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La policía desmantela una plantación de cannabis de un grupo chino en La Canyada. Damián Torres
Las mafias chinas y de Europa del Este irrumpen en el tráfico de marihuana en la Comunitat

Las mafias chinas y de Europa del Este irrumpen en el tráfico de marihuana en la Comunitat

Cada vez son más los grupos delictivos que cultivan droga en la Comunitat Valenciana para venderla en el extranjero

Javier Martínez

Valencia

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Sábado, 15 de diciembre 2018, 21:11

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La presión policial contra los cultivadores y traficantes de marihuana en la provincia de Valencia se ha saldado este año con la incautación de 67.000 plantas de cannabis, la mayoría de ellas en naves industriales, y la detención de unas 400 personas, según datos facilitados por la Guardia Civil y la Policía Nacional. Aunque los agentes antidroga no bajan la guardia y las aprehensiones de marihuana aumentan cada año, también son cada vez más los grupos delictivos que cultivan la droga en la Comunitat Valenciana para venderla en Reino Unido y otros países de Europa.

En lo que llevamos de año, la policía ha desmantelado una decena de plantaciones de cannabis en naves industriales o chalés habilitados para el cultivo clandestino. «La principal transformación de este tráfico de marihuana a gran escala ha sido la irrupción de grupos delictivos procedentes de países de Europa del Este», afirma el inspector jefe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior de Policía de Valencia.

«Uno de nuestros grupos ha centrado su labor en la desarticulación de estas bandas organizadas, porque el nivel de producción de marihuana que pueden alcanzar es muy grande», añade el inspector jefe, cuya identidad no desvelamos por motivos de seguridad. Algunas de estas redes delictivas exportan la droga a Reino Unido, donde el valor del cannabis se triplica con respecto a nuestro país, y cuentan incluso con miembros que tienen un cometido específico y esencial: ofrecer la marihuana a otros traficantes o grupos organizados.

En cifras

  • 138 operaciones contra el tráfico de marihuana realizaron la Policía Nacional y la Guardia Civil en lo que llevamos de año en la provincia de Valencia. Los agentes confiscaron 67.000 plantas de cannabis y detuvieron a 400 personas

  • Precio de un kilo El precio medio de un kilo de marihuana es de 1.363 euros, según la Oficina Central de Estupefacientes, un departamento policial que realiza las valoraciones de droga por requerimiento de los juzgados.

  • 443 kilos de marihuana fueron intervenidos este año en operaciones antidroga en diferentes localidades de la provincia de Valencia. Las hojas y los cogollos ya estaban preparados para vender.

La Policía Nacional y la Guardia Civil también ha desmantelado varias plantaciones de cannabis que explotaban mafias chinas en Aldaia, Manises y otras localidades de la Comunitat Valenciana. «Tienen dinero y pueden alquilar naves para montar los cultivos con más facilidad que otros traficantes», explica un guardia civil. «Una plantación 'indoor' no necesita una infraestructura muy sofisticada. Basta con construir unos compartimentos estancos para concentrar el calor y la humedad, forrar con pladur la zona de semilleros e instalar los aparatos para favorecer el crecimiento de las plantas», agrega el agente.

Marihuana incautada en pleno monte.
Marihuana incautada en pleno monte. Pau Bellido

Custodia de las plantaciones

Los traficantes idean verdaderas maravillas de ingeniería doméstica para proporcionar la luz, la humedad, la temperatura y el agua que necesita el crecimiento rápido de la marihuana. Y todo dentro de cuatro paredes y un techo, fuera del alcance de miradas de vecinos indiscretos, con enganches ilegales a la red eléctrica y potentes ventiladores para eliminar el olor a marihuana.

Pero la horticultura del cannabis también tiene sus peligros. Tanto aparato encendido supone un alto peligro de incendio por un cortocircuito, y por ello, las mafias chinas custodian sus plantaciones las 24 horas del día. Algunos individuos duermen en condiciones infrahumanas en la naves para controlar el cultivo, minimizar los riesgos de incendio y evitar robos también.

Las triadas explotaban antes a estas personas en talleres textiles clandestinos, pero ahora prefieren montar invernaderos de marihuana porque obtienen mayores beneficios. Además de traficar con droga, defraudan grandes cantidades de dinero con sus enganches ilegales a la red eléctrica y causan daños en las naves alquiladas que habilitan para el cultivo. Para distribuir el cannabis cuentan con camiones y simulan que transportan frutas o verduras con documentación falsa, pero también utilizan empresas de envíos de paquetes cuando la cantidad de marihuana es pequeña.

Los cabecillas de las bandas son ciudadanos chinos, polacos o rumanos afincados en la Comunitat Valenciana, mientras que los individuos que vigilan las plantaciones no suelen tener permiso de residencia en España. Algunos grupos importan desde China los aparatos y hasta los maceteros que emplean para cultivar el cannabis.

Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil cuentan con agentes especializados en la investigación de estas mafias, aunque el idioma y el hermetismo que mantienen suponen dos grandes dificultades. También empiezan a robarse entre ellos. La Guardia Civil de Alfafar detuvo el pasado mes de abril a cinco miembros de una banda, todos ellos de nacionalidad rumana, que robaron un camión cargado de marihuana a otro grupo de traficantes.

Un negocio ilegal que mueve decenas de millones cada año

Los invernaderos clandestinos de marihuana mueven cada año decenas de millones de euros en España y desencadenan graves delitos, como homicidios, secuestros y robos con armas de fuego, perpetrados por bandas criminales en la mayoría de los casos y por delincuentes comunes algunas veces. Tres hombres murieron en los últimos años en Palma de Gandia, Alberic y Valencia en crímenes relacionados con el robo de marihuana. Una de las víctimas tenía 20 años y falleció al recibir un disparo en la cabeza el 21 de octubre de 2015 cuando trataba de robar, presuntamente, la cosecha de cannabis de un grupo de traficantes.

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