Nuevo intento de okupación en Xàtiva: En el Palau de l'Ardiacà, un albergue propiedad de la iglesia y gestionado por una empresa privada
La preocupación se incrementa entre el vecindario del casco antiguo por el incremento de casos y los problemas de orden público en plazas como la Seu
B. González
Xàtiva
Martes, 16 de septiembre 2025, 17:24
La preocupación crece entre el vecindario del casco antiguo de Xàtiva tras un nuevo intento de okupación. En esta ocasión ha sido el Palau de l'Ardiacà, antiguo palacio del arcediano, propiedad de la Iglesia y que actualmente es un albergue gestionado por una empresa privada.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del domingo. Dos individuos intentaron entrar por el espacio entre el suelo y la puerta metálica existente a escasos metros de la puerta principal, donde se puede ver el escudo del papa Calisto III y dos de la familia Borja. Se trata de un edificio del siglo XV, que forma parte de los visitados en la ruta 'Territorio Borja'. En esos momentos, en el albergue había una persona alojada que fue la que impidió que pudieran acceder al interior. Tras recriminarles la actuación y después de una discusión, los dos presuntos okupas desistieron de su intento.
En el espacio por el que intentaron acceder los presuntos okupas actualmente hay unas vigas a modo de parapeto. Según explican los vecinos, ha sido la persona del albergue la que ha instalado esta improvisada barrera para impedir que vuelva a ocurrir.
Camilo Bardisa, abad de la Colegiata de Santa Maria, la Seu, a quien pertenece el inmueble y que se encuentra a escasos metros desde la plaza, asegura no tener constancia de los hechos. Explica que es una empresa concesionaria con sede en Madrid la encargada de gestionar el albergue hasta 2029 y que desde la empresa tampoco se han puesto en contacto para informar sobre este hecho.
Se trata de la empresa Sered Servicios Educativos, que gestiona otros alojamientos en la zona como el complejo educativo Entrenaranjos, en l'Enova o el albergue de L'Assut d'Antella. Se da la circunstancia de que en la puerta principal del Palau se advertie con un cartel de que contaban con sistema de seguridad las 24 horas.
Al abad sí le consta las quejas vecinales. «En el albergue se suele alojar gente joven que por su edad no suele acostarse pronto y pueden provocar algún ruido», reconoce Bardisa, que habla de problemas puntuales y aislados.
Altercado en el albergue
Desde el Ayuntamiento, aseguran que no les consta ninguna denuncia al respecto. La Policía Local y la Policía Nacional sí actuaron, indican, pasado día 5 en el albergue, tras producirse una pelea entre personas que estaban alojadas. Sin embargo, fuentes municipales aseguran que en ningún momento hubo denuncias, ni armas, ni heridos, ni detenciones y, ni mucho menos, okupaciones. Los agentes procedieron a la identificación de las personas y se trató de una asistencia puntual de las que se pueden hacer en otro establecimiento hostelero o en lugar público.
Sin embargo, el vecindario del casco antiguo cada vez está más preocupado porque los intentos de ocupación o las ocupaciones efectivas van en aumento, al igual que los problemas de orden público, como lo ocurrido hace una semana en la misma plaza de la Seu, Plaza Calixto III, donde denuncian que dos personas estaban cocinando la cena en un hornillo portátil y durmiendo sobre la pérgola para dar sombra que hay en dicha plaza.
Desde la asociación Casc Antic Digne y Viu aseguran que no se trata de un hecho puntual, que tiene que soportar gritos, peleas e incluso fiestas ilegales como han denunciado ante la Policía Local y Nacional.
De hecho, según explica el secretario y portavoz de la Asociación, Eduardo Cuñat, al tratarse de desórdenes públicos y ser competencia de Policía Nacional, han remitido un escrito a la Subdelegación del Gobierno instando a que se refuerce la vigilancia, aunque aún no han tenido respuesta.
Sobre el tema de la okupación también insiste en que el censo que comenzaron a elaborar va en ascenso. Actualmente son ya 33 las viviendas que les consta están okupadas y otras en las que ha habido intentos. De hecho, se puede ver en muchas el precinto de la Policía o en las que se ha procedido a tapiar las puertas o ventanas por las que se ha intentando entrar. En la calle Noguera, se pueden contabilizar hasta cuatro las que aparecen precintadas por la policía y/o tapiadas.
«No es una cuestión de alarmismo, como dice el gobierno local, es un problema que se está desarrollando por el deterioro urbanístico que sufre el casco antiguo», subraya Cuñat, puesto que se trata de casas que están cerradas y abandonadas.
Es por ello que insta a la administración local a que afronte este problema y actúe y en caso de que se trate de personas o familias que necesitan una solución habitacional, que actúen los servicios sociales. «Sabemos que es un problema complicado porque todas las situaciones no son lo mismo y que hay que atender cada caso de manera individualizada. No es lo mismo una familia que busca refugio porque no pueda acceder a una vivienda y que no causan ningún problema al vecindario, que los que lo okupas que provocan conflictos por tema de tráfico de drogas, que protagonizan riñas y peleas y problemas de orden público», insiste.
Cabe recordar que hace un par de semanas, intentaron ocupar tres viviendas en un mismo edificio en pleno centro de Xàtiva, en la Alameda. Un vecino pilló a los okupas cuando llegó a su casa y en otras dos ya habían cambiado las cerraduras. Gracias a la celeridad de los vecinos pudieron desalojar de manera inmediata a estas personas.