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Algunas calles de Alzira amanecían llenas de agua. efe/natxo francès
Alzira vive otra noche más en vela

Alzira vive otra noche más en vela

En dos horas cayeron más de cien litros por metro cuadrado que provocaron el caos en la ciudad y daños aún por cuantificar Una tromba de agua inunda garajes y viviendas de los barrios de Les Basses, La Alquenencia y Venecia

A. TALAVERA/M. GARCÍA

ALZIRA.

Sábado, 17 de noviembre 2018, 00:54

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Un paisaje silencioso y oscuro donde sólo se oye el ruido de los pasos en el agua. Un vecino de Alzira se cruza con otro en medio de una inmensa piscina con 60 centímetros de agua y ambos intercambian un saludo. La tromba que cayó desde la medianoche del viernes y durante buena parte de la madrugada quedará en la particular lista que los vecinos de la capital de La Ribera Alta tienen con respecto a los episodios de fuertes precipitaciones. El del 16 de noviembre de 2018 quedará marcado por apenas dos horas. Unos 120 minutos en los que el cielo descargó con toda su fuerza, más de cien litros por metro cuadrado, para un total de 250 en toda la noche.

La fuerza con que caía la lluvia provocó que muchos vecinos se levantaran de sus camas sobresaltados. No hizo falta que nadie les avisara. La fuerza del agua actuó como despertador y les sacó del descanso para que pusieran a salvo sus bienes, ya fuera los vehículos o los enseres del propio hogar en el caso de muchas plantas bajas del barrio de Les Basses.

Las zonas más altas de la ciudad e incluso las aceras o las rotondas y el interior de algunos parques eran los puntos donde buenamente se podían dejar los vehículos para que no se vieran afectados por las aguas. En las viviendas de barrios como Les Basses, mientras tanto, se veía con nerviosismo cómo el agua subía centímetro a centímetro, en algunas casas superó el medio metro, y obligaba a sus ocupantes a trasladar lo que tuvieran de valor a plantas superiores.

Fueron dos horas de nerviosismo al comprobar que la lluvia seguía su marcha infernal. En un momento de la noche, sin embargo, se detuvo un tanto, concedió una tregua y muchos vecinos respiraron aliviados. Lo peor había pasado, querían pensar muchos de ellos. Afortunadamente, así fue.

Pese a que la luz del día dio una tregua a Alzira, la imagen que dejaba el temporal era la de una ciudad anegada de agua y llena de barro tras esta larga noche. Los vecinos de los barrios más afectados, Les Basses, la Alquenencia y Venecia se afanaban en limpiar sus viviendas y locales y en sacar los trastos que el agua había estropeado.

«Al ver el agua que caía, subimos todo encima de las mesas para evitar tener pérdidas. Ahora nos queda quitar toda la suciedad», comentaba la propietaria de un bar en Les Basses resignada a la suerte que había corrido.

La tromba de agua y sus consecuencias eran el tema de conversación en Alzira. Y es que no era para menos. Hacía tiempo que la lluvia no azotaba con tanta virulencia la capital de la Ribera Alta y provocaba el caos. Unas consecuencias que todavía eran visibles por la mañana pese a que la intensidad de la lluvia era mucho menor.

Sin embargo, carreteras y caminos del término seguían cortados al tráfico al estar llenos de agua. En algunos puntos, como la carretera de Albalat se podían observar varios vehículos, entre ellos, un camión de los bomberos, atrapado dentro del barranco de la Murta.

Otra de la imágenes del día era la de multitud de coches aparcados en glorietas y arcenes de la carretera, buscando zonas elevadas para evitar que el agua llegara al interior.

Unos vehículos que todavía permanecen en estos lugares de la ciudad porque pese a que desde el mediodía de ayer la lluvia prácticamente ha remitido en Alzira, todavía se mantiene el nivel alto de emergencia por fuertes lluvias.

A lo largo de toda la jornada, que causó la suspensión de clases y cortes de caminos en otros muchos municipios de la comarca, uno de los objetivos principales del operativo de seguridad fue mantener abiertas las vías que permitieran desplazarse hasta el Hospital de la Ribera. Los bomberos trabajaron de lo lindo desde la madrugada con más de cien efectivos desplegados por los puntos más conflictivos de la comarca. En Carlet se miró con recelo en nivel alto que alcanzaba el canal Júcar-Turia mientras que la ciudad de Algemesí estuvo a punto de quedarse incomunicado en las primeras horas de la jornada de ayer. En otras poblaciones como Guadassuar, Alginet o Benifaió, la lluvia también cayó con fuerza y los barrancos habitualmente vacíos volvieron a circular llenos de agua causando la preocupación entre los vecinos aunque sin incidentes personales dignos de mención.

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