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Lola Soriano Pons
Valencia
Miércoles, 4 de junio 2025, 00:33
Con pamelas, gorras, bebiendo constantemente agua o tomando helados e incluso algunos con ventiladores portátiles. Así pasean estos días vecinos y turistas por la plaza ... de la Reina en las horas de más sol, porque los toldos que cubren desde verano y hasta el otoño la parte central de la plaza todavía no se han podido instalar.
En el verano de 2024 estos sombrajes se pusieron un 12 de junio, pero este año no estarán disponibles hasta final de mes. El motivo, como explican desde el Ayuntamiento de Valencia, no es otro que en el centro de la plaza está instalado el tradicional y centenario mercado de l'escuraeta, que siempre se monta desde la festividad de la Virgen hasta la del Corpus para ofertar la venta de cerámica, y en esta edición la 'Festa Grossa' se celebra más tarde que en otras ocasiones. Tal como cae en el calendario será el 22 de junio.
La cuestión es que, pasada esa fecha, luego habrá que dejar un plazo de una semana para el desmontaje de las casetas, que es el periodo que tienen autorizado para hacerlo. Por eso, desde el Ayuntamiento indican que «la fecha de instalación de los toldos todos los años está supeditada a la finalización del tradicional mercado de l'escuraeta, que este año permanece hasta el día 22 y que dispone de un periodo adicional de una semana para los trabajos de desmontaje de sus instalaciones».
Por eso afirman que «las labores del entoldado no se podrá acometer hasta después de esas fechas». Por lo tanto, habrá que esperar a los últimos días de junio.
Entonces se montarán «las 39 columnas y 19 toldos fijados a diferentes alturas de entre cinco y seis metros para no interrumpir la visión completa de la fachada de la Catedral de Valencia y a la vez ofrecer protección y resguardo a las personas que visitan la plaza durante los meses más cálildos y de mayor exposición solar. Se trata de un proceso de montaje que cuesta alrededor de 15.000 euros», como argumentan desde el Ayuntamiento.
Llama la atención que el anterior gobierno local no tuviera en cuenta, a la hora de dar el visto bueno al diseño, que la instalación de los toldos coincidía en el mismo punto del montaje de l'escuraeta, generando un problema adicional.
Mientras se espera esta fecha, la realidad es que este martes, a las 13 horas, los viandantes se han apresurado en buscar cobijo y resguardarse del sol en parte ajardinada más próxima a la Catedral de Valencia o en la parte recayente a la calle San Vicente, donde se encuentra en marcha desde abril y hasta finales de octubre el sistema nebulizador que convierte el agua a alta presión en una fina niebla par refrescar al personal, un sistema que se consigue con las 288 boquillas nebulizadoras repartidas en esa parte de la plaza de la Reina y que suaviza las altas temperaturas en este punto.
Muy sofocada tras visitar la Catedral se encontraba Carmen Delgado, turista llegada de Uruguay. «Estamos buscando un poco de sombra para resguardarnos, pero están llenas de gente», ha indicado.
Carlota y Matilde, dos jóvenes italianas que estaban esta mañana de visita por la plaza de la Reina explican: «Nos hemos comprado dos ventiladores portátiles, pequeños, porque hace mucho calor. Nosotras somos de la zona norte de Italia y no estamos acostumbradas a estas temperaturas».
Artesanos como Rafael José Pascual, que aprovecha el inicio del calor para poner a la venta su colección de abanicos personalizados, explica que estos días «la gente va buscando la parte de la plaza con árboles y el centro de la plaza está desierta».
Y la cosa no mejorará estos días, ya que este miércoles se llegarán los 27 grados, el jueves los 26 y el sábado incluso se alcanzarán los 29 grados.
Sobre la espera en la instalación de los sombrajes, desde colectivos como la asociación de Comerciantes del Centro Histórico explican que «igual habrá que plantearse poner los toldos después de Fallas por el cambio climático y las temperaturas que se alcanzan», indica la gerente, Julia Martínez.
Por su parte, desde la asociación de Comerciantes y Vecinos de Ciutat Vella, su presidente, Rafael Mampel, opina que «cuando se hizo la reforma de la plaza de la Reina, con el anterior gobierno, ya dijimos que el nuevo diseño iba a suponer que la plaza iba a ser un 'secarral', le falta árboles y sombras».
Por eso, añade que a medio plazo «se debería dar una pensaeta a la plaza, con un paisajista, para incluir más zonas de sombra».
Mampel tampoco entiende que «se pusieran los puntos de montaje y anclaje de los toldos en el mismo sitio donde se monta el mercado de l'escuraeta. De cara a futuro, o habría que mover unos metros el montaje de las casetas de l'escuraeta o habría que cambiar los puntos de anclaje de los sombrajes porque ahora la cuestión es que ni las palomas pueden estar en la plaza de la Reina a las 14 horas».
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