Rescatan a un hombre que llevaba días en su casa con las piernas gangrenadas

Inconsciente, deshidratado y con las piernas gangrenadas por una infección no tratada que debía de remontarse a varios meses atrás. Así fue encontrado este jueves en un piso de la calle Emilio Baró de Valencia un septuagenario con problemas de obesidad y de movilidad tendido en el suelo de su domicilio, sin comer ni beber -y en plena ola de calor- desde al menos hacía dos días. Tal era su estado que los primeros agentes de la Policía Local que entraron en el inmueble pensaron, por el olor y su aspecto, que la persona había ya fallecido.

Por suerte, el dueño de un bar al que solía acudir el paciente, y con el que tenía confianza hasta para dejarle las llaves de su casa, alertó a los servicios de emergencia al llevar un par de días sin noticias de él. Debido a su delicado estado de salud y su peso, fue necesaria la intervención de los bomberos del Cuerpo Municipal de Valencia para rescatar al hombre, de unos 70 años, por una ventana de este séptimo piso.

El herido fue trasladado por una ambulancia del SAMU al Hospital Clínico de Valencia. Según las fuentes consultadas por este periódico, la pierna derecha estaba tan gangrenada que tendrá que ser amputada y la otra estaba en un proceso similar pero menos avanzado.

Al parecer, el hombre se negaba a ir al médico para tratarse dicha infección que se había extendido por sus extremidades inferiores hasta llegar a un punto en el que lo dejó sin movilidad, en el suelo, y al borde de la muerte por deshidratación. Las imágenes que vieron los efectivos de emergencias desplazados al domicilio eran tan duras que no habían visto nada igual en una persona viva, ya que la parte inferior del cuerpo era la de alguien ya cadáver –y no reciente precisamente–.

Fue un ciudadano de origen chino, que regenta un local de comida al que acudía el herido, quien dio la voz de alerta este pasado jueves por la mañana. El hombre subió con la policía y les facilitó el acceso al domicilio, situado en un séptimo piso de la calle Emilio Baró de Valencia, con las llaves que el dueño le había dejado por si necesitaba algo.

Al entrar en el inmueble el olor a putrefacción ya hizo temer a los agentes que la persona se encontraba fallecida. Más aún cuando pudieron observar unas piernas gangrenadas en el suelo de la habitación y al varón inmóvil tendido junto al andador ortopédico. Rápidamente alertaron a los servicios sanitarios y se desplazó al lugar una ambulancia del SAMU, cuyo equipo médico comprobó que el hombre todavía estaba vivo pero con una grave infección en las piernas, que unido a su obesidad, le había llevado a perder la estabilidad y el conocimiento.

Agentes de la Policía Local del distrito de Benimaclet solicitaron la colaboración del bomberos del cuerpo municipal para proceder al rescate del herido con un vehículo de altura. De esta forma, con la escalera y una vez inmovilizado en la camilla, fue bajado desde el séptimo piso para ser posteriormente evacuado al Hospital Clínico de Valencia.

En su evacuación el herido se encontraba delirando e ingresó con pronóstico reservado. Fuentes consultadas apuntan que una de las piernas le tendrá que ser amputada, aunque desde el CICU no han querido confirmar datos médicos ni referentes al servicio al tratarse de patologías del paciente.

Por su parte, fuentes vecinales aseguraron a este periódico que este hombre llevaba ya tiempo con las piernas mal, pero al ir tapado no se percataron de ello. Algunos incluso apunta que, aunque no podían verlas, cuando se sentaba en el bar dejaba en reguero de materia orgánica y líquidos que ya hacían temer el estado en el que ha sido ahora encontrado, pero que se negaba a ser tratado por un médico.

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