Aviso de los nutricionistas sobre un «grave peligro» muy común en la alimentación
Los expertos alertan de los problemas de salud asociados a la vuelta a la rutina
Septiembre es sinónimo de vuelta a la rutina, algo que no solo tiene que ver con el trabajo, también con retomar unos hábitos de vida lo más saludables posible. Con el verano es normal relajarse y, además de hacer planes sociales que implican comer mucho más fuera de casa, tendemos a ir menos al gimnasio y reducir nuestro ejercicio. Es algo bueno, ya que llevar un día a día demasiado restrictivo puede acabar produciendo un efecto rebote muy peligroso.
El problema es que con la llegada de septiembre son muchos los que intentan compensar esos excesos con dietas extremas y sesiones de deporte exageradas, que terminan por producir cansancio tanto físico como mental y no son sostenibles en el tiempo. El resultado es que acaban siendo medidas contraproducentes que nos pueden terminar devolviendo al punto de partida o incluso peor.
Por eso, tras la vuelta de las vacaciones, desde el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa) piden precaución y ponen el foco en los riesgos asociados a este tipo de comportamiento. Los expertos han alertado que, con la llegada del mes de septiembre, aumenta la adhesión a las populares «dietas milagro» para revertir el aumento de peso que se produce en los meses estivales y que oscila entre los tres y cinco kilos. Unas prácticas que suponen «peligros» como déficits nutricionales o riesgos cardiovasculares.
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Según ha informado la entidad colegial en un comunicado, estas dietas se caracterizan principalmente por prometer una rápida pérdida de peso con una restricción de grupos de alimentos o nutrientes o basándose en un único alimento. Se trata de unas prácticas que tienen asociados «graves peligros» para la salud como déficits nutricionales, pérdida de masa muscular o riesgos cardiovasculares, entre otros.
«Cuando llevamos a cabo dietas sin la prescripción de un dietista-nutricionista colegiado privamos a nuestro organismo de los nutrientes básicos que necesitan nuestros órganos y sistemas para funcionar adecuadamente. Esto trae consigo un mayor riesgo cardiovascular y alteraciones en la función renal y hepática, notamos más cansancio y una pérdida acelerada de masa muscular y podemos llegar a sufrir alteraciones metabólicas y mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas como, por ejemplo, la diabetes», ha explicado Natalia Gil, nutricionista y miembro de la Junta de Gobierno del CODiNuCoVa.
Algunos ejemplos de estas famosas dietas son los planteamientos «detox», que basan la alimentación en bebidas y batidos que prometen un «efecto purificante»; dietas «excesivamente hipocalóricas», que buscan reducir la ingesta de calorías a costa de eliminar grupos enteros de alimentos; y las monodietas, que se centran en una alimentación basada en un único alimento. «Todas ellas generan grandes déficits en el organismo y graves problemas de salud», ha avisado Gil.
Ayuno intermitente
Otra de las prácticas que se ha generalizado entre la población tras la vuelta de vacaciones es la de hacer largos periodos de ayuno sin un control. «Bajo el nombre de 'ayuno intermitente' nos encontramos en redes sociales y en consulta mucha gente que concentra todas sus ingestas en un corto lapso de tiempo, para después dejar de comer durante ocho o hasta 16 horas al día. Esta práctica sin un seguimiento y un asesoramiento por parte de un nutricionista puede comportar graves problemas para la salud de la persona que los lleva a cabo», ha añadido Maite Navarro, presidenta del organismo.
Alteraciones metabólicas debidas al déficit nutricional, el desarrollo de una mala relación con la comida que desemboque en un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) o posteriores atracones o ansiedad durante los periodos de las ingestas son algunas de las consecuencias de este tipo de prácticas «sin supervisión», asegura.
En esta línea, Gil ha recalcado que el ayuno intermitente «es una herramienta que se utiliza en consulta y que comporta beneficios al paciente cuando se lleva a cabo bajo unos parámetros concretos y teniendo en cuenta las necesidades y peculiaridades de cada persona, no es una pauta nutricional útil para todo el mundo ni un método de adelgazamiento».
Y es que, además, tal y como explican desde el CODiNuCoVa, estos ayunos pueden tener «efectos negativos» para la salud de personas con patologías previas como pueden ser «pacientes oncológicos, en los que ya existe una pérdida de masa muscular y cambios metabólicos derivados de la propia enfermedad. Tampoco es recomendable en pacientes con problemas hepáticos o renales, personas que ya sufran de un trastorno de la conducta alimentaria, «ya que puede agravar su mala relación con la comida, o personas mayores o embarazadas», concluye Natalia Gil.