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El nuevo icono de Valencia de 42 pisos que nacerá con el PAI del Grao
El plan para urbanizar el frente marítimo sitúa al final de avenida de Francia un edificio que superará en altura a la torre de Francia y la Torre Ikon
Será casi una ciudad dentro de la ciudad. Una especie de ciudad jardín, que replica a la escala actual los modelos de urbanización que proliferaron ... por media España hace un siglo y será también una propuesta que alterará el perfil de Valencia cuando se ejecute: el futuro PAI del Grao presentado esta semana por el Ayuntamiento, según el proyecto del arquitecto José María Tomás, dispone al final de la avenida de Francia una torre de 42 alturas, situada en la confluencia con el frente marítimo, en la proximidad de los tinglados. No se trata por lo tanto de un edificio cualquiera sino que cuenta con un acusado caudal simbólico: destinada a ser el edificio más alto de la ciudad, superando la cercana Torre de Francia o la Torre Ikon, poseerá además un efecto simbólico. Una especie de faro de la nueva Valencia que conquistará ese espacio que el plan de Tomás cose con el resto de la trama urbana. Un icono.
El arquitecto advierte de que las figuraciones presentadas cuando se dio a conocer su proyecto son sólo eso: recreaciones del nuevo territorio que se colonizará dentro de un par de años, fecha prevista para el inicio de las obras. Y su ubicación en ese punto guarda relación con el planteamiento de todo el entorno: una secuencia residencial basada en bloques de notable entidad y magnitud, a partir de las veinte plantas, que van ganando altura a medida que avanzan hacia la costa. «Marcará la referencia de nuestra cornisa marítima», señala Tomás en alusión a esa criatura aún nonata que opera como una suerte de fetiche en el conjunto de su propuesta. «El proyecto responde a un modelo de crecimiento urbano de expansión de la ciudad», señala, «como la pieza que ahora falta para unirse con el mar». Y añade: «Al mismo tiempo, aporta una morfología urbana similar a la que en su momento significó el plan de Valencia al mar o el Ensanche».
«El proyecto marcará la referencia de nuestra fachada marítima»
José María Tomás
Arquitecto
Con alguna diferencia, un sello distintivo primordial: que el PAI del Grao no es sólo una operación residencial sino una intervención urbanística que pone un énfasis especial en su condición medioambiental. En oposición al Ensanche que cita, cuya única huella verde reside en el bulevar de la Gran Vía, esta actuación se dota de un poderoso contenido sostenible. A los 3.000 árboles que se plantarán se une una cifra mareante de plantas (75.000), dentro de una configuración que se entiende muy bien a partir de su conexión con el tramo final del jardín del Turia: una valiosa zona ambiental que amplía en 16 hectáreas las 100 existentes, cuya ejecución corresponde a la empresa urbanizadora Valere-Reoco, propietaria de los terrenos.
El resultado que imagina Tomás pasa por convertir ese sector de la ciudad en un espacio de poderosa personalidad propia. Casi un territorio independiente, porque en su corazón se diseminan tres espacios diferenciados a cuyo alrededor discurren senderos de acuerdo con un trazado que detona de manera casi espontánea pequeñas plazas interiores, dispuestas cerca de las zonas donde se instalarán las dotaciones previstas, como centros escolares y otros servicios. Una morfología basada en la técnica urbanística de las supermanzanas que abona la idea de vida social y comunitaria, de acuerdo con el espíritu que palpita en todo el proyecto: apostar por una Valencia «inclusiva», en palabras del arquitecto, «como siempre ha sido Valencia cuando ha tenido éxito». Es decir, apoyarse en la diversidad de tipologías residenciales programadas, que incluye VPO, para que se materialice su propósito principal: «Será un espacio donde convivan todas las clases sociales. Un lugar para vivir y trabajar».
Esta última mención alude a la reserva de un amplio espacio junto a la Marina para levantar un hub tecnológico que atraiga a colectivos profesionales que vean en Valencia un destino idóneo para sus intereses. Personas de elevada formación que encontrarían al lado de su puesto de trabajo su vivienda, de acuerdo con una idea que fomenta de nuevo el factor de sostenibilidad y que será posible avance más rápido o más lento el proyecto de soterramiento de la línea férrea por el sector de Serrería. Una actuación que Tomás entiende como necesaria más allá de la ciudad de Valencia, que extiende a todo el Corredor Mediterráneo, y cuya inconclusa estampa «no afecta al desarrollo pleno del plan».
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