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Los charcos de Peter Lim

Los charcos de Peter Lim

El dueño del Valencia ha demostrado tener una extraña habilidad por alterar los pocos momentos de paz que ha alcanzado un club que de siempre se ha caracterizado por acusar las exageradas luchas internas | El primer parón de Liga ha venido bien para apaciguar la crisis que este verano situó al borde del adiós a Alemany y Marcelino

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Domingo, 8 de septiembre 2019

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Dice la Wikipedia de Peter Lim, entre otras cosas, que es «un inversor inteligente y diversificado que mira a largo plazo». No dice nada esta particular enciclopedia de su grado de felicidad respecto a su vinculación al Valencia ni de su aparente afán de meterse -no siempre por iniciativa propia- en incómodos charcos, en todo lo que tiene que ver con los entresijos y la fontanería de Mestalla. ¿Es Lim feliz con el Valencia o su paciencia empieza a agotarse? ¿Pero es lo suficientemente dichoso para no sacar sus acciones al mercado en un futuro a medio plazo? Dentro de muy pocas semanas, a finales del mes que viene y justo cuando se debe cerrar de manera definitiva la venta de la parcela del viejo Mestalla, se cumplirán cinco años desde que el empresario de Singapur ejecutó formalmente la compra de los títulos a la Fundación. Curioso el pronóstico que en plena euforia mediática haría entonces Aurelio Martínez, que en voz baja situaba siempre la franja de futuro de los cinco años como el punto de partida para empezar a pensar en un cambio de propietario: «Lim quiere construir un equipo con posibilidades de ganar la Champions». Este verano, en opinión de Marcelino, el dueño ha estado a punto de 'renunciar' a clasificarse si vendía a Rodrigo. La vida futbolística no es tan fácil y, por lo que se ve, en lo que a todo lo que rodea Mestalla todavía se vuelve más intrincada. Posiblemente desde la última fase de los tiempos de Arturo Tuzón (1986-1993) no se consigue enlazar un prolongado periodo de estabilidad social en lo que afecta a dirigentes, banquillo y aficionados. Lim parecía que lo había logrado curiosamente manteniéndose al margen pero el verano lo ha alterado todo y nadie sabe realmente ahora lo que opina de verdad Meriton (su portavoz, Murthy, guarda silencio). Este club parece que tiene algo en su alma interna que le hace amagar de vez en cuando con prender la mecha y explosionar por dentro. Por eso este primer parón de Liga tiene su importancia. Con cierre de mercado incluido, le sirve al Valencia este periodo sin fútbol para apaciguar las brasas que este verano han estado a punto de dejar en ruina el sexto proyecto de Meriton. A días de pasar por el Camp Nou y visitar Londres (lugar idóneo para un vuelo desde Singapur), estos días de reflexión permiten también ampliar el abanico de interrogantes que apuntan a un futuro a medio plazo más que cuestionable de dos personajes clave en la actualidad valencianista: Mateo Alemany y Marcelino García Toral (le queda este año de contrato).

En octubre se cumplen cinco años desde que Meriton compro formalmente el club

Aurelio Martínez llegó a decirque Lim aspiraba a ganar la Champions con el Valencia

Lim, que entre otras cosas se comprometió a garantizar durante cinco años el equilibrio patrimonial y financiero de la sociedad, vuelve a padecer ahora una de esas etapas de más desgaste desde el punto de vista popular. Carácter reservado al margen, al asiático sólo se le ha visto sonreír en clave blanquinegra en contadas excepciones: su llegada en plan 'salvador' el día que Salvo le plantó la alfombra roja en Mestalla; en la clasificación para la Champions de 2015 cuando saltó tímidamente cuando un grupo de aficionados se lo pidieron en el palco del Almería; o cuando apareció por la terminal de vuelos privados de Manises trayendo de la mano a Guedes.

Además, dejó escapar la oportunidad de apuntarse él y su cohorte de consejeros de Singapur un tanto por toda la escuadra en Sevilla, con el título copero. Hacerse un 'selfie' con su esposa y Beckahm en el Villamarín es un bagaje paupérrimo para lo que miles de aficionados experimentaron y expresaron.

Lo mejor que le ha podido pasar al club es el parón de Liga para apaciguar las brasas

El silencio de Lim y de su portavoz, Murthy, han ayudado a no despejar la confusión

De siempre, los dirigentes de un club como el Valencia han tenido voces discordantes. En los últimos años, por ejemplo, Manuel Llorente sintió el aliento de Paco Roig y del abogado Andrés Sanchis. A Lim no sólo le protege su contundente paquete accionarial sino los más de once mil kilómetros de distancia que hay con Singapur. Sólo las esporádicas ráfagas del que fuera vicepresidente Miguel Zorío parecen, al menos en apariencia, incomodar a Meriton. El problema es que hasta sus amigos le empujan a descubrir sus carencias futbolísticas. Que aparezca ahora Gary Neville reconociendo públicamente poco menos que fue un disparate -lo que todo el mundo pensaba por su nula experiencia en la dirección de grupos- su fichaje como entrenador del Valencia vuelve a situar a Lim al pie de los caballos. Sólo las victorias limpian las manchas de los charcos.

Julio de 2015

Rufete y Salvo

El Wanda cumple ahora su segundo aniversario y arroja unos números (con 100 millones de facturación, el doble que se obtenía en el Vicente Calderón) con los que llegó a fantasear Amadeo Salvo para Mestalla. El expresidente dijo basta a Meriton y arrastró en su adiós a la cúpula deportiva, con Rufete al frente: «Nuno o nosotros». Lim lo tuvo claro: Nuno.

Enero de 2017

García Pitarch

Fue un intento de volver a la aparente lógica. La pifia de Nuno abrió un agujero que se intentó suturar con la vuelta del valenciano, que llegaba con el recuerdo de dos títulos. Con él buscaba impregnar de raíces valencianistas la estructura deportiva. Justo un año duró. Dimitió por discrepancias con la estrategia de Lim. «No puedo seguir defendiendo aquello en lo que no creo. Le dije a Layhoon que tener un paraguas no iba a funcionar». Arremetió también contra Murthy y Vidagany.

Diciembre 2016

Cesare Prandelli

Fue todo un personaje el italiano. Fichado para sustituir a Ayestarán (Voro echó un cable de 3 partidos), Prandelli se marchó en pleno mercado de invierno por desavenencias con la política del dueño. «Intenté abrir Paterna al público y me dijeron que era imposible por miedo a lo que nos pudieran decir. Esta sociedad está regida por personas de números», dijo señalando el malestar por la negociación con Zaza.

En crisis

Marcelino y Alemany

En la hoja de ruta de ambos hay tonos grises en la parte que afecta al futuro. Marcelino acaba en junio y su deseo es renovar pero habrá que ver qué fórmula escoge Lim para la negociación, siempre y cuando acompañen los resultados (su mejor y quizás única arma a pesar del trabajo y el éxito realizado). Alemany tiene experiencia de sobra para manejarse y sobrevivir a tempestades internas, otra cosa será sus verdaderas y profundas intenciones.

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