La trampa de los números primos que usan los bares para vender más raciones de croquetas

En matemáticas, un número primo es un número natural mayor que 1 que tiene únicamente dos divisores positivos distintos: él mismo y el 1. Y esa particularidad ha abierto la puerta, de manera consciente o inconsciente, a que muchos bares y restaurantes lo aprovechen en su favor. La teoría, popularizada por el matemático y divulgador científico Santi García Cremades en TVE, ha levantado cierta polémica.

Durante el programa 'Mapi', que ya ha sido cancelado peeo que aún se puede ver en RTVEPlay, el colaborador explicó por qué en muchos bares y restaurantes (con mayor frecuencia en franquicias) se produce un dilema que genera que los clientes, en ocasiones, tengan que consumir más de lo que inicialmente querían.

Lo llama la norma de los números primos y es muy sencilla de entender. «¿Por qué las tapas siempre van en número impar y uno se tiene que comer una de más o una de menos?», se preguntaba. «El motivo», explicaba García Cremades, «es que los restaurantes y bares de España son muy listos y usan la norma de los números primos».

Esta 'trampa' para los clientes consiste en montar raciones de números primos, como el 2, el 3, el 5, el 7, el 11... Como un número primo es aquel que solo puede dividirse entre 1 y él mismo, salvo que el número de comensales coincida con el de raciones (de croquetas o alitas de pollo, por ejemplo, pero también podría ser de calamares, zarajos o incluso de un cubo de cervezas), el problema está servido. «De esta forma se consigue que el reparto no sea equitativo y que haya que pedir más raciones para que todo el mundo coma por igual», resume el matemático.

Así, por ejemplo, si vas a un local y te ponen una ración de 7 croquetas, difícilmente se van a poder repartir sin que surjan conflictos. Siempre estará en el plato 'la croqueta de la disputa'. Si son tres comensales, a uno le toca una de más. Si son dos o cuatro, a uno le toca una de menos. «Estamos obligados a pedir más y más raciones hasta cuadrar este número dichoso», concluye.

En un programa radiofónico en el que colabora en RNE consiguió el testimonio de un camarero que admitía que utilizaban esta norma a la hora de servir raciones. «En hostelería está todo pensado. Nosotros no sacamos 6 croquetas en una ración, ni tres, que serían muy poco; sacamos 7 para que haya siempre un poco de conflicto, para que siempre creamos la necesidad de tener que quedarse con hambre».

Esta norma también se puede producir a la inversa: si el número de clientes es un número primo (por ejemplo 3 ó 5), la ración puede ser de 4, 6 u 8 elementos. Así el conflicto se mantiene y los comensales se ven en la necesidad de repartir desigualmente o, en muchos casos, de pedir una ración (o cerveza/s) más.

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