Borrar
Urgente Educación propone que Matemáticas se dé siempre en castellano y Conocimiento del Medio en valenciano
EL sueño afecta notablemente en la salud cardiovascular. Fotolia
Los siete factores del sueño que afectan al colesterol

Los siete factores del sueño que afectan al colesterol

La calidad del descanso es uno de los aspectos que más puede afectar en nuestra salud cardiometabólica

Tamara Villena

Valencia

Sábado, 19 de abril 2025, 01:05

El colesterol es una de las grandes preocupaciones de gran parte de la población española, que sufre este silencioso problema de salud que, si bien no presenta síntomas, sí altera por completo la alimentación y hábitos de quien lo sufre. Se trata de una complicación cardiovascular que pone en riesgo las arterias y el paso del torrente sanguíneo, pero es muy difícil de detectar a no ser que sea mediante una analítica de sangre.

De tener el colesterol alto, es imprescindible atajar el problema mediante la alimentación y la práctica de deporte, dos pilares fundamentales para reducir el LDL o colesterol malo o aumental el HDL o bueno. El médico, segú el caso, decidirá si el paciente necesita además medicamentos para controlar este problema de salud o si basta con cambiar a una rutina más saludable, sin productos procesados, azúcares, carnes rojas o lácteos enteros, entre otros.

No obstante, otro de los aspectos que más afecta al colesterol, y a la sistema cardiovascular en general, es el sueño y la calidad del descanso. Aquí entran en juego hasta siete factores que afectan directamente al LDL y a la salud cardiometabólica.

El sueño saludable incluye múltiples componentes, como el número de horas de sueño por noche, el tiempo que se tarda en conciliarlo y el funcionamiento diurno. Abordar estas diferentes dimensiones del sueño puede ayudar a mejorar la salud cardiometabólica y los factores de riesgo relacionados, según una nueva declaración publicada en 'Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes'.

Este nuevo trabajo describe múltiples componentes de la salud del sueño, como la duración, la continuidad, el ritmo, la satisfacción, la regularidad y el funcionamiento diurno. La declaración científica también revisa las últimas pruebas sobre lo que se sabe acerca de la relación entre el sueño y diversos factores de salud cardiometabólica, como la grasa corporal, el azúcar en sangre, el colesterol y la presión arterial, y cómo un sueño saludable repercute positivamente en la salud física y el bienestar mental.

«La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 9 horas de sueño cada noche, y un sueño subóptimo aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, junto con el riesgo de deterioro cognitivo, depresión, obesidad, así como de hipertensión arterial, azúcar en sangre y niveles de colesterol», ha afirmado la presidenta del grupo de redacción de la declaración científica, Marie-Pierre St-Onge.

«Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que la salud del sueño va más allá del número de horas que se duerme cada noche», ha apuntado la investigadora.

Los siete factores del sueño que afectan a la salud cardiometabólica

El primero de los componentes analizado ha sido la duración del sueño. Los datos más recientes de múltiples estudios indican que dormir menos de 7 horas por noche aumenta el riesgo de fibrilación auricular, síndrome cardiometabólico y presión arterial. Por su parte, dormir demasiado o más de 9 horas por noche también se asocia a un mayor riesgo de síndrome cardiometabólico, rigidez de las arterias, ictus o muerte por cardiopatía o ictus.

El segundo punto analizado es la continuidad del sueño, es decir, la proporción de tiempo que se pasa durmiendo. Las alteraciones de la continuidad del sueño se han asociado a un mayor riesgo de fibrilación auricular, infarto de miocardio, hipertensión arterial o más resistencia a la insulina.

El tercer componente revisado es la hora a la que una persona suele irse a dormir durante un periodo de 24 horas. La investigación de alta calidad sobre el momento de dormir es limitada, sin embargo, los datos indican que es probable que un momento de dormir subóptimo se asocie con un aumento de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Una hora de acostarse a medianoche o más tarde, en comparación con antes de medianoche, se ha asociado con un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad, resistencia a la insulina y presión arterial elevada.

El cuarto punto es la satisfacción con el sueño, la percepción que tiene una persona de su experiencia de sueño. Un análisis combinado de investigaciones recientes indica que una menor satisfacción con el sueño se asocia a una mayor presión arterial, arterias rígidas y menos flexibles, enfermedades coronarias y una presión arterial nocturna que no disminuye.

Por su parte, el quinto punto es la regularidad del sueño: Un estudio a gran escala del Biobanco del Reino Unido relacionó con un mayor riesgo de diabetes de tipo 2 incluso en personas que dormían lo suficiente, y el riesgo más alto se daba entre quienes dormían muy poco y tenían patrones de sueño muy irregulares.

El sexto punto analizado es el funcionamiento diurno relacionado con el sueño, es decir, la capacidad de una persona para permanecer alerta y despierta durante el día. La somnolencia diurna excesiva se asocia a enfermedades cardiovasculares, cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares y muerte tanto por enfermedades cardiovasculares como por cualquier otra causa. Algunos riesgos cardiovasculares, como la obesidad, la diabetes de tipo 2, la depresión, el tabaquismo y la apnea obstructiva del sueño, se asociaron a un mayor riesgo de somnolencia diurna, mientras que la pérdida de peso pareció reducir la somnolencia excesiva durante el día.

Por último, el séptimo punto analizado es la arquitectura del sueño, que se refiere a las fases del sueño por las que suele pasar el cuerpo mientras duerme. El sueño se divide en dos categorías: movimiento ocular no rápido (No REM), que incluye etapas de sueño ligero y sueño profundo, y movimiento ocular rápido (REM), la etapa más profunda del sueño. Un análisis de estudios combinados observó que la interrupción del sueño No REM, también conocido como sueño de ondas lentas, provocaba mayores niveles de resistencia a la insulina en comparación con el sueño no interrumpido.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Los siete factores del sueño que afectan al colesterol