Borrar
Urgente Los trabajadores de las ITV aplazan la huelga prevista para la próxima semana
El criador de gallos de pelea, ayer, poco antes de que el juzgado dictara la sentencia. Jesús Signes
El criador de 77 gallos de pelea

El criador de 77 gallos de pelea

El dueño de un corral clandestino acepta una condena de ocho meses de prisión

Javier Martínez

Valencia

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Jueves, 30 de mayo 2019, 14:16

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Un viejo corral en La Punta con cerca de 130 animales era la tapadera de un criadero clandestino de gallos de pelea. Dos años después de que la Policía Local desmantelara su negocio ilegal, el propietario de las aves, César O. J., fue juzgado ayer en la Ciudad de la Justicia de Valencia por un delito continuado de maltrato animal. El procesado aceptó una pena de ocho meses de prisión tras el acuerdo alcanzado por su abogado y la Fiscalía de Medio Ambiente.

El Juzgado de lo Penal número 6 de Valencia dictó ayer la sentencia de conformidad pactada con anterioridad por el ministerio público y la defensa, que ejerce el letrado Enrique López, y redujo la pena a la que se enfrentaba el criador de gallos. La Fiscalía de Medio Ambiente solicitaba en su escrito de acusación un año de prisión para el hombre, y la inhabilitación por un plazo de tres años para el ejercicio de cualquier oficio o comercio que tenga relación con los animales.

Tras el acuerdo alcanzado ayer por la mañana, César O. vio rebajada su pena en cuatro meses de cárcel y no podrá criar ni cuidar animales durante dos años. En mayo de 2017, los agentes que desmantelaron el corral en la pedanía de La Punta, concretamente en el número 93 del Camí de Caminot, contabilizaron hasta 77 gallos con las crestas amputadas, los espolones manipulados y las plumas del vientre y las patas afeitadas.

El acusado utilizaba una máquina con una cinta para aumentar la resistencia de los gallos

Según la Fiscalía de Medio Ambiente, las modificaciones anatómicas que tenían los animales «no estaban justificadas por una patología previa», y causaban «dolor intenso, mayor sensibilidad a infecciones y alteraciones de la homeostasia que podían ocasionar incluso la muerte». Las aves estaban entrenadas para pelear y el procesado tenía intención de venderlas en Ecuador, su país de origen, donde las peleas de gallos no están prohibidas, según explicó a la Policía Local.

En el corral también había 43 gallinas, nueve patos y cuatro gallos comunes, y varios de los ejemplares presentaban lesiones graves en la cabeza, por lo que fueron trasladados al Centro Municipal de Acogida de Avifauna Urbana y Animales Exóticos por recomendación de los veterinarios. Tres de los gallos tenían lesiones faciales, uno de ellos con pérdida de un ojo, tras ser utilizados en peleas, presuntamente, para entrenarlos y aumentar su resistencia.

Criadero clandestino. Los gallos de pelea estaban encerrados en pequeños habitáculos individuales cuando la Policía Local inspeccionó el criadero clandestino de aves.
Criadero clandestino. Los gallos de pelea estaban encerrados en pequeños habitáculos individuales cuando la Policía Local inspeccionó el criadero clandestino de aves. LP

Una patrulla de la Unidad de Medio Ambiente (UMA) de la Policía Local, junto a miembros del Servicio de Sanidad Municipal, se desplazaron al corral anexo a una vivienda para inspeccionarlo al sospechar que dentro podría haber gallos de pelea y su dueño no tenía la autorización de núcleo zoológico.

Colaboró con la policía

César explicó a los agentes que había alquilado la casa para criar animales y colaboró con ellos para que inspeccionaran el corral con un veterinario. Según las diligencias realizadas por la Policía Local, el acusado tenía hasta 134 animales en varias dependencias, habitáculos individuales muy pequeños para encerrar los gallos y medicamentos que administraba a algunas aves para curar sus heridas.

El criador cortaba las crestas y manipulaba los espolones de las aves para venderlas por 150 euros

Las instalaciones presentaban numerosas deficiencias higiénicas, por lo que los agentes levantaron un acta por varias infracciones a la Ley de Protección de Animales y remitieron las diligencias a la Fiscalía de Medio Ambiente al considerar que los hechos eran constitutivos de delito. El corral donde estaban encerrados los animales carecía de cualquier tipo de autorización administrativa, así como de sistema de eliminación de aguas residuales y estiércoles. Tampoco tenía medios para la destrucción de cadáveres ni para la desinfección ni limpieza del recinto, por lo que las aves se encontraban en unas condiciones sanitarias lamentables.

Durante la inspección de la casa, los policías locales también encontraron una máquina, dotada de una cinta con motor eléctrico, que el procesado utilizada para aumentar la resistencia de los gallos que luego vendería en Ecuador por 150 euros aproximadamente cada ejemplar. Según el escrito de acusación de la Fiscalía de Medio Ambiente, las lesiones y modificaciones anatómicas que presentaban las aves «habían sido ocasionadas por el acusado con la única y exclusiva finalidad de hacerlos participar en peleas».

Esta tradición ancestral está considerada como delito de maltrato animal. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado realizan varias intervenciones todos los años contra estas peleas ilegales organizadas en galleras portátiles, naves, sótanos o patios de algunas barriadas de Valencia, Alicante, Paterna, Carlet y de otras poblaciones de las comarcas de l'Horta o la Ribera. Pero su esfuerzo no logra poner fin a los gladiadores de pico y plumas, un negocio sangriento que se mueve entre traficantes, entrenadores de aves, organizadores y apostantes.

Otro criadero ilegal

El pasado 6 de febrero, la Policía Local de Valencia intervino otros 26 gallos de pelea en el barrio de Nazaret tras inspeccionar un solar lleno de escombros. Los agentes que intervinieron encontraron las aves en jaulas dentro de un cobertizo, y hallaron también sustancias anabolizantes, productos para curar las heridas que sufrían los gallos en las peleas, jeringuillas, protecciones para los espolones y un rifle de aire comprimido.

Hace varios días, la Policía Nacional detuvo a un joven de 29 años por matar a golpes a un gallo de pelea en una calle de Valencia. El individuo tiene antecedentes policiales y fue acusado de un delito de maltrato animal. Varios menores presenciaron la cruel escena.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios