Las obras de rehabilitación obligan a retrasar la llegada de las carmelitas procedentes de Ávila
Las nuevas moradoras sufragarán la actuación gracias a donativos y benefactores
B. González
Bocairent
Martes, 29 de agosto 2023, 12:00
No será en el mes de septiembre, según estaba previsto. Finalmente, las diez Carmelitas Descalzas procedentes de Piedrahita (Ávila) que habitarán el monasterio de Bocairent tras 20 años en desuso, no llegarán hasta el mes de octubre. Así lo ha confirmado el párroco de la iglesia del municipio, Vicente Femenía. Un mes más tarde de lo previsto en un primer momento.
Las importantes obras de rehabilitación que se están llevando a cabo en el edificio, principalmente en lo que a eliminación de barreras arquitectónicas se refiere, aún no han finalizado. «Se está adaptando todo para personas con movilidad reducida porque una de las monjas va en silla de ruedas», explica el párroco quien, subraya que son las propias carmelitas las que sufragan la actuación.
«Mucha gente les está haciendo llegar donativos para colaborar en sufragar los gastos, además de los benefactores con los que cuentan. La parroquia también quiere contribuir y para ello las colectas de las novenas de San Agustín se han destinado a este fin», indica Vicent Femenía.
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El pueblo está expectante, «los vecinos me preguntan cuándo llegarán e incluso se están ofreciendo para ayudar en la limpieza», señala el párroco y apunta que están organizando unas jornadas para preparar la llegada. «Queremos que el pueblo conozca la orden, qué significa la clausura y que se acerquen más a ellas».
Femenía no ha podido indicar la fecha exacta de su llegada a Bocairent. «Aún no está cerrada», porque además el Arzobispo, Enrique Benavent, es el encargado de abrir la comunidad y de imponerles la clausura y se deben de buscar el día adecuado, adelanta. Tampoco sabe cómo será ese acto, que pudiera no ser público dada las características de su clausura.
De cualquier forma, las diez monjas carmelitas vienen, como dice el poeta, ligeras de equipaje, puesto que usarán el mobiliario ya existente en el convento y sólo vendrán con sus pertenencias personales.
