Indignación en las autoescuelas valencianas: «Es imposible sacarse el carnet»
La Jefatura de Tráfico deja listas de espera que llegan a las 19.000 personas por falta de examinadores y convocatorias
Marta Beltrán Ferreres
Valencia
Miércoles, 6 de agosto 2025, 00:24
La Jefatura de Tráfico de Valencia pisa el freno y apaga el motor hasta septiembre, con más de 19.000 personas en lista de espera ... que no podrán examinarse hasta dentro de un mes. La falta de examinadores y convocatorias en la provincia ha provocado un colapso en el sistema que el sector ha arrastrado durante años. Además, según datos de la Asociación Valenciana de Autoescuelas (AVAE), el 12% de los centros formativos han tenido que cerrar en los últimos 6 años.
El principal problema que hay en Valencia es la poca capacidad que tiene su jefatura provincial para examinar, comparado con la cantidad de personas que quieren examinarse. «Para que la cosa funcionara bien, deberían haber por lo menos unos 48 examinadores, pero actualmente solo hay 34 para toda la provincia», explica Juan Carlos Muñoz, presidente de AVAE.
Pero el problema va más allá de los exámenes de conducir, también hace falta personal para tramitar. «En 10 años se han cargado a casi 200 funcionarios: en 2012 había 256 y ahora solo quedan 59», informa Muñoz. «Hoy en día, sacarse el carnet en Valencia es imposible», afirma el presidente. Basta con echar un vistazo a las cifras que la propia Jefatura proporciona a las autoescuelas de la provincia, a las que ha tenido acceso este periódico, para darse cuenta de que algo va mal. En junio de 2023 había 14.393 personas esperando para examinarse. Un año después, en junio de 2024, la cifra ascendió a 15.921.
A junio de este año, la bolsa ya alcanzaba los 18.742 alumnos y en solo un mes aumentó en 366 hasta situarse en 19.108 personas en julio. No obstante, a pesar del evidente incremento de alumnos en bolsa, la capacidad para examinar de Tráfico no ha crecido lo suficiente como para poder evitar el colapso, sino más bien lo contrario.
La DGT organiza los exámenes prácticos de conducir en periodos llamados ciclos que duran entre 9 y 10 días hábiles. Durante cada ciclo, se organizan todos los exámenes prácticos posibles en función de su capacidad, que se basa en el número de examinadores disponibles y el tiempo que pueden dedicar a cada prueba. En 2023 podían evaluarse 1.960 alumnos por ciclo, 284 al día, mientras que en junio de 2024 la capacidad bajó a 1.811 personas, 272 por día. Este año, la capacidad por ciclo subió en junio hasta los 2.220, pero el límite por día cayó a 248. El mes de julio ha supuesto un retroceso aún mayor: la capacidad ha caído a 1.700 por ciclo, con apenas 220 alumnos examinables al día.
En teoría, dividir la capacidad de un ciclo entre sus nueve días debería coincidir con la cifra diaria oficial, pero no es así. Según David Corella, dueño de una autoescuela, esto se debe a que no siempre se alcanza el máximo de 12 exámenes por examinador al día debido a bajas, jornadas reducidas o imprevistos, lo que reduce la capacidad real y por eso los datos no parecen cuadrar.
Las autoescuelas no pueden decidir cuántos alumnos presentan a examen: es Tráfico quien asigna las plazas y el tiempo total disponible según el número de alumnos y su porcentaje de aprobados. A cada centro se le asigna un número cerrado de plazas y un total de minutos de examen. Por ejemplo: 22 plazas y 660 minutos. Si todos los alumnos fueran de coche o moto (exámenes que duran 30 minutos), podrían cubrirse las 22 plazas sin problema. Pero si se incluye, por ejemplo, un camión, que requiere 50 minutos, ya no encajan los cálculos y la autoescuela se ve obligada a presentar a menos gente. «Tengo que decir que no a gente porque no hay huecos para examen, sí tenemos suficientes profesores pero no nos dan suficientes plazas de examen», confiesa David, cansado de perder clientes sin poder hacer nada al respecto.
Además, Tráfico penaliza con menos plazas a las autoescuelas con un porcentaje de suspensos alto. Todo este sistema basado en cálculos matemáticos ignora por completo la urgencia y el coste que supone para los alumnos quedarse fuera, incluso cuando ya están listos para presentarse. «No puedo estar gastando casi 200 euros a la semana en prácticas, sin saber qué día me voy a examinar», reitera una joven de Valencia que lleva desde febrero de 2024 pagando este tipo de gastos. En su caso, tuvo que esperar cinco meses antes de comenzar a hacer prácticas.
Luego llegó la dana y su autoescuela cambió de dueños. Tuvo que rehacer papeleo y le aseguraban que no había fechas disponibles para presentarse. Por fin le dieron fecha para el 16 de julio, pero días antes le enviaron un mensaje: la DGT había recortado horas de examen y quedaba fuera de la convocatoria. «Me dicen que siga haciendo prácticas y en septiembre me dirán fecha, pero no puedo seguir pagando sin saber cuándo me van a examinar, es demasiado dinero», admite.
Ya no aguanta más la situación: «Llevo más de un año intentando sacarme el carnet, y no es que no practique o no me esfuerce, es que esto va lentísimo». Como ella, casi todos los alumnos que han querido presentarse a la última convocatoria de julio han sufrido retrasos de última hora. «Avisan si se mantiene la fecha o si la cambian cuando faltan dos días para el examen», informan desde una autoescuela valenciana. «Tráfico dice que la fecha es previsible, pero no segura. Si un examinador se pone malo, por ejemplo, cambian el día, y si el alumno no puede acudir y no tiene justificante, se le considera suspendido», advierte David Corella.
Eso fue lo que vivió Inés, una alicantina que se sacó el carnet en Valencia. Después de esperar 2 meses para que le dieran fecha de examen, la avisaron de que había un hueco para el 2 de julio, así que cambió turnos en el trabajo para cogerse dos días, ya que tenía que ir desde Alicante hasta Valencia. «Un día antes de irme, dos días antes de la fecha del examen, me dijeron que del día 2 se atrasaba al día 3», relata la chica. «Me tuve que coger un día más en el trabajo y por suerte no me pusieron pegas, pero si no hubiera podido me habrían suspendido».
Tanto alumnos como centros y empresas de autoescuela exigen una solución urgente que ponga fin a un sistema que lleva demasiado tiempo atascado.
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