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Asistentes al Festival del Lichi y la Carne de Perro de Yulin examinan los canes hacinados en una jaula. Efe
Perro bueno, perro malo: 'gastronomía' en Asia

Perro bueno, perro malo: 'gastronomía' en Asia

Unos 30 millones de canes acaban cada año en los pucheros de Asia. Sin embargo, cada vez hay más rechazo a consumir su carne

ZIGOR ALDAMA

Viernes, 28 de junio 2019, 20:22

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Hay un problema en Asia que se podría resumir parafraseando al artífice del milagro económico chino, Deng Xiaoping: perro bueno, perro malo, lo importante es si acaba en el puchero. Y las posturas están enfrentadas al respecto: hay quienes sostienen que, si se cría como cualquier otro animal de granja, el mejor amigo del ser humano es una magnífica fuente de proteínas que plantea los mismos interrogantes éticos que la ternera, el cerdo o el pollo; otros señalan los innumerables robos de mascotas, el terrible tratamiento que reciben los animales y la falta de supervisión de su carne como argumentos para exigir que se prohíba el consumo de su carne.

El debate es encarnizado, sobre todo en torno al festival de Yulin, en China, que se caracteriza por combinar durante el solsticio de verano dos manjares del gigante asiático: el lichi y el perro. Las organizaciones pro derechos de los animales han hecho de esta cita anual su diana y han logrado que tanto el número de asistentes como las ventas hayan caído drásticamente en los últimos años. Algunos sociólogos sostienen que el rechazo es proporcional al aumento del número de mascotas en China, y que el desarrollo socioeconómico que ha llevado a las zonas urbanas un estilo de vida más parecido al occidental terminará por convertir el apetito por la carne de perro en algo residual y exótico.

No obstante, se estima que 30 millones de perros son sacrificados cada año en Asia para carne. Solo en China, la ONG Fight for the Innocent estima que 25 millones de perros y gatos son robados anualmente con ese fin, y que el 20% de sus 1.400 millones de habitantes ha consumido estos animales. Es un porcentaje reducido si se compara con el que la World Dog Alliance (WDA) atribuye a Corea del Sur: el 60%. Otras fuentes lo reducen al 30%, pero sigue siendo suficiente para que el país, uno de los más desarrollados del continente, coma entre uno y cinco millones de perros al año.

Crece el consumo en Vietnam

Pero Vietnam es el único país en el que su consumo crece. Se estima que un 80% de la población disfruta con la carne de can, y, debido al crecimiento del poder adquisitivo, su demanda se ha disparado hasta los diez millones de perros al año. Son tantos que el país es incapaz de producirlos y ya los importa de países vecinos como Tailandia o Camboya. «Mientras el mundo se centra en condenar el consumo en China, Vietnam ha pasado desapercibida a pesar de que es donde más crece el apetito por la carne de perro», afirmó Kike Yuen, responsable de proyectos de WDA, al diario 'South China Morning Post'.

No obstante, de forma paralela cada vez surgen más iniciativas para ilegalizar el sacrificio de perros con fines comerciales. En Hong Kong, por ejemplo, comerlos ya está prohibido y se castiga con un mes de prisión. En Corea del Sur, un tribunal de la ciudad de Bucheon determinó en junio que su venta para consumo humano no es justificación suficiente para su sacrificio, y condenó a un 'granjero' de perros a pagar una multa de unos 2.500 euros por haberlo hecho, además, sin las condiciones higiénicas apropiadas. Ahora, la ONG Care tiene la esperanza de que este precedente se vaya extendiendo por el país y que desemboque en una prohibición nacional.

Por su parte, las autoridades de la capital de Vietnam, Hanoi, han pedido este mes a sus residentes que no consuman perro. Claro que la razón aducida no tiene nada que ver con la tristeza que puede provocar su muerte, sino con el objetivo de erradicar la rabia que se ha marcado el país para 2021. Aunque, como reconoció el teniente de alcalde Nguyen Van Suu, también les preocupa lo que piensan los extranjeros que ven perros laqueados colgando de cualquier chiringuito. Su consumo «tiene un impacto negativo en la imagen de modernidad y civismo de la ciudad», afirmó Nguyen.

Según el censo de Hanoi, en la capital vietnamita hay 493.000 perros y gatos, de los cuales unos 50.000 se crían en granjas que los destinarán al matadero. Quienes los comercializan, entre ellos restaurantes especializados, afirman que, siempre que se cocine apropiadamente, no hay riesgo de contagio. «Como sucede con cualquier otra carne», apuntó el dueño de uno de esos establecimientos a 'VnExpress'. «No deberíamos dejar que valores occidentales terminen influyendo en nuestras costumbres culinarias. ¿Qué será lo siguiente? ¿Que los amantes de los cerdos traten de prohibir su carne?», se preguntaba visiblemente irritado.

Un buen negocio

Granjas legales

Se estima que granjas legales crían en torno al 30% de los 30 millones de perros que se consumen cada año en Asia. Este lucrativo negocio no está regulado como el de otras especies.

Tráfico ilegal

La falta de perros para consumo humano propicia un mercado negro que se nutre, en su mayoría, de mascotas y de animales callejeros. Las ONG denuncian que un perro de diez kilos que se compra en Tailandia o Camboya por 5 euros puede venderse a casi 100 euros en Vietnam.

También Japón

Aunque es menos conocido, el país nipón también adora la carne de perro. La ONG WDA estima que entre 2003 y 2017 China exportó 436 toneladas a Japón, cuyo Gobierno reconoció también haber importado 25 toneladas de Vietnam en los tres últimos años.

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