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Controlar la presión arterial se ha convertido en una prioridad de salud para millones de personas. Según la Sociedad Española de Cardiología, más del 40% de la población adulta en nuestro país sufre hipertensión, una patología silenciosa que, si no se trata adecuadamente, puede derivar en complicaciones graves como infartos, ictus o insuficiencia renal. Aunque el tratamiento médico es imprescindible en muchos casos, también existen estrategias naturales que pueden ayudar a mantener las cifras de tensión dentro de un rango saludable desde casa.
Uno de los primeros consejos que ofrecen los profesionales sanitarios es moderar la ingesta de sodio. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo diario no debería superar los 5 gramos de sal. En la práctica, esto implica leer etiquetas con atención y evitar productos procesados, embutidos, caldos preparados o snacks salados. Para no renunciar al sabor, se pueden utilizar hierbas aromáticas, limón, ajo o especias como el comino o el pimentón.
El ejercicio moderado y regular es una herramienta clave para bajar la presión arterial. Caminar a paso ligero durante media hora diaria puede mejorar la salud cardiovascular, favorecer la pérdida de peso y reducir los niveles de estrés. Según la Fundación Española del Corazón, esta rutina ayuda a dilatar los vasos sanguíneos, favoreciendo una mejor circulación.
Algunas infusiones naturales pueden contribuir, de forma suave, a la reducción de la tensión arterial. Es el caso del espino blanco, la valeriana o la infusión de hibisco, que ha sido objeto de diversos estudios por sus posibles efectos antihipertensivos. No obstante, es importante consultar con un profesional antes de incorporar cualquier suplemento o planta medicinal, especialmente si se están tomando medicamentos.
La gestión del estrés es otro factor determinante en el control de la presión arterial. Ejercicios de respiración lenta y consciente —como los que se utilizan en el yoga o la meditación— pueden ayudar a relajar el sistema nervioso y reducir las cifras de tensión de forma natural. Basta con dedicar entre 5 y 10 minutos al día a respirar de forma abdominal, inhalando por la nariz y exhalando lentamente por la boca.
Frutas como el plátano, el aguacate o el melón, así como verduras como las espinacas, las acelgas o el brócoli, son fuentes naturales de potasio, un mineral que ayuda a contrarrestar los efectos del sodio. Por su parte, los frutos secos naturales (como las almendras o nueces sin sal), las legumbres y los cereales integrales aportan magnesio, otro mineral beneficioso para la salud arterial.
La calidad del sueño tiene una influencia directa sobre la presión arterial. Dormir entre 7 y 8 horas diarias, sin interrupciones, permite que el organismo regule adecuadamente las hormonas que influyen en el sistema cardiovascular. El insomnio o el sueño fragmentado pueden provocar elevaciones de la presión durante el día.
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