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Dicen que somos lo que comemos, pero a juzgar por los últimos datos del Informe sobre consumo alimentario en España, de 2024, también comemos según ... el lugar en el que vivimos. Por eso, a nadie puede extrañar que la Comunitat, cuna de la paella dominical, sea la región en la que más arroz consume, pero sí que siendo una comunidad de costa, se coma poco pescado, por ejemplo. O que Navarra, una de las huertas del país, sea líder en consumo de verduras. Y es que los datos ofrecidos, anualmente, por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación dicen mucho de los hábitos que tenemos los ciudadanos de cada región. En cifras generales, hay una primera condición clara. Los valencianos comen más que la media. Los españoles consumimos el año pasado 572,02 kilolitros por persona de alimentos y bebidas, por los 587,4 kilolitros per capita de cada ciudadano de la Comunitat. En total, el gasto en alimentación supuso para cada valenciano algo más de 1.747 euros por persona. Mientras que en el conjunto de España, esta cantidad ascendió a 1.787 euros per capita. En 2024, los hogares redujeron en un 0,2 % la compra de alimentos y bebidas para el abastecimiento doméstico en comparación con 2023. Sin embargo, el gasto total se incrementó en un 2,6 % debido al aumento del precio medio de los productos.
Pero, bajando al detalle que ofrece el informe sobre el consumo de determinados alimentos y bebidas por comunidadades, podemos trazar el perfil de cómo se alimentan los ciudadanos de la Comunitat. Y hay dos productos que los valencianos incluyen en su dieta con regularidad: el arroz y las aceitunas. En el caso del ingrediente estrella de las paellas, el arroz, los valencianos son líderes, muy por encima de la media. Cada persona consume 5,03 kilos al año, por los 3,76 kilos que ingiere la media de españoles. Más de 1,3 kilos extra al año, y lejos de los 2,67 kilos al año que consume cada ciudadano de La Rioja, la comunidad menos arrocera. Los españoles de nivel socioeconómico bajo realizan el consumo per cápita más alto de arroz, con 4,87 kilos por persona al año. Por el contrario, las personas de nivel socioeconómico alto presentan la menor ingesta de arroz a cierre de año, con 3,04 kilos por persona.
También los valencianos tienen querencia por otro producto, muy típico en aperitivos en casa y en almuerzos fuera de ella: las aceitunas (u olivas, como se conocen en la Comunitat). El tipo de aceituna que más se consume por persona es aceituna envasada rellena (0,81 kilos por persona y año) y los valencianos consumen este producto por encima de la media de España, (2,32 kilos por persona al año), con 2,4 kilos en el caso de Alicante, Castellón y Valencia.
Siguiendo con el repaso al consumo de alimentos y bebidas, llegamos también a la bollería y los productos dulces, un surtido en el que los valencianos también despuntan, con una ingesta de alog más de seis kilos por persona al año, frente a los 5,55 kilos de estos productos que consume de media cada español. En bebidas, también hay una diferencia significativa en la Comunitat, con los 158,7 litros por persona que se consumieron en 2024, por los 131,8 litros de media en el resto de España.
Si entramos en las proteínas básicas: carne y pescado, aquí tambien hay diferencias significativas, porque los valencianos despuntan como muy carnívoros. En concreto, ingieren una media de 42,8 kilos por persona y año. De ellos, 14,2 kilos son de pollo, donde la Comunitat lidera en consumo nacional de este ave. También los valencianos comen más conejo que en el resto de España, con 0,8 kilos por persona al año, por el medio kilo del resto de la media. Seguro que el hecho de que el pollo y el conejo sean ingredientes de la paella valenciana tiene influencia en estos resultados. En cuanto a la carne transformada (hamburguesas, carne picada o embutidos, por ejemplo) en la Comunitat se consumen algo más de 9,5 kilos al año por persona. En el caso de la carne de cerdo, los valencianos consumieron el año pasado 9,5 kilos por persona (como la media nacional). Y en el caso de la carne de cordero, su presencia en la dieta valenciana es casi testimonial, con poco más de 0,7 kilos por persona al año. El cordero navideño y alguna torrà y poco más.
En el caso del pescado, pese a que buena parte del territorio valenciano está bañado por el mar, su consumo no es demasiado popular en la Comunitat. De hecho, está casi dos kilos por debajo de la media de España (7,3 kilos por persona al año), con apenas 5,7 kilos al año. Muy lejos, además, de la cantidad de carne que se come. De esa cantidad, además, 4,2 kilos son de mariscos, moluscos y crustáceos.
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Una tendencia a la baja, respecto al resto de españoles, que también se sostiene en el caso de la fruta. Mientras en el conjunto del territorio se comieron 79,3 kilos por persona, en la Comunitat Valenciana esta cifra apenas se llegó a los 74 kilos. Cinco menos que la media nacional. En conjunto, los hogares destinaron el 9,49 % del presupuesto medio de consumo de productos de alimentación y bebidas a la compra de fruta fresca, lo que supone un gasto per cápita de 169,51 euros por persona. Las frutas exóticas (plátano, kiwi, aguacate, piña y chirimoya) son los tipos de fruta fresca que más se compran (23,6 %) y son responsables de más de uno de cada cuatro euros de la categoría (26,5 %). El segundo tipo de fruta con más relevancia en volumen por parte de los hogares españoles son los cítricos (naranja, limón, mandarina y pomelo) con el 23,3 % del total de los kilos de fruta comprados. En tercer lugar, se posicionan las frutas de pepita (uvas, manzanas y peras) cuyo peso en volumen y valor es algo inferior a un 20 %, exactamente 17,0 % en volumen y 18,0 % en valor. La compra de melón y sandía en 2024 cerró en positivo, con un incremento del 5,9 %, y pasa a representar así un 17,8 % del volumen comprado de frutas frescas.
Las verduras tampoco son el fuerte de los valencianos. Ahí reinan los navarros, que son quienes realizan la mayor ingesta per cápita de hortalizas frescas, con una cantidad que asciende a 70,54 kilogramos por persona. Superan el promedio en nada más y nada menos que 21 kilos por persona. En el caso de la Comunitat, queda muy lejos de esa cantidad el consumo de verduras de los valencianos se alinea con la media nacional, con 49,5 kilos por persona.
La categoría platos preparados incluye los platos de conserva, platos preparados congelados, sopas y cremas, pizza, resto de platos preparados de pasta, tortillas refrigeradas y otros platos preparados. A cierre de año 2024, los hogares españoles aumentaron en un 5,1 % la compra de platos preparados, dato destacado si tenemos en cuenta que la demanda de productos de alimentación para el consumo doméstico se mantiene estable. Por tanto, estos productos ganan cada vez más importancia dentro de las cestas de los hogares españoles, alcanzando los 806.098,24 miles de kilos a cierre de 2024. En promedio, cada individuo en España consume del orden de 17,19 kilos de platos preparados durante el año, una cantidad que supera la del ejercicio anterior en un 3,7 %, equivalente a consumir 0,612 kilos más de estos productos por persona y año. Asimismo, también aumenta el gasto per cápita (7,5 %), cerrando en 94,35 euros por persona y año.Los platos preparados, representan el 3,01 % del volumen total adquirido para consumo doméstico, siendo superior la proporción que representan en valor (5,28 %). En el caso de los valencianos, su consumo de estos platos se sitúan en torno a la media, con 17,8 kilos por persona y año. En la cumbre, los catalanes, con 21,8 kilos anuales per capita.
Durante el 2024, los hogares españoles destinaron un 12,11 % del total de su gasto en alimentación y bebidas al segmento de leche y derivados lácteos. Esta categoría representa, además, el 16,82 % del volumen total en la cesta de la compra de los hogares al cierre de 2024. Pero los valencianos, no son muy lecheros. Los residentes en Castilla y León y en el Principado de Asturias son los que muestran la mayor ingesta de productos lácteos al cierre del año 2024, con cantidades de 117,78 y 116,60 kilolitros por persona y año, respectivamente. Estos valores superan el promedio nacional de 96,20 kilolitros por persona. La Comunitat, sin embargo, se queda en los últimos puestos de consumidores de leche y derivados, con apenas 87 litros por persona al año. Nueve menos que la media.
El informe del Ministerio de Agricultura analiza también el consumo de alimentos sin gluten (obligados para los celiacos, pero en auge con las personas que han decidido prescindir de esta proteína del trigo). A cierre de año 2024, cada persona consumió un promedio de 20,54 kilolitros de productos sin gluten, cifra un 1,3 % mayor a la de 2023, equivalente a consumir 0,26 kilolitros más por persona y periodo de estudio. Dentro de estos productos, los platos preparados son los productos de alimentación sin gluten más consumidos, con 4,92 kilos por persona al año, un 8,1 % más con respecto al año previo (0,37 kilos más por individuo). Le siguen los derivados lácteos con un consumo per cápita de 4,09 kilolitros por persona y año, lo que supone, al contrario de platos preparados, un retroceso frente a 2023 (2,4 %). En el caso de la Comunitat, los valencianos consumieron 22,4 kilolitros de alimentos y bebidas sin gluten. Más de dos kilos por encima que la media.
Y como a nadie le amarga un dulce, en la encuesta también se analiza el consumo de cacao. Dentro de la categoría «chocolate» se incluye el chocolate en tabletas y el turrón de chocolate También otros productos como bombones, trufas, snacks de chocolate, cacao soluble y crema de cacao para untar. Y ahí la Comunitat es de las que menos chocolate consume. Apenas 2,7 kilos al año por persona, frente a los algo más de tres de la media española.
Es importante destacar también que, según el informe, existe una mayor preocupación por el desperdicio alimentario, por tanto, los hogares pueden aplicar elementos a la hora de planificar mejor la compra y aprovechamiento de los productos de alimentación, para evitar el deterioro y que les ayude a dimensionar la compra, reduciendo por tanto el volumen al adquirir más conciencia. También es importante y un factor determinante el impacto que tienen los platos preparados en nuestra rutina. Pues la compra de estos productos se incrementa, llevando asociado una menor adquisición de otros productos, como, por ejemplo, no es lo mismo comprar un litro de salmorejo listo para comer, que adquirir los diferentes productos para elaborarlo en casa.
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