Slaughterhouse, uno de los locales más míticos de Ruzafa, anuncia su cierre y nuevo proyecto
El gastrobar se reconvertirá en breve «porque el barrio ahora está en otra etapa»
Ha sido durante 15 años uno de los puntos de encuentro más míticos del barrio de Ruzafa. Entre sus paredes ha habido libros, vinos, cervezas, música en directo y, en esta última etapa una aventura gastronómica por algunos platos de Italia y mucha novela negra. Pero Slaughterhouse, uno de los gastrobares de referencia de la ciudad cierra sus puertas. O ha sido víctima de un crimen, como prefieren decir sus dueños. «Para convertirse en mito hay que morir», cuenta a LAS PROVINCIAS Salvo Conte, su propietario actual, que dice adiós a la aventura de momento, aunque para darle una segunda (o tercera, o cuarta) vida al local. Y es que Slaughter House cierra como lo conocemos, pero volverá a abrir en unas semanas con un nuevo concepto. «El local tenía una personalidad muy fuerte. Va a cambiar de nombre y de concepto, en un plot twist inesperado», dice Salvo, que se reserva además un buen crossover para la nueva etapa.
«Vamos a seguir una línea nueva en la que, además, nos acompañaremos de los propietarios del primer proyecto. El matadero y carnicería que fue en un inicio», cuenta. «Slaughterhouse será un mito», dice y da las primeras pistas de lo que vendrá a partir de ahora. Para empezar, el local se va a remodelar, cambiará de nombre y de estilo. En la nueva etapa se conservará algo fundamental para el alma del local, como nexo entre las dos trayectorias. Se trata de la mesa mostrador de mármol, que ya tenían en la carnicería los antiguos dueños. Ahora, se ha pulido y reubicado y seguirá estando en una parte central.
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Para Salvo Conte, actual propietario, Slaughter House actual sirvió para una época de gran cambio para el barrio. «Pero ahora entramos en otra fase. En un inicio quisimos ser punto de encuentro para la gente del barrio. Pero al vecindario se ha incorporado también gente de fuera. Turistas que queremos integrar, que nos conozcan, que vivan como vivimos aquí. Que al irse sepan que a la paella no se le pone chorizo», explica.