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Un gato apoyado sobre el hombro de su dueña. EFE
Misterio de los gatos | La razón por la que no debes coger a tu gato en brazos

La razón por la que no debes coger a tu gato en brazos

Muchos dueños sienten la necesidad de achuchar a su mascota, pero no a todos los felinos les gusta

B. S.

Martes, 4 de enero 2022, 01:25

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Cualquiera que viva con una gato en casa, o con más de uno, sabrán de sobra que mascotas con un comportamiento de lo más peculiar e, incluso, misterioso. Son animales muy especiales, con una serie de manías y costumbres que forman parte de su cáracter.

Por ejemplo, es normal ver a los felinos moviendo las patas como si amasaran, esto lo hacen para expresar que están cómodos y seguros. Utilizan la cola como parte de su lenguaje corporal, de manera que según la posición y el movimiento de esta parte de su cuerpo, querrán expresar un sentimiento u otro.

Otra particularidad de los felinos es que suelen frotar su cabeza contra la tuya para dejar su olor en ti para marcar territorio. Seguro que, alguna vez, habrás visto alguna vez a tu gato delante de la ventana haciendo un ruido extraño con los dientes. Este castañeo es un movimiento innato con el que practica su mordisco.

También pueden saber si va a caer una tormenta y son amantes de los cementerios; odian el chocolate, el limón y el vinagre y se divierten rascando el sofá y otros muebles de la casa. Son capaces de saber en qué habitación estás sin verte y tienen una especie de sexto sentido, ya que pueden predecir cuando alguien está cerca de morir.

Y es que los felinos son, a veces, animales impredecibles. Algunas veces huyen de nosotros y se muestran de lo más ariscos y otras, en cambio, nos persiguen a todas las partes de la casa a donde vamos, incluso hasta el baño. Y es que los gatos pueden parecer independientes, pero, a veces, no se separan de la sombra de sus dueños.

Cuando se ponen cariñosos, muchas veces los humanos tienen ganas de abrazarlos y achucharlos. No obstante, los gatos a veces se ponen nerviosos cuando los cogemos en brazos. Esto ocurre porque se sienten inseguros y por eso puede arañar. La mayoría de los gatos prefieren mantener sus cuatro patas en contacto con el suelo. Por eso, cuando los cogemos en brazos, muchos empiezan a agitarse, contonearse y a ponerse tensos porque quiren que los bajes. Otra de las razones por las que se sienten incómodos es porque no les estás agarriendo bien.

Si tu gato es de los que le gusta que lo cojan, aprovecha esa cercanía. No obstante, si se estresa cuando se le agarra, debes respetarlo y no insistir ni forzarlo. Cuánto más tiempo tengas a tu mascota en brazos, más odiará que lo agarren la próxima vez.

Si tu gato está entre los felinos que odian que los cojan en brazos, puedes seguir una serie de pasos para que, cada vez, se deje abrazar más sin que nadie salga herido.

Debes hacer unos ejercicios para que el gato se acostumbre a tu tacto. Para ello, tienes que poner tus manos debajo de su torso, levantarlo un poco y luego soltarlo. Cuando se sienta cómodo con eso, puedes aplicar una suave presión cuando vuelvas a colocar tus manos a los lados. Esto hará que se sienta seguro y confiado contigo. Además, no olvides darle un premio o una recompensa y llenarle de elogios.

Aunque los gatos tienen diferentes preferencias sobre cómo les gusta que les cojan, lo más importante es darles seguridad y que se sientan confiados entre tus brazos. Debes usar ambas manos cuando lo levantes y no caminar con tu mascota, sino dejar que se acostumbre a esta situación.

Utiliza una mano para apoyar su parte trasera. A muchos de los gatos les gusta apoyar sus patas en el hombro de su dueño. Otra forma es agarrar a tu gato cerca de tu pecho para que no se sienta suspendido en el aire.

Siguiendo estos pasos, poco a poco conseguirás esa confianza con tu felino y se sentirá seguro entre tus brazos.

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