A Corona le zarandean la corona
El Valencia intenta reafirmar el rol del director deportivo dentro del organigrama después de las deficientes temporadas y la irrupción de Ron Gourlay como máximo responsable de fútbol
Llegó como jefe de scouting en enero 2020 de la mano de César Sánchez; se recolocó como secretario técnico a final de verano de 2021 ... cuando el exguardameta salió escandalizado y hastiado de Meriton; a comienzos de 2023 le colgaba ya la etiqueta de director técnico, y tras una reunión en Singapur acompañando a Gattuso regresó ya con la condecoración de director deportivo en la solapa. A Miguel Ángel García Pérez-Roldán (Talavera, 12 de febrero de 1981) no le traga el valencianismo y hasta la Wikipedia le juega una mala pasada. Por si no tuviera bastante con aguantar cada dos semanas los cánticos de su propia afición, hasta este conocido portal web recoge la aportación de un avispado usuario que cuela que el apodo por el que se le conoce a Corona es el de 'florero'. Dos novenos, un duodécimo, un decimotercero y un dieciseisavo puesto no es desde luego una carta de presentación lustrosa teniendo en cuenta que se trata del Valencia.
Pero, ¿qué es en realidad hoy en día Corona tras el nombramiento de Ron Gourlay como el ejecutivo máximo responsable de todo lo que tenga que ver con lo futbolístico en el Valencia? Pues desde el club se insiste con especial énfasis en que Corona continúa siendo el director deportivo valencianista tras este sorprendente nombramiento de Peter Lim. El dueño ha colado un hombre de su entera confianza en la cúspide del organigrama de la entidad. Con Mateo Alemany con ese rol –y con Marcelino en el banquillo y un equipo de buenos futbolistas–, el Valencia funcionó a las mil maravillas. La duda ahora es saber si lo que de verdad pretende Lim con el fichaje del ejecutivo escocés es ahorrarse a su manera los contratiempos que le daba el gestor mallorquín o si trata de verdad de reimpulsar al club.
De momento, Kiat Lim, Corberán y el mismo Ron Gourlay parecen ser los más optimistas en esta nueva escena. Se vuelve a hablar de élite europea, algo que les puede pasar una severa factura dentro de unos meses. En el Valencia, por cierto, comparten la esperanza de que las cosas en el club van a cambiar para mejor pero lo hacen de una manera muchísimo más moderada, al menos en cuanto a celeridad. Si Lim va a autorizar o no más inversiones en fichajes después de los traspasos que se puedan producir este verano es algo que por ahora queda flotando en el ambiente. A Ron Gourlay le corresponderá en cualquier caso despejar esa incógnita públicamente, ya que la idea es que ofrezca a un corto/medio plazo una rueda de prensa.
De cualquier manera, el interés del propio Valencia en proteger la figura de Corona cobra especial relevancia tras comprobar cómo en el meditado y consensuado escrito oficial que emitió el club el pasado jueves casi a la medianoche, en ningún momento se cita a Corona. Como mucho se nombra al departamento deportivo, precisamente el área sobre la que teóricamente ejerce o ejercía hasta ahora el pleno dominio Corona. El toledano tenía antes que rendir cuentas a la presidenta y sobre todo al máximo accionista, y ahora además de cogerle el teléfono a Kiat –hay versiones que cuentan que su padre le llamaba al móvil a las tantas de la madrugada– deberá pasar también por el despacho de Gourlay, cuya pretensión es lógicamente vivir en Valencia, algo que ni se ha planteado en ningún momento el actual presidente ni tampoco le hacía del todo gracia a Layhoon, que en su segunda etapa se escapaba a las primeras de cambio.
Que Corona es un superviviente nato es un hecho indiscutible. El toledano ha sido capaz de escuchar sin pestañear cómo Meriton reconocía públicamente que estaba buscándole un sustituto. Si aguantó el tirón en ese momento, todo lo que venga después es ya más fácil de digerir. Eso, a pesar de que se ha convertido en un personaje denostado totalmente por la grada de Mestalla. A la afición del Valencia le gustaría un Corona sincero y sobre todo valiente –verbalmente hablando– en las ruedas de prensa. Nadie podía imaginar que el director deportivo fuera capaz de salir indemne de las preguntas de los periodistas. Corona lo ha logrado. No por lo que dice, sino por cómo lo dice. Sus discursos parecen milimétricamente estudiados y su semblante no cambia. Igual aguanta una pregunta que roza la impertinencia que escucha impertérrito de boca de Layhoon una frase que no suele ser habitual en el mundo del fútbol: «Yo no digo que Corona sea el mejor director deportivo del mundo...». La ya expresidenta, la misma que antes admitía que no lo tenía nada claro, quiso después defender el trabajo en la sombra del director deportivo apuntando hacia Lim: «Trabaja bajo muchas restricciones, bajo nuestra situación financiera y en mi punto de vista lo hace lo mejor que puede bajo las condiciones que tiene».
Fue en octubre de 2022 cuando Layhoon contribuyó a dar 'estabilidad' a Corona. «Es nuestro director técnico y una persona clave en la gestión deportiva del primer equipo. He tenido la oportunidad de trabajar de forma muy estrecha con él durante los últimos cuatro meses. Después de revisar la situación, el club no busca de momento un director deportivo porque la estructura actual funciona perfectamente». Lo que para ella era por entonces 'perfectamente' no lo era realmente para Peter Lim porque si no, no habría metido en todo lo alto del organigrama del club al nuevo ejecutivo.
Corona, más allá del propio Valencia, también tiene sus defensores. Algunos agentes hablan de la generosa dedicación que profesa en favor del Valencia, señalando al máximo accionista como el verdadero responsable del habitual desaguisado que envuelve a la entidad valencianista. Otra cosa es el acierto en sus fichajes.
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