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Excrementos en la calle. irene marsilla
La suciedad también indigna a los barrios del norte de Valencia

La suciedad también indigna a los barrios del norte de Valencia

Vecinos de Orriols y Torrefiel denuncian que desperdicios de comida, bolsas de basura y excrementos caninos ensucian las aceras

MAR GUADALAJARA

Jueves, 24 de octubre 2019, 00:55

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A las diez de la mañana pasa el camión de la basura por las calles de Torrefiel. Se detiene para recoger los contenedores en la calle Pedro Cabanes con Monte Carmelo. Justo enfrente en la plaza ajardinada de Salvador Allende, un hombre baja la basura. «Esto está dejado de la mano de Dios», así expresa Lourdes su indignación. «No sólo nos han dejado a oscuras, sino que tampoco recogen toda la basura», relata la mujer, que lleva toda la vida viviendo en el barrio. Son sus vecinos los que, cada día, deben lidiar con los restos de desperdicios, heces, colillas y papeles, y denuncian la suciedad instalada en las calles.

Hay un consejo que se repite con frecuencia entre vecinos: «Ve con mil ojos, porque si te descuidas chafas las cacas de perro». Ana lo pone en práctica a diario «pero no son sólo las heces, también envases, colillas envoltorios...», asegura haber visto a la brigada de limpieza en las calles pero «siguen estando sucias». Plantea que la limpieza «no es frecuente porque sin duda este barrio está abandonado». Al bajar la basura encuentra los contenedores vacíos «y todas las bolsas fuera, en las aceras», relata. Ella, como tantos otros residentes de la zona se pregunta «cómo puede estar tan sucio». Para Ana las calles no se baldean a menudo y el descuido de la zona es generalizado. Con algo de humor pero usando una descripción acorde al sentimiento que le produce dice: «El barrio da penita pena».

A veces la suciedad llega hasta la puerta de casa. El portal de Marta está junto a un establecimiento de comida rápida y un supermercado. «Cuando llego de trabajar, la acera está llena de envases, vasos, cartones y restos de comida, que tengo que ir sorteando para poder acceder a casa», comenta la joven que no se explica «si hay un contenedor justo al lado cómo la gente sale y después de comerse una hamburguesa tira todo en las aceras, o tal vez, se deba a los más desfavorecidos que rebuscan en los contenedores», pero asegura que «nadie lo recoge».

«Se limpia pero no es eficaz ni con frecuencia, sin duda esta zona está abandonada»

Mientras para algunos la solución pasa por aumentar los servicios para otros no es más que una cuestión de conciencia. Cruzando la avenida Constitución, ya en el barrio de Orriols, Manuel, escoba y recogedor en mano, barre el tramo de la terraza del bar que regenta. «Yo barro las colillas de mis clientes pese a que les pongo cenicero en todas las mesas, por eso creo que la porquería no depende de quién limpia, sino de quienes ensucian», dice. A su juicio, en la zona los servicios de limpieza trabajan bien y ve el problema en la educación de los ciudadanos porque «esto en otros sitios no lo hacen, cuando viajan o en el extranjero, pero aquí sale gratis».

Maika Barceiro, presidenta de la asociación de vecinos de Orriols, considera que es un barrio «populoso, de calles estrechas y con muchos residentes» y por ello los servicios municipales podrían ser deficitarios en la zona. «Son justos, puede que vaya en función a las necesidades o del personal disponible, pero es una cuestión de la que no sólo podemos responsabilizar a los vecinos», dice.

Barceiro insiste en que la asociación puede constatar que los residentes están concienciados e incluso en muchos negocios del barrio ya han emprendido acciones para evitar el uso de bolsas y envoltorios de plásticos. «Quien debe intervenir en estas cuestiones es el Ayuntamiento, la limpieza debe ser diaria y debe vigilar a las contratas para que realicen su trabajo», añade.

Porque para la representante vecinal de Orriols, «aunque sean casos puntuales en los que los vecinos ensucien, como el abandono de enseres o las heces de los perros, también es responsabilidad de la administración hacer campañas de concienciación para recordar las normas», explica.

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