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Pilar Medina | La Miss que dejó las pasarelas para ser profesora en Valencia

La Miss que dejó las pasarelas para ser profesora en Valencia

La historia de Pilar Medina, que saltó a la fama en 1976, ha revolucionado las redes con un hilo de Twitter

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Sábado, 6 de abril 2019

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Hoy os quiero contar una historia. Esta es su protagonista. Se llama Pilar y es mi madre». Así arranca el hilo de Twitter con el que la artista musical valenciana Helena Goch ha conseguido revolucionar las redes sociales. En el centro de la historia está su progenitora, Pilar Medina, quien en 1976 saltó a la fama. Lo hizo sin intención previa cuando sus amigos decidieron inscribirla en un concurso de belleza local que se celebraba en una discoteca madrileña. Por entonces ella lo tenía todo. Era joven y guapa. «Eso era suficiente en aquella época. Parecía que solo importaba su belleza», explica Helena Goch. Pero además trabajaba como secretaria para pagarse sus estudios. Si se presentaba al certamen, lo peor que podía pasar era que ganase un dinero extra y pudiera estudiar una carrera antes.

En aquella España del destape, Pilar acudió al concurso. Con esa sonrisa que le caracterizaba y sin más pretexto que el de pasar un buen rato. Algo que comenzó como una broma entre amigos, pero que, para su sorpresa, provocó que quedara finalista para concursar en el certamen de Miss Nacional. Y allí se lució y gustó tanto al jurado que la eligió como representante española en la competición internacional. La suerte le sonreía de nuevo. Ahora podría viajar a Japón para luchar por el título de la mujer más bella del mundo.

El juego ya se le había ido de las manos. Ahora era una más caminando con aplomo por las pasarelas de un lejanísimo país, sonriendo a quien la felicitaba por un éxito que jamás había contemplado. Ni siquiera en sueños. Pero allí estaba, vestida con una sábana con la que su abuela le había hecho una especie de túnica romana. El sueño que no tuvo se hizo realidad. Aquel año 1977, Pilar Medina se convertía en la primera española en ganar el concurso Miss Internacional.

«Estaba metida en una vorágine de la que no sabía muy bien cómo salir», explica Helena Goch en sus redes sociales. «Pero viajaba, conocía otras culturas y lugares increíbles y eso le hacía feliz». Tanto, que el certamen le otorgó también el reconocimiento de Miss Simpatía. El salto al mundo del 'show business' fue inmediato. La revista '¡Hola!' dedicó su portada a una Pilar Medina coronada y en el popular concurso 'Un, dos, tres', que reunía cada viernes, con fervor religioso, a millones de familias, la llamaron para actuar como azafata. Toda España -más de 19 millones de espectadores- permanecía atenta a la pantalla, y allí en medio estaba Pilar con su contagiosa sonrisa. Incluso le ofrecieron un papel en 'Una burguesita de 17 años', del director y cineasta Carlos Aured. Una película que finalmente ella no rodó, pero ya se había hecho un nombre en un mundo en el que una belleza perfecta era suficiente para alcanzar el éxito.

Pilar Medina deslumbra en Tokio. En 1977, la joven celebra su reconocimiento como Miss Simpatía durante el concurso de belleza.
Pilar Medina deslumbra en Tokio. En 1977, la joven celebra su reconocimiento como Miss Simpatía durante el concurso de belleza. LP/ REVISTA ¡HOLA!

«Ella, que siempre fue una mujer muy intelectual, de pronto vivía en un entorno en el que no importaba lo inteligente que fuera; es más, si no lo era, mejor. Solo contaba su belleza», indica su hija Helena. Pero algo no terminaba de encajar en este cuento de hadas. Pilar no estaba viviendo la vida que realmente quería. Así que de un día para otro lo dejó todo: la fama, el dinero, las sesiones de posado, el éxito que su simple presencia sobre un escenario prometía.

Maestra en la cárcel

«Cuando dejó ese mundo, nadie la entendía. Lo tenía todo», dice Helena. Pero Pilar lo tenía claro, abandonó Madrid y puso rumbo a un pueblo de Valencia. Allí empezó una nueva vida. Se inscribió en una carrera universitaria, empezó a trabajar y, en lo posible, ocultó que había sido Miss. «Ella estaba feliz en sus clases. Su sitio era ese, mucho más que un escenario». Saltar a un mundo totalmente opuesto al anterior le sirvió para reafirmarse. Su sitio estaba entre los libros, y no envuelta en la fama.

«Su trayectoria de Miss fue tan breve que no llegó a sentir ese hartazgo de mujer florero», señala Helena Goch, que de niña alardeaba de los éxitos de su madre. Con 31 años y embarazada de Helena, Pilar aprobó las oposiciones de profesora de lengua y literatura. Desde entonces ha dado clases en varios institutos e incluso en la cárcel. Ahora Pilar vive a 1.500 kilómetros de su hija, en Bélgica, donde todavía trabaja como profesora. Ella disfruta y también se emociona cuando Helena levanta el teléfono para contarle la repercusión que ha tenido el hilo de Twitter. Una publicación que comenzó para decirle a su madre «lo bonita que era» y que ya acumula más de 11.000 'me gusta' por contar la historia de una mujer que fue «una pionera feminista en aquella época».

Pilar es también 'la reina del baile', que da nombre a uno de los temas de 'Motor y al aire', el último disco de Helena Goch. «Le he escrito esta canción para agradecerle lo maravilloso que ha sido haberla tenido como ejemplo de superación y feminismo». Una historia que creció en Twitter, el libro abierto del siglo XXI, dedicada a «aquellas personas a las que que alguna vez les han dicho que no pueden ser lo que quieren».

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