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M. García
Valencia
Miércoles, 14 de mayo 2025, 01:13
Tres días de quebraderos de cabeza. La voz del ganadero Alberto Garrido suena cansada. Desde que el pasado domingo nueve de sus vaquillas se escaparan debido a la rotura de un cierre de seguridad del camión que las transportaba, todo ha sido un continuo ir y venir en busca de que este problema concluya cuanto antes. Los hechos se produjeron este domingo, cuando los animales se escaparon del interior de un camión en la CV-10, a la altura del municipio castellonense de la Salzadella. El incidente tuvo lugar en el kilómetro 75 de dicha carretera. Desde el domingo y hasta este martes han sido localizadas y capturadas siete vaquillas. Las dos últimas, entre las jornadas de este lunes y martes. Al mediodía de este martes aún quedaban dos por localizar y devolver a su lugar.
Además de este problema, lógicamente, este ganadero debe continuar con su tarea cotidiana de cuidado y alimentación del resto de sus animales. Garrido explica que a su cuidado hay un total de 400 cabezas, entre vacas y toros, que no entienden de incidentes. Además, lamenta ser noticia por este tipo de hechos y reivindica que debería serlo más cuando triunfa en concursos de ganaderías.
El operativo impulsado en los alrededor de la localidad de la Salzadella para localizar a dos de los animales que siguen sin hallarse está incluyendo tanto la ayuda de algunos amigos del propio ganadero sobre el terreno, que saben bien cómo manejarse, como la colaboración siempre vital de un dron que localiza cualquier fuente de calor, signo de vida, para ubicar a las vaquillas.
Además, tienen la colaboración de la Guardia Civil que mantiene cortadas las carreteras susceptibles de llegar a donde se cree que estén los animales.
Garrido ha querido, en primer lugar, tranquilizar a los vecinos del municipio. Cree que los animales están a una distancia de entre dos y tres kilómetros del casco urbano. Sostiene que en ningún caso se acercarán a la localidad, como sí hizo un manso hasta la entrada, y cree que, en el caso hipotético de encontrarse con alguna, «ellas se asustan más ante la presencia humana».
Lo que sí lamentó es que la curiosidad les está dificultando su labor: «La gente, con el ruido de sus motos, se quiere acercar a verlas y eso provoca que se asusten y que sean más difíciles de localizar. Nos toca empezar de nuevo. Creo que, sin eso, ya las tendríamos a todas», se quejó.
El Ayuntamiento ha contratado a una empresa para que haga una batida durante las horas de más sol con dos drones, uno de ellos termográfico -que mide la emisión de calor- con el fin de localizar a los cuatro animales. Así, se está buscando por zonas de cultivo en producción, fincas abandonadas, pinares y zonas de huerta. El consistorio también ha emitido bandos para pedir a la población que tenga la máxima precaución y que eviten situaciones de riesgo mientras no estén capturadas todas las vaquillas.
Los vecinos de la población han manifestado, sin embargo, cierto temor. Sobre todo las personas mayores han sido advertidas de que reduzcan al máximo la salida de sus hogares porque podrían sufrir, debido a su condición física, si se encuentran con alguno de sus animales.
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