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Un grupo de estudiantes, durante una reunión por la noche cerca del cementerio del Cabanyal. LP

«Déjalo que se reviente»: vuelven las novatadas al entorno de la plaza de Honduras de Valencia

Los vecinos protestan por el ruido dado que cada noche de este mes hay actividades organizadas por alumnos de la residencia Damià Bonet

Jueves, 18 de septiembre 2025, 00:23

Han vuelto los estudiantes a las universidades y ha vuelto una tradición tan asentada como censurable: las novatadas. Para quienes en muchos casos es la ... primera vez que salen de casa y comienzan a vivir de forma autónoma en las residencias del campus de Blasco Ibáñez, enfrentarse a pruebas más o menos humillantes y más o menos peligrosas es un rito de paso inevitable. Los vecinos del entorno de la plaza de Honduras, en cuyos alrededores se encuentra la residencia Damià Bonet, están hartos, año tras año, de denunciar las molestias provocadas por pruebas tan edificantes como saltar sobre basura, disfrazarse o hacer carreras dentro de un contenedor de basura.

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Este año, además, el mes de septiembre viene cargado dado que casi cada día del mes hay programadas actividades en las que los veteranos, aquellos que llevan más de un año en la 'resa', que es como llaman al centro, se las harán pasar canutas a los recién llegados, en actividades pensadas para fomentar la camaradería pero que, en realidad, no son más que 'bullying' más o menos aceptado socialmente. Según el calendario de actividades al que ha tenido acceso este diario, esta noche tienen discoteca, anoche tuvieron «plan sorpresa pagado» y el martes, ruta de bares. El viernes les toca tardeo y la semana que viene empezará con una 'mojitada' el lunes, el comienzo de pedidas para la gala el martes, megadiscoteca el miércoles y el jueves 25, por fin, descanso. Ellos, y sus hígados, lo agradecerán. El mes termina con una fiesta el sábado 27 y una 'cervezada' el lunes. El 1 de octubre será la gala resana. Actividades, como ven, para casi cada día de la semana.

Algunas de esas actividades, como se puede ver en vídeos a los que ha tenido acceso este diario, incluyen saltar sobre lo que parecen restos de bebida o basura de algún tipo. En uno de ellos se puede ver a un chaval que coge carrerilla mientras los veteranos le preguntan si está listo. Cuando alguien, a quien no se le escucha, parece plantear algún tipo de objeción sobre el riesgo de la actividad, un veterano contesta: «Déjalo, que se reviente». El chaval hace una voltereta imposible para cualquiera que no tenga 20 años y se da un espaldarazo contra el suelo, tras la que se levanta como si nada.

Aunque las novatadas no se dan en las instalaciones del campus de Tarongers de la Universitat de València, los equipos de vigilancia del centro mantienen un control constante de los alrededores de la residencia para evitar que estas supuestas 'bromas' tengan lugar en el interior del campus y, por tanto, en instalaciones universitarias dado que están prohibidas. Incluso en algunas ocasión esta situación se ha puesto en conocimiento de las autoridades policiales.

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Alrededor del cementerio

Según ha podido saber este diario, las 'novatadas' se dan sobre todo en los alrededores del cementerio del Cabanyal, situado a escasos metros de la residencia y de la calle Serpis. Se trata de una zona alejada de las viviendas. Junto a la tapia del cementerio tienen lugar las pruebas, tal como confirman los vecinos de la zona. Además, también las hacen junto al instituto del Cabanyal, cerca de una vieja alquería. Es una zona con parques y bastante resguardada de miradas ajenas. Si las novatadas no fueran un problema, ahí no harían daño a nadie. Pero es que además de resultar peligrosas (la Policía Nacional las define como «actos de humillación en los que se da una situación de abuso de poder entre quien la ejerce y su víctima» e insta a denunciarlas), son tremendamente molestas.

Para que se hagan una idea, la ruta de bares del martes por la noche se saldó con amargas quejas de algunas vecinas: «Noche sí y noche no, a las 1.50 horas había un olor a tabaco que no se podía dormir. Hasta que no cierren las discotecas esto es un sin dormir. Y esta mañana llamada al 010 para que pase la limpiadora, con un olor a orín inaguantable. Les he dicho que tenían que pasar todos los días». El presidente de la Asociación de Vecinos Honduras y Adyacentes, Javier Soler, asegura que la situación es la misma que todos los años.

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«Como no podía ser de otra manera se coordinan a través de redes sociales y grupos de whatsapp. El servicio de seguridad de la Universitat de València está cerrando por las noches las calles del campus al tráfico y colocan un vigilante en las puertas de acceso para peatones tratando de frenar un poco las avalanchas hacia la residencia. La Policía Local de Valencia, como siempre, cogen las llamadas al 092 una vez a las mil», indica Soler, que asegura que las molestias son constantes noche tras noche.

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