra el Leganés en el Puchades), la casa para la que ha venido a dar lustre, está todavía por construir. El CEO de fútbol que incorporó Peter Lim ni ha hecho todavía declaraciones ni ha cerrado ninguno de los frentes importantes que tiene abiertos la entidad. Antes de venir ya estaba fichado Raba, lo de Julen Agirrezabala bastante encauzado y la renovación de Jesús Vázquez a falta de concretar. Han sido los tres hitos que ha tenido el Valencia hasta la fecha en un mercado que en lo que al capítulo de entradas está en un evidente déficit (Yarek se fue y se está a la espera de anunciar aún el traspaso de Mosquera al Arsenal). Lástima que el club no permitiera las preguntas a Gourlay en el acto de presentación de Agirrezabala, el primer evento al que asistió el escocés ya como ejecutivo de la entidad, porque se hubieran podido despejar al instante las aspiraciones reales de este nuevo proyecto que no está del todo claro.
No obstante, conforme han ido pasando las fechas se ha ido enmarañando su estancia en Valencia a nivel profesional. Desde luego, la derrota contra el Castellón no ayuda en nada a la hora de enfocar la situación por la que atraviesa el equipo, con jugadores que no quiere Corberán pero que siguen en nómina y en Paterna, con los tres sub-21 todavía por renovar y con futbolistas que interesan y con los que se ha hablado pero por los que no se ha llegado a ningún acuerdo hasta el momento.
A la afición, desde luego, lo que le motiva es saber que si la apuesta deportiva que desliza el Valencia es la de aspirar a colarse en Europa, se vea al menos reforzada por un capítulo de fichajes consistente. Más aún si no está claro del todo cómo se van a desarrollar la propuesta de renovación de contrato y mejora salarial («muy buena» según califica el club) que se le ha trasladado principalmente a Javi Guerra. La amenaza del Milan sigue estando muy presente y endurece el desafío de Gourlay de cerrar con éxito la continuidad del futbolista con más proyección actualmente en el Valencia.
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El problema para el escocés es que en este escenario de tanta incertidumbre -la ausencia de declaraciones contribuye también a ello-, hasta los ajustes habituales que se producen en cualquier negociación de contrato levantan las alarmas. Así, por ejemplo, los respectivos representantes de Diego López y de César Tárrega aportan ahora sus matices a las cifras que les ha pasado el club. Con el asturiano se lleva hablando desde hace bastante tiempo atrás y con el central de Aldaia todo arrancó hace semana y media. La versión del Valencia al respecto es clara: las ofertas son buenas, hay sintonía y hasta agradecimiento -por la otra parte-, y el interés en llegar a un acuerdo es máximo.
Pero la realidad es la que es y de los 390 millones de euros que por ejemplo llevan invertidos hasta la fecha en operaciones de mercadeo los clubes de LaLiga, la cifra que corresponde al Valencia es cero. Ante eso, poco se puede decir. Tan sólo que se siguen lanzando intentos que a veces quedan muy lejos y otras no tanto. Así, de hecho, se hace difícil pensar que el barcelonista Pau Víctor pueda finalmente recalar en Mestalla, sobre todo si entra en la puja por él un club como el Betis. La lista de pretendientes por el joven delantero del Barça es más larga de lo que desearían los responsables valencianistas.
Donde también queda trabajo por hacer es con el Mallorca por el caso Copete. El central quiere venir al Valencia -multiplica por dos el millón que cobra actualmente de salario- pero con el que hay que limar asperezas es con su club, que vio muy insuficiente la propuesta valencianista de dos millones para dejar marchar al ecijano (25 años), que acaba contrato el año que viene. El último central por el que el Valencia una suma de similar calibre fue por Cenk, y ya se sabe lo caro que salieron esos cinco millones de euros que se pagaron por él. Ahora hay que colocar a Cenk como sea y donde sea, tarea encomendada a su representante pero que pesa directamente sobre Ron Gourlay. De no mucho servirá el pellizco que se espera recibir por la venta del atlético De Paul al Inter de Miami por 15 millones. Tocarían 112.500 euros.
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