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¿Agua embotellada o del grifo?

¿Agua embotellada o del grifo?

El pujante sector del embotellado teme que las intoxicaciones de Cataluña mermen sus ventas

BORJA OLAIZOLA

Lunes, 2 de mayo 2016, 20:52

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«Sólo sabe a agua», decía la publicidad de Solares, la marca que monopolizaba el mercado del agua embotellada en la España de los años setenta. El líquido que se extraía del manantial cántabro apenas tenía competencia y cuando en la mesa de cualquier restaurante hacía falta agua se pedía directamente al camarero 'una de Solares'. La marca había logrado, probablemente sin proponérselo, esa pirueta con la que sueñan los responsables de marketing de cualquier firma, la asociación inmediata entre nombre y producto. Como ocurre con Rioja, Gillette o Vespa, bastaba decir Solares para que en la mente de todos se visualizase una botella de agua.

La abrumadora hegemonía de la empresa cántabra se vino abajo de la noche a la mañana después de que se detectasen en sus botellas bacterias susceptibles de causar infecciones. La alarma cundió entre los consumidores y la compañía se vino abajo: en menos de cinco años pasó de comercializar cien millones de envases a vender apenas siete millones. Solares sigue hoy presente en el mercado del agua mineral después de haber cambiado varias veces de manos, pero no es ni la sombra de lo que llegó a ser entonces.

Prohibición

  • jarras en los restaurantes tres estrellas

  • La creciente conciencia medioambiental juega en contra del agua embotellada. Los envases plásticos representan una amenaza y proliferan las iniciativas para reducir su consumo. Universidades como Harvard prohíben ya la venta de botellas de plástico en sus sedes.

  • Ciudades como Nueva York, París, Londres o San Sebastián han impulsado campañas públicas para el consumo de agua de grifo distribuyendo jarras en bares y restaurantes. En los tres estrellas Michelin empieza a estar mejor visto pedir agua de grifo que agua en botella de plástico.

  • envases de plástico se reciclan, según un informe de Greenpeace. Eso significa que los otros 87 se quedan en vertederos o engrosan ese séptimo continente formado por plásticos que recorre los mares.

El recuerdo del caso Solares ha planeado esta semana por los despachos de los gestores de las principales marcas de agua embotellada. El brote de gastroenteritis que afectó en Cataluña a unas 4.200 personas ha hecho saltar todas las alarmas en el sector. Las intoxicaciones se produjeron como consecuencia del consumo de agua procedente de bidones de la empresa distribuidora Eden, una multinacional con sede en Suiza que abastece a oficinas y centros de trabajo. La investigación permitió determinar que el líquido procedía del acuífero de Font d'Arinsal, en el Principado de Andorra. Los análisis fueron concluyentes y apuntaron la presencia en el agua de norovirus que tenían su origen en «contaminación fecal humana».

El Gobierno andorrano clausuró la planta de agua de Arinsal, a la vez que prohibió la venta de botellas de la marca Font d'Arinsal. El agua de la empresa cerrada se vende sobre todo en Andorra, aunque también tiene cierta presencia en las comarcas catalanas más próximas. Eden ya había inmovilizado con anterioridad todas las garrafas envasadas en el Principado. La distribuidora, además, ha anunciado posibles acciones legales contra la embotelladora.

El acuífero de Arinsal se encuentra a 150 metros de profundidad y está protegido por un muro de hormigón de seis metros. El futuro de la empresa, han apuntado fuentes del área de Sanidad del Principado, se presenta bastante comprometido a corto plazo tanto por la dificultad que entraña la desinfección del acuífero como por la desconfianza que se ha adueñado de buena parte de los consumidores.

Cumbres nevadas

Arinsal, que está a unos 1.500 metros de altura, siempre ha utilizado para su promoción la imagen de pulcritud que suele asociarse a la alta montaña. Las etiquetas de sus botellas de agua llevan un eslogan muy explícito: «Cuanto más alta, más pura». El recurso a la escenografía de cumbres nevadas es frecuente en la propaganda de las aguas embotelladas. También el uso de una terminología basada en conceptos como frescor, naturaleza, salud y pureza. Las empresas temen que la irrupción en ese escenario de ingravidez aséptica de un término tan contundente como «contaminación fecal» arruine buena parte de su imagen y repercuta en sus ventas.

Desde la Asociación Nacional de Empresas de Agua de Bebida Envasada, Aneabe, que agrupa a las cien compañías que operan en el sector, prefieren no adelantar acontecimientos y recuerdan que el episodio se ha producido en Andorra y no en territorio nacional. España, puntualiza Aneabe, es uno de los países a la cabeza de Europa en consumo de agua embotellada. Los 116 litros por habitante y año nos colocan en quinto lugar de una tabla que lideran Italia (179 litros), Alemania (171), Bélgica (124) y Portugal (122). En el otro extremo, países como Reino Unido, Suecia y Dinamarca apenas superan los 20 litros anuales.

Las marcas que más facturan son propiedad de grandes multinacionales de la alimentación. A la cabeza figura Fontvella, que pertenece a Danone, seguida de Bezoya, propiedad del Grupo Leche Pascual. A mayor distancia se sitúan Aquarel (Nestlé), Solán de Cabras (Grupo Mahou-San Miguel) y Lanjarón, también de Danone. Las ventas anuales suman 900 millones de euros y el sector emplea a unas 5.000 personas.

No deja de ser paradójico que el mayor incremento de las cifras del agua embotellada en España coincidiese con la época en la que se remataron algunas de las grandes obras de abastecimiento de la red de suministro público. Es decir, que a mayor calidad del agua de grifo, más consumo de agua embotellada. «No hay ninguna razón que justifique el consumo de agua de botella en un país donde el agua de red ofrece todas las garantías», apunta Joserra Díez, socio de la Fundación Nueva Cultura del Agua y profesor de la Universidad del País Vasco. El despilfarro de recursos para la fabricación de los envases de plástico y la contaminación que generan justifican una postura secundada cada vez por más colectivos y asociaciones de consumidores.

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