De negocio centenario en el centro histórico de Valencia a supermercado
El local de la antigua ferretería Hijas de Blas Luna, en la plaza del Doctor Collado, se convertirá en un Carrefour Express
La última venta como ferretería fue una caja de tornillos. Lo próximo que pase por la caja registradora puede ser un refresco, un snack, un ... litro de leche, un par de manzanas... La tienda de Telas metálicas de Hijas de Blas Luna, que cerró como negocio en 2020, tendrá una segunda vida. El histórico establecimiento dará paso a un supermercado. Un Carrefour Express se abrirá al lado de la Lonja de la Seda, uno de los edificios más deslumbrantes de Valencia. El edificio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, tendrá en breve un nuevo vecino.
La puertas verdes de madera, tan características del establecimiento de la plaza del Doctor Collado, se han abierto para los operarios de la construcción. Están preparando el local para el supermercado. No hay, de momento, ningún cartel de la firma francesa. Nada hace presagiar el futuro inminente del bajo. Los vecinos y los turistas pasan por delante del edificio, que luce los rótulos del antiguo negocio -que son toda una referencia emocional para los más veteranos del barrio-. Sobre ellos, el cartel de albergue. Son las dos Valencias, la del pasado y la del presente. En teoría, no deberían ser antagónicas, pero el turismo sin control complica los equilibrios entre la ciudad habitada y la ciudad visitable. En esta encrucijada se encuentran numerosas urbes, como Valencia, que tratan de buscar la conciliación.
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José Luis Castro fue el último encargado de la ferretería. Trabajó allí 41 años. La casa fue fundada en el año 1886, según detalló la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Valencia en 1986. Las telas metálicas, que le dieron el nombre y la fama del negocio en toda España, hace referencia al material, que se vendía en rollos, utilizado para confeccionar los gallineros, los palomares y las jaulas.
Con los años, la centenaria tienda fue ampliando el producto: lecheras, cafeteras, pucheros y cacerolas, picadoras de carne, aceiteras, cestas, capazos... El edificio, cómo no, ha sido y es objetivo para cámaras de fotografías y móviles. Es un inmueble singular, de los que imprime personalidad a la plaza y, por extensión, a Valencia.
El casco histórico de la capital del Turia perdió un negocio centenario y sumará un supermercado más. Es el signo de los tiempos. Esos tiempos en los que es más barato disfrutar del mejor grano en una cafetería de especialidad que tomar auténtico cacahuete del 'collaret' y esos tiempos en los que es más fácil alquilar una bicicleta que comprar una caja de tornillos.
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